Anatema: príncipe de los sueños.

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Un niño rubio abrió sus ojos, demostrando que el era un caso de heterocroma. El rubiecillo notó que se encontraba encerrado en una especie de bodega semi oscura en la que sólo entra un par de rayos de luz por la ventana sucia.

Cómo si el destino quisiera que el saliera de allí, una bolita de luz verde paso corriendo en dirección a una puerta pequeña. El rubio cruzó la puerta dándose cuenta que había despertado en la bodega de una muy hermosa biblioteca.

El niño siguió la esfera brillosa, y cuando al fin se quedaron viendo frente a frente, la bola de luz tiró un par de libros de una estantería que llevaba como nombre: “Animales Fantásticos”. Los libros se abrieron por accidente y todas las imágenes cobraron vida y cada animal de cada ilustración empezó a salir de su libro. Lleno de curiosidad, el rubiecillo abrió todos los libros, uno por uno, divertido de ver cómo todo lo que había en los libros tomaba forma física y escapaba del plano realidad- fantasía.

Revisando, que otra cosa curiosa se encontraba por ahí, se topó con un cuadernillo, que a diferencia de los libros, este no cobraba vida, era escrito por algún niño, fue algo que dedujo al ver la falta de habilidad entre cada dibujo. El empezó a hojear el cuaderno, primero sonrió al observar ciertos trazos, debido a que estos mostraban a una pequeña familia conviviendo. Pero su casi inquebrantable sonrisa se esfumó al avanzar otra página, la secuencia demostraba que aquel niño, el protagonista de la historia, perdió a su padre y al parecer, debido a una guerra.

Por alguna extraña razón, una lágrima rodó por la mejilla del niño, el quiso quitar  con su brazo las gotas de agua que estaban sobre su rostro, pero al hacer eso se percató de que escrito con tinta oscura, estaba un nombre, el cual era:
Anatema. 

— ¿Anatema? ¿Qué significa eso?  — Se pregunto a si mismo. 

Sin darle importancia, dejó el extraño cuaderno en una mesa de madera y salió de la biblioteca, dispuesto a ver con sus propios ojos si el mundo era tal y como dicen los libros que es. Planeaba visitar una feria, un bosque, un parque y hasta una escuela. 

Cuando por fin salió de los alrededores de la biblioteca, pensó que sería rodeado por un  grupo de personas, pero al contrario, se encontró con un pueblo fantasma, ni una sola alma recorría el camino. Sin saber que significaba todo eso, fue decidido a adentrarse a las calles del reino. Puso de nuevo una sonrisa en sus labios al ver a lo lejos lo que sería una silueta humana, creyó que podría ser su primer amigo, en su lugar, al acercarse, descubrió que era una estatua de un niño con la posición de estar haciendo burbujas de jabón. Prefirió pasarlo por alto, entonces siguió caminando por las calles, pero nada cambiaba, el lo comparó con un bucle del tiempo donde todo vuelve a lo mismo, la única diferencia aquí es que el sol señalaba la inexistencia de ese bucle. El rubio no encontraba repuesta sobre el porqué solo había estatuas de piedras cubiertas con enredaderas y flores. 

       Mientras la luna caía, el niño empezó a escuchar murmullos, el ambiente se volvió  más aterrador, al   instante que la niebla cubrió el lugar. Pronto, fantasmas se levantaron, todos repitiendo una palabra como canto: “Anatema” .  El rubio no comprendía por qué le pasaba esto, entonces un espíritu atravesó su cuerpo y los ojos del niño se iluminaron con un celeste fuerte, y en ese mismo segundo, el rubio supo la verdad, el era lo que llamaban Anatema, ese era su nombre y quiénes lo llamaban así eran su castigo. Anatema se enteró que todas esas estatuas de piedra fueron seres vivos, humanos, elfos, hadas y cualquier otro que perteneciera al mundo en que el nació hace mil años: El mundo de los sueños. 
El niño regreso a su lugar seguro, volvió a la biblioteca. Desgraciadamente la biblioteca no lucía como la presencio con anterioridad, estaba hecha en ruinas: los libros gastados, el techo descubierto, las paredes desnutridas y una lista sin
fin. 

La luz verde que apareció antes, regreso haciendo un gesto como si estuviera asintiendo la cabeza, aunque era evidente que no tenía una. Pero igual logró su objetivo, animó un poco al niño.  La esfera lo guío a un nuevo viaje por uno de los pocos pasillos estables de la biblioteca, el pasillo se caracterizaba por estar repletos de cuadros que son partes de la historia de aquel mundo. En resumen mostraban una profecía, en la cuál la diosa lunar mandaría a su hijo para dar inició a una nueva era, más grande que está, su hijo sería conocido como el príncipe de los sueños, suena como una linda historia en la que todos ganarían, pero no fue así, el príncipe paso a ser el tirano que usaría su poder para llevar al mundo a su destrucción , se dice que fue contra la esencia de todo, directo a la biblioteca de la vida y la corrompió al punto que todo lo que está sostenía sufriera las consecuencias, el mundo de los sueños fue petrificado y al igual que todos los que tocaban su tierra, incluyendo al príncipe.

Anatema supo qué debía hacer, la forma de parar todo, era yendo a dónde inició. Dio unos pasos al centro de la biblioteca, allí estaba el causante de este espectáculo, su yo del pasado. El rubio lo miró por un rato, revisó cada características de este, y vio que en sus manos sostenía un libro, no, un cuaderno. Las cosas fueron claras, el niño que perdió a su padre e hizo esos dibujos, fue el  mismo que destruyo el mundo. 
La luz verde que lo acompañaba, sintió lastima por él, que terminó revelando su identidad. Tomó su forma original, y se convirtió en un señor joven de cabello castaño.

Anatema fue hacia ese señor joven y lo abrazo fuertemente, en lo que inundaba en un mar de lágrimas. 

—¿Padre?— 

El espíritu lo miro con dulzura y respondió: 

—hola de nuevo, hijo mío —

—¿Qué debo hacer ahora?— Cuestionó el rubio queriendo un poco de
esperanzas.

—ya sabrás la respuesta— el fantasma puso la mano de su hijo en la estatuas de piedra. 

Anatema le dió quizás la última sonrisa a su padre, y cuando esté se desvaneció con el viento, empujó la estatua partiéndola en dos. De la escultura salió una ráfaga de luz que llegó hasta el cielo y por último se esparció a cada rincón del reino, ocurriendo esto, un montón de esferas de luz se escaparon de los cuerpos de piedra y subieron lentamente a la atmósfera. 
Anatema toca una de las esferas con su mano, y espera su destino. El se quedaría en el mundo solo por un tiempo, quizás hasta unos siglos, pero teniendo por seguro que todas esas almas regresarían como nuevas vidas, y esta vez, el sería lo que un día se predijo, el legendario; príncipe de los sueños. Fin 



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⏰ Última actualización: Jun 16, 2023 ⏰

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