DORIS Y LA CONTAMINACION

Doris y su familia

Érase una vez, una pececilla pequeña llamada Doris, la cual vivía en las costas de Tokio, Doris tenía una familia, entre ellos su mamá, su papá y su hermano, los cuales vivían todos juntos en una anémona.

A Doris le encantaba su hogar, ya que siempre podía salir tranquilamente a pasear en el océano tranquilo, limpio, transparente, que podía ver a kilómetros de distancia. Pasando los años, la civilización del mundo exterior empezó a progresar, llegando así, los primeros puertos a las costas de Tokio, en los cuales llegaron barcos de todas partes del mundo.

Doris y toda su familia se alegraron porque llegarían nuevos amigos al fondo marino, pero con el tiempo vieron que su hogar empezó a cubrirse de una sustancia negra y viscosa, con los años los padres de Doris enfermaron y partieron de su forma carnal, solo quedo Doris y su hermano.

Doris, triste por la pérdida de sus padres, llora su partida, pero la curiosidad le gana y empieza a investigar que eran esas sustancias y desechos que empezaron a aparecer en el fondo del mar. Junto a su hermano lograron descubrir que es la contaminación de los barcos que llegan al puerto de Tokio y con el pasar de los días se fue incrementando más.

El océano no era tranquilo, se volvió peligroso por el tránsito de los barcos, se ensució el suelo marino con desechos y el agua se volvió más oscura por los desechos del petróleo.

Tristemente, esto llevó a que Doris y su hermano tuvieran que emigrar de las costas de Tokio y así parte en un viaje sin retorno en busca de un nuevo hogar junto a su hermano. Fin.