En orbita

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"Estás son las cosas que sé que son verdad: Me llamo Chanyeol, mi esposo es BaekHyun; escritor, creo... uno que cree saber todos mis secretos. No tenemos hijos. BaekHyun quería tener un hijo...o ¿una hija?, pero eso fue ya hace años, en el año del dragón y yo quería tener uno en el año del dragón de fuego. De manera que somos iguales pero por razones opuestas. Se todas estás cosas, pero hay cosas que ya no puedo recordar...¿o no he olvidado nada y estoy desvariando? Está es una de las capas más recientes de mi memoria y no puedo desenterrarlo (o ya no puedo).

He rememorado la mañana en que mamá se fue sin decir porque, yo solo tenía...ah bueno, era pequeño, pero era muy listo, sabía leer, tenía un recuerdo para todo, y he aquí mi recuerdo de esa mañana de invierno"

Chanyeol se resistió a la idea de que alguien fuese a su casa para ayudarle con la limpieza. Baekhyun lo había previsto, Chanyeol odiaba gastar dinero en cosas que según él, podía hacer por su cuenta, desde cortarse el cabello hasta reparar el tejado.

-Necesitamos ayuda, aun no sabemos como es tu enfermedad, necesitamos que alguien venga y nos ayude, puede que ya estés en lo peor- dijo BaekHyun cruzado de brazos -O puede que no, puede que esto vaya en picada. No puedo cuidarte todo el tiempo, mi trabajo...-

-Ah, siempre eso, trabajo primero, nuestro matrimonio después-

Baek entró en la cocina, cargado con una bolsa de naranjas, papel higiénico y otros artículos de primera necesidad. Una vez allí, buscó señales de catástrofes o peligros. La última vez había descubierto que Chanyeol había tratado de freír huevos con cascara y todo. A continuación echó un vistazo a la mesa del comedor y recogió varios cupones de venta por correo que Chanyeol ya había rellenado.

-Los enviaré por ti, amor- dijo.

Luego entró en el cuarto de baño para comprobar que los grifos estuvieran cerrados. ¿Dónde estaban las toallas? No había champú; sólo una fina lámina de jabón reseco. Miró en el cesto de la ropa sucia. No había nada. ¿Se ponía las mismas prendas todos los días? Debería poner atención en eso.

Últimamente no dormía bien, y se había dañado una muela de tanto apretar los dientes por las noches. Demasiado cansado para cocinar, pedía pizzas varias noches por semana, traicionando su resolución de dar buen ejemplo a Chanyeol con una dieta baja en grasas, y encima luego debía soportar que su niño interno se quejara de que el salchichón de la pizza estaba demasiado salado. Desde hacía unos días tenía fuertes contracturas en los hombros que le impedían permanecer sentado ante el escritorio y trabajar con el ordenador. No le alcanzaban los dedos de las manos y los pies para recordar todas sus obligaciones.

-¿Hola?- su editor, Junmyeon, no dejaba de darle posibles contratos para libros, pero estaba demasiado ido para atender a tantas cosas.

-¿Tienes la revisión de lo que te mande el lunes?-

-Si...- BaekHyun miro el desastre alrededor del comedor -Creo que si-

-Envíalo antes de la media noche, ¿Ok? Necesito que estés en la reunión de mañana, así que llega a tiempo- cuando colgó, BaekHyun dejo caer su cabeza contra la mesa, se iba a volver loco a ese ritmo.

A las cinco y cuarto Baek telefoneó a su esposo para recordarle iría a buscarlo a la universidad. No hubo respuesta. Seguramente estaría en clase. Esperó cinco minutos y volvió a llamar. Nada. ¿Estaría en una prueba? ¿Se habría quedado dormido en su oficina? Mientras ordenaba el escritorio, pulsó la tecla «manos libres» del teléfono y luego la de rellamada. Después de quince minutos de timbrazos sin contestación, había contemplado todas las posibilidades, culminando inevitablemente en la peor. Llamas saltando desde algún lado, Chanyeol tratando de sofocarlas con su manga incendiada. En el trayecto hacia la universidad, Chanyeol se preparó para ver las llamas devorando el techo y a Yeol tendido en el suelo, hecho un ovillo y cubierto de hollín.