Capitulo 9

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                 Malas decisiones

Maratón 1/2






-¡Gata, de puta madre! .- Gritaba en español mientras Thomas me cargaba. Una vez fuera me coloco en el pavimento de nuevo y caras curiosas nos miraban.

-¡Esa maldita zorra me lanzó su vaso a propósito! .- Caminé de regreso al bar pero el me detuvo fácilmente.

-Tranquila Kill Bill, le diste un buen derechazo a aquella chica.

-Esa estupida no dejaba de mirarte.- Ladeo la cabeza confundido.- No me importa si quieren que seas su Christian Grey o Eric Zimmerman de una noche pero esa…

-Cariño, yo soy el Christian Grey de Eric Zimmerman.- El enojo se me olvidó por un momento, pero volvió.

-Dios, como vives contigo mismo.- Sus ojos parecían divertidos, pasaron de mi rostro a mi blusa, trago saliva, fijó su vista hacia un punto de la calle y se quitó su chaqueta.

-No tengo frío.

-No se trata de que tengas frío o no.- Segui mirando a cualquier punto menos a mi, mire mi camisa y comencé a ponerme demasiado roja. Podria dormir con él en la misma habitación o pasearme en un bañador, pero mi blusa blanca, con mi brassier blanco de abuelita, tela vieja y desgastada hacían notar mis pezones levantados y en el peor de los casos una mirada fija hacia mi pecho y estaba lista para un spring break. Me gire tomando su chaqueta y cerrándola de golpe.

Caminamos hacia el auto, ignorando el rojo de mis mejillas y mi vergüenza frente a Thomas. 

-Dios Adams, un dia me vas a matar.- Sonreía frustrado pero divertido una vez en el auto rumbo a casa.

-La muerte le ha enseñado al diablo.- Puso su largo dedo en su boca jugando con él.

-La muerte le ha enseñado al diablo.- Repitió.- Me gusta. Suena bien para un libro.

-Tal vez algún día escriba uno.

-Tienes material.

-Los Hijos de Anfield.- Me sonrió.

-Me gusta.

-A mi tambien. 

Cuando llegamos a la casa mi alcohol había bajado la adrenalina, me serví un trago de Wiskey y uno a Thomas.

-Has aprendido.- Dijo tomando el vaso y ambos lo matamos de un trago. Aquel trago me dio el ultimátum para ir a dormir.

-Buenas noches Mikaelson.- Miraba hacia la nada y cuando escuchó mi voz me detuvo.

-Espera.- Tomó un momento para hablar.- Hay algo que quiero decirte.- Sus ojos estaban llenos de temor.- Algo que es muy malo.- Lo mire con el ceño fruncido.

-¿Qué pasa? .- Algo incómodo y raro comenzaba a sentirse en mi estomago.

-Creo deberías sentarte.- Su voz se tornó fría como un glacial chocando contra el agua.

-Creo que estoy bien.- Me crucé de brazos, pasó su mano por su cabello alborotado que comenzaba a quebrarse de ciertos ángulos.

-Vamos Mikaelson, solo suéltalo.- Algo en sus ojos se quebró, buscando las palabras correctas para decirmelo.

-Nosotros lo sabíamos.- Negué con la cabeza un poco.

-Sabian…

-Nosotros sabíamos que eras una Saint Jones.- Mi respiración se detuvo y volvió con el vaso de vidrio rompiéndose ante mis pies. Si me había cortado no me importaba pero me recordó el como respirar.- Lo sospechábamos. Hasta que vi la foto de tu padre, el dia que conoci a tu madre.- Tragó saliva esperando una respuesta de mi que no hubo.- Tu padre en la fotografía tenía tu dije y tu Padre era idéntico a Marcus.- Un dije que ya no tenía y que no se donde habia quedado.- Y Michael el día de las grutas, el día de la muerte de Megan, cuando lo vio también confirmó sus sospechas. Hasta que ese día en la cueva vimos tu acta de nacimiento real.- La cara que fuera que trajese hizo que Thomas desviara la mirada, Thomas Mikaelson temía a mi reacción.- Todas las pistas que Marcus nos dio, aunque él ya sabía quien eras tú, nos guiaron a ti. Y cuando regresamos  a Anfield una de las razones fuiste tu. No sabíamos si podíamos confiar en ti, si tú estabas cortada por la misma nava…

-Por eso Michael me  invitó la noche de la gala, por eso ustedes confiaron en mí tan fácilmente, por eso Michael vio con horror ese día mi dije. Ustedes asesinaron a Megan.- Abrió los ojos como platos, él no esperaba aquella respuesta.

-¿Qué querías saber Thomas? ¿Saber si yo tambien asesinaba niños y judios; homosexuales y negros?.- La ira fluía de mi interior, una ira que no podría detenerse, una ira contenida por meses, una ira que me había quitado todo, una que me había metido a este mundo.- ¡¿Querías saber si yo también asesinaba niñas embarazadas?!.- Grité sacando parte de aquella ira. 

-Si tan solo hubieran hablado, Megan seguiría aquí, habría podido mantenerla fuera de esto y no arrastrarla conmigo.- Caminé pasando junto a él, no me toco, no me hablo y solo se quedó en aquella misma posición.  Y como un impulso me acerqué hacia él, que miraba como me iba hacia mi habitación. Mi palma chocó fuertemente contra su cara y esta se giró. La ira había disminuido notablemente, porque eso era lo que buscaba, un culpable para la muerte de Megan, algo con que descargar mi ira y el se había puesto como blanco.

-Ustedes son iguales. No vuelvas a acercarte a mi Thomas.- Su nombre en mi boca fue como un escupitajo a su rostro, a su presencia, a su orgullo.

Camine hacia la habitación y cerre de un portazo esta. Me recargue contra la puerta, sentí lágrimas en mis ojos pero las quite de inmediato, recordando el enojo y la ira. Y si eso me mantendría con vida, a eso  me aferraría. 

Lo primero que pensé en hacer fue hacer mis maletas  ¿A dónde diablos irías Morgan?. Un hotel vino a mi mente, buscar a mi madre e irnos y alejarnos de todo esto. Luego en mis múltiples ataques de histeria opte por la opción H: Salir de ahí, ya. En ese momento.

Espere unos minutos, cambie mi blusa por algo más sexy y como mi autoestima estaba por los suelos algo sexy me ayudaría a sentirme mejor. Abrí la puerta con cuidado. No había rastro de un ser humano al que detestaba, de 1.87 y ojos profundos y grises. Camine rápidamente hacia la puerta, deposité la chaqueta en el respaldo de la silla del comedor de una manera dramática y salí de allí sin hacer ruido. Camine hacia el ascensor y una bolsa con alguna ropa, dinero en efectivo, cargador, maquillaje y celular en el bolsillo de mi pantalón. 

Decidí volver a aquel club donde Thomas y yo festejamos nuestros cumpleaños. Mi alcoholismo se parecía al de Michael, mi ropa, mi actitud y toda mi energía era una sombra de él. Aquel lugar se encontraba mucho más vacío, pase por las mesas y en una esquina había una pequeña multitud que no llamó mi atención, me senté en la barra y pedí con Wiskey. Unos tragos después escuché gritos de aquella esquina, parecía una partida de poker y recuerdos amargos me llegaron a la mente, recuerdos que tragaba en un Wiskey.

Sabía que no podía seguir así, pero al menos por esa noche me aseguraría que fuera una buena noche. Un grito más se escuchó de la multitud repitiendo un nombre: Chris. Gire mi débil cuerpo hacia la dirección y la multitud se abrió un poco. El protagonista vestía de azul, un azul turquesa, que resaltaba su tono de piel color chocolate, llevaba consigo una sonrisa triunfal, una energía oscura lo rodeaba, una que me dio un mal cosquilleo en la parte trasera de mi cuello y el vecino del ascensor hizo contacto visual conmigo y una sonrisa oscura se dibujó en su rostro. 








Hola amores. Espero que esten bien. Bueno, como ya lo habia mencionado el dia de ayer, hoy seran dos capitulos debido a esta muy corto este capitulo y se merecen un pequeño maraton.
El segundo capitulo lo subiré en el transcurso del día. Recuerden que si gustan recomendar la historia no me enojo.



Gracias por tanto y los leo una vez mas alrato.
TPWK💕

Los Hijos de Anfield: El Legado (#2)  [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora