Capítulo XV: La pregunta

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Luego de confesarse a un dormido consultor, Ajax se sintió estúpido. ¿Por qué tenía ese ímpetu de revelar sus emociones, sus sentimientos? Deseaba no saberlo, pero era más consciente de lo que deseaba: su pesado corazón no daba abasto, ya no quería soportar esa carga.

Habían tenido una acalorada jornada en la que se sintió contenido, pero ¿había sido así? En la excitación del momento, la lujuria lo había cegado, mezclándose con sus latentes emociones. Dichas emociones no hacían más que estorbar, no estaría en este dilema si no fuera por ellas. Debía de analizar sus siguientes movimientos, sin embargo, los brazos de Morfeo lo reclamaban.

Zhongli sintió como su jefe se acurrucaba en su pecho mientras fingía dormir. No entendía lo que había hecho o porqué, solo se sintió como hacerlo; habían tenido sexo múltiples veces ¿por qué esta vuelta era diferente? ¿Habría escuchado bien lo que el contrario había revelado? Estaba comenzando a sobrepensar las cosas pero su agotamiento de la fiesta y su reciente actividad le estaban pasando factura. En efecto, esta vez estaba cediendo ante el sueño.

Esa noche, se realizó la pregunta.

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Ajax se despertó de golpe producto de un trueno que había hecho temblar hasta las paredes. Sobresaltado, miró a su ajeno entorno. Por unos segundos no recordó donde se encontraba, hasta que finalmente hizo memoria: estaba en casa de Zhongli, su amante, luego de haber hecho el amor. Al parecer los lejanos nubarrones habían traído consigo una tormenta. No sabía qué hora era puesto que sus pertenencias estarían esparramadas por todo el hogar del castaño. Solo tenía certeza de una cosa: necesitaba ir al baño.

Estaba a un costado de la cama, recordaba haber dormido sobre su pecho; al parecer se habían alejado.

Se levantó de la cama, sus caderas dolían pero no tanto como otras veces. Se puso de pie y observó en medio de la oscuridad de la noche como Zhongli dormía, como su pecho subía y descendía lentamente. No podía distinguir su rostro en la carencia de luz. En parte agradecía que se encontrara durmiendo plácidamente, así evitaba enfrentarse directamente. Necesitaba despejar su mente.

Buscó por los alrededores su ropa, pero solo pudo encontrar su ropa interior y su camisa. Se vistió con sus prendas y se dispuso a salir.

Una vez arriba, salió de la habitación y buscó el interruptor de la luz. Al encenderlo se dio con que la luz había sido cortada; seguramente producto de la fuerte tormenta que se escuchaba en la intemperie. Comenzó a tantear las paredes para guiarse hacia el living, esto estaba resultando más complejo de lo que esperaba en primera instancia. Sus descalzos pies pisaban el frío suelo al tiempos que sus manos guiaban el camino. Sintió algo duro en sus pies, era un zapato, al parecer de Zhongli. Sus pertenencias se encontraban por todas partes. Ignoró el calzado y por fin llegó al living. Una vez se encontró en el sillón principal, buscó su saco. Tras un rato lo halló; de él extrajo su móvil.

4:11 am se leía en la pantalla. Luego de que la luz del móvil casi lo haya cegado, decidió encender la linterna. La luz enseñó el salón: la misma habitación pero desordenado con prendas y muebles corridos. Ajax no sabía en qué momento habían realizado tal desastre.

Vio unos papeles arrojados en el suelo. Decidió levantarlos, tal vez si tan solo los hubiera dejado ahí las cosas no hubieran salido así.

Eran facturas, con grandes números. La curiosidad lo invadió y decidió darle una mirada. Eran facturas a coste de servicios médicos. Uso de camilla, habitación, implementos médicos y demás cosas que no se iba a poner a leer. Lo que más llamaba la atención al pelirrojo eran las brutales cifras de los servicios. En eso Ajax recordó las palabras de Hu Tao:

Incógnito | Zhongli X Tartaglia/Childe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora