01. Objetivo

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Lunes, 14 de febrero.

La señorita Wayne apenas puede avanzar por los pasillos de la escuela, ¿quién le ha dicho a todos esos pobres tontos que pueden acercarse a ella con sus sucios regalos de San Valentín? Al menos Wayne no parece muy interesada, de hecho ha declinado todos hasta el momento.

Me pregunto si haría lo mismo con un regalo mío. Sé la respuesta, pero eso va a cambiar muy pronto.

Edward guardó su libreta donde llevaba la bitácora del día a día del objeto de su atención, aquella chica de piel pálida, vestimenta oscura y apariencia seria que lucía siempre tan apática a todo el mundo.

Se trataba de Bryce Wayne, perteneciente a una de las familias más poderosas en la ciudad de Gotham. Hija única del doctor, filántropo y empresario Thomas Wayne y la siempre perfecta Martha Wayne, de quien seguramente había heredado su esplendorosa belleza, no así su carácter afable y abierto hacia el mundo. Por si fuera poco, era también una de las mejores estudiantes con un promedio sobresaliente y excepcional, campeona en olimpiadas de matemáticas y con múltiples reconocimientos en literatura, química y física. Nadie dudaba que la chica seguiría los pasos de su padre en unos cuantos años de seguir por ese camino.

Cuando alguien escuchaba acerca de una joven como Bryce, seguramente pensaría en una abeja reina que pedía besar el piso por donde caminaba, que no dudaba en presumir sus riquezas y poder por encima de los demás, sin embargo, Ed nunca la había visto particularmente interesada en sus múltiples clubs de fanáticos dentro y fuera de la escuela, por el contrario, parecía indiferente a todo aquel que no fuese ella misma, como si fuera la perfección encarnada y por ese simple motivo Edward la había odiado profundamente en un principio.

¿Que cuándo comenzó su obsesión? Era curioso, pero sucedió en un día lluvioso luego de clases, cuando todo el mundo corría para mojarse lo menos posible hasta llegar a sus hogares; Ed había optado por esperar a que la tormenta pasara dentro de uno de los salones de clases para terminar algunas tareas, sentado en una solitaria banca cercana a uno de los ventanales del edificio. La lluvia apenas permitía ver hacia afuera, sin embargo, al observar movimiento en un escenario donde ya no había ni un alma no pudo evitar intentar observar detenidamente, enfocando aquella silueta fina y oscura con una sombrilla, la cual -para su sorpresa- parecía entregarle a un sujeto empapado, mientras que ella recibía toda el agua por él hasta que finalmente se subió a la limusina que llegó a recogerla.

El ceño de Edward se arrugó sutilmente mientras acomodaba sus anteojos para cerciorarse de que aquello era verdad: Se trataba de Bryce Wayne, la indiferente reina de la escuela, ayudando a un simple don nadie. Honestamente no sabía que le había hecho sentir más incómodo, la posibilidad de que sus ideas sobre ella estuviesen equivocadas o que la atención de su compañera estuviese dirigida hacia ese pobre diablo sin nada especial. 

Fuera como fuera, desde ese momento Edward Nashton había desarrollado una gran curiosidad por Bryce Wayne, la cuál no hizo más que ir en aumento por cada día que la observaba caminar por los pasillos, sentarse solitaria en el aula y en el comedor de manera infructuosa, pues todo el mundo parecía querer estar cerca de ella. Lo más cercano que tenía a una amistad real era Selina Kyle, una joven con una presencia similar a Bryce, pero de personalidad extrovertida, coqueta y explosiva, eran opuestos que se atraían, aunque no representaba ninguna molestia para Ed dado que hasta ahora la joven Wayne no había demostrado sentirse atraída por otras chicas.

A veces escuchaba a algunos simios atletas hablar sobre la millonaria de maneras asquerosas e internamente fantaseaba con provocarles el más inmenso dolor antes de ver que la luz se esfumara de sus ojos como castigo por siquiera atreverse a mancillarla en sus cabezas vacías. ¡Já! Como si tuvieran alguna oportunidad. Bryce Wayne ya tenía al hombre ideal para ella, aquel que no la vería como una reina y tampoco como un pedazo de carne, sino como la mujer interesante y brillante que era, incluso si ella ni siquiera sabía su nombre todavía.

I Want U (Fem! Batman x El Acertijo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora