— Sí, mamá. ¿Cómo podrías pensar siquiera que me perdería tu matrimonio? Prometo llegar en unas horas... —, murmuré intentando reprimir las pequeñas y casi inaudibles carcajadas que intentaban salir sin esfuerzo alguno de mi interior. A veces era gracioso ver cómo mi madre se preocupaba por cosas tan mínimas cuando de viajar se trataba. ¿Acaso no se daba cuenta que ya había cumplido 21? De todas formas, siempre sería la niña pequeña de mamá.
Faltaban sólo unas horas para tomar el vuelo hacia Los Ángeles y mi mejor amiga seguía sin hacer acto de presencia, ni siquiera una mísera llamada. Algo raro en ella, ya que siempre que lo hacía, terminábamos hablando durante horas, a pesar de que viviéramos juntas.
Una, dos, tres y cuatro veces oí el timbre de mi casa haciéndome sobresaltar y fue entonces donde supe que Christina había llegado. Sólo a ella se le ocurría tocar de una manera tan exagerada.
— ¡Ángela! —, recibí un chillido nada más abrir la puerta, acompañado de una seguidilla de besos por todo mi rostro y un abrazo lo bastante asfixiante como para resultar molesto, sin embargo, amaba sus muestras de cariño.
— Yo también te echaba de menos, mejor amiga. —, musité cerrando la puerta tras de mí, a lo que ella empezó a reír a causa de mi comentario. — ¿Estás lista? —, cuestioné a la par que me encarrilaba hacia mi habitación con la esperanza que ella me siguiera con el fin de seguir entablando la agradable conversación que estábamos construyendo .
— Nací lista y preparada, bae. —, respondió ella a la par que me guiñaba un ojo con un tanto de diversión en las facciones de su rostro. Una de las cosas que más me gustaba de Christina era la manera en la cual lograba ser tan extrovertida, y el carisma que poseía como persona. Por otro lado, yo era todo lo contrario a ella... Era morena, atrevida y con una personalidad que podría asquear a cualquiera, incluso a mí misma. No solía tener la seguridad, ni mucho menos la facilidad, te entablar conversaciones con cualquier persona, a menos que se ganara mi confianza y eso no es algo que se consiga con rapidez.
— ¿Y tú? ¿Estás feliz por el compromiso de Elena? —, su pregunta me sacó de mis más profundos pensamientos obligándome a volver a tierra para proseguir ordenando mi equipaje. Era como si hubiera leído cada uno de mis pensamientos, pero eso era algo que no me sorprendía teniendo en cuenta que era la única persona que me conocía realmente, incluso más que yo misma. — Sí, claro. —, mentí forzando una leve sonrisa con la esperanza de que se lo creyera, y si no lo hacía, al menos dejara pasar el tema.
Para ser sincera, la idea de conocer al casi-esposo de mi madre no era muy de mi agrado, sin embargo, le había prometido que pasaría el resto del mes acompañada de ella, y de "nuestra queridísima y futura familia Hawkings".
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Satisfaction.
Romance«Si te enamoras, pierdes.» Todo cambia cuando Thomas Hawkings decide romper las normas de los juegos sucios que Ángela Henderson suele jugar. Án logrará seducirlo a su perfecta manera pero, ¿conseguirá ella hacerlo sin enamorarse? Éste viaje pondrá...