Llegaras tarde otra vez — su madre llevaba tiempo llamándola, pero como era una costumbre, solo se acomodó mejor en la cama y cerro sus ojos a la espera del sueño — te levantas ya! —bueno, esa era la alerta de que su mamá estaba a punto de subir a su habitación y tirarle un balde con agua, por lo que se puso de pie dispuesta a alistarse para ir colegio — ya era hora — su madre le dirigió una mirada de resignación, la que paso por alto, no estaba de ánimos —
Si, ya me voy — adelanto su respuesta al ya saber qué le diría su madre —
Bien, no vemos en la noche — se despidió dejando la casa en silencio, que fue roto por el timbre del teléfono —
Si, mamá ya salgo — gruño al escuchar la voz de su madre tras el teléfono —
***M***
Otra vez? — El auxiliar la miro con cansancio — Srta. Meerjungfrau, es la última vez que la dejo pasar — dijo abriendo las rejas del colegio —
Gracias — con una sonrisa paso corriendo directo a su salón — espero que no haya llegado aún — pensó en le profesor que dictaba la clase de las dos primeras horas — uf! Qué bueno...—murmuro al ver en el interior del salón y solo ver a sus compañeros —
Alto ahí! — la voz del maestro la hizo dar un salto de susto —
Aun no entra — dijo recuperándose del susto, para luego entrar y ubicarse en su lugar de siempre —
Buenos días chicos — saludo el docente con una sonrisa — bien, como ya saben hoy iniciamos las exposiciones, así que hoy yo me sentare allí atrás y ustedes darán la clase — expuso manteniendo su sonrisa — bien, veamos quien inicia — más de uno se hizo el desentendido y otros rogaban no ser ellos los elegidos — ya, Sorrento adelante —ordeno haciendo que la nombrada dejara salir un suspiro — y no me mires así que es por llegar tarde — recordó haciendo que la chica frunciera sus labios —
Buenos días con todos — empezó la chica —el libro que escogí fue...—
***M***
Eso fue genial, amiga — Sorrento solo sonrío a lo dicho — el profesor estaba feliz, le encanto tu exposición del libro —
Si lo narro todo — cometo la otra que venía a su lado —
Eso es memoria — aporto la chica —
Supongo. Estudiaron para la prueba de química? — pregunto mientras sacaba el cuaderno de dicha materia —
Si — respondieron las otras dos —
Dale, me ayudan a entender esto? — pregunto la tercera chica —
Si, mira...— Sorrento tomo el cuaderno de su amiga y con un lápiz se puso a escribir — solo debes saber cuántas moléculas lo componen y...—
Listo chicos! — El profesor había entrado —
***M***
Estuvo fácil — la chica sonrió ante la mirada asesina de una de sus amigas — que? — fingió inocencia —
Solo logre hacer algunos y apenas así creo que apruebe — suspiro. Su padre la iba a matar —
Tranquila Aia, al rato el profesor deja trabajos — trato de animar la otra chica — o si no busca un taller, así consigues puntos extras —
No soy buena en baile o música, lo saben — les gruño —
Pero entra en deportes — aporto la peli lila —
No sé — miro a sus amigas —creo que probare...— murmuro — tienen ensayo hoy? — pregunto más animada dejando a un lado su proeza —
No — negó Mime — hoy no habrá, estamos en exámenes — recordó — al fin! — exclamo al ver llegar su turno para comprar comida — que quieren hoy invito — les sonrió a sus amigas —
Si tú quieres...— Sorrento y Aiacos, sonrieron con malicia —
***M***
Son unas tragonas — se quejó la peli naranja —
Tú fuiste la que se ofreció — dijo la peli negro violeta, haciendo reír a la peli lila —
Bueno, bueno ya Mime mejor sigamos se nos hará tarde para entrar a clase — recomendó Sorrento —
...— la de ojos naranjas solo hizo un puchero —
Chicas! — las tres se detuvieron al escuchar el llamado de quien fuera un año mayor — disculpen, han visto a Mu? — pregunto la jovencita de ojos celestes —
No — negó la de ojos lilas — pero seguro Camus, sabe — agrego al ver la mirada angustiada de Afrodita —
Me harían el favor de preguntarle y me avisan en mensaje, si? — pido al ver a su profesor a cercarse a su aula —
Si, le decimos a Camus y te avisamos — respondió Sorrento, a lo que la mayor asintió y corrió a su aula —
Vamos ya viene el profesor — dijo Aiacos —
***M***
Camus, disculpa pero sabes porque Mu no vino hoy? — Pregunto la peli lila, que tenía más facilidad de palabra con la francesa —
Viajo — se limitó a responder antes de seguir su camino a casa —
Bien — susurro — Mime le mandas un mensaje a Dite — pido a su amiga, pues ella no tenía celular y seguro su madre no se lo compararía pronto, y Aiacos se había ido junto a su hermanita —
Claro — respondió mientras sacaba su móvil del bolsillo de su falda —haber es...— Sorrento reacciono rápido para evitar que su amiga cayera, y es que un alumno de la misma escuela paso corriendo empujándola —
Ten más cuidado! — grito con molestia la peli lila —
Lo siento no fue mi intensión — el chico había regresado a pedir disculpas — pero...ah eres TÚ Leier — expreso con fastidio el chico — si sabía que eras tú ni regresaba — agrego, para luego girarse para seguir su camino —
Tarado, casi tumbas a mi amiga y dices ello — Sorrento miro molesta al rubio, Hagen —
El piso es su sitio, así sirve que se arrastre — expreso con burla —
Hijo de tu...— Sorrento no era chica de bofetadas, si la hacías enojar era mejor que estuvieras dispuesto a soporta un puñete de su parte, y eso fue lo que recibió Hagen — para que aprendas a controlar esa boca — le gruño al chico que había caído por el impacto — ven Mime, vamos — llamo a su amiga, y oculto bien el dolor de su mano. Ese golpe si le debió doler al rubio, pues tal vez ella se había fracturado la mano, pero Hagen ya se la tenía ganada. Sorrento le estaba soportando mucho a ese rubio de ojos celestes —
***M***
Solo fue golpe, así que te daré unas pastillas para el dolor y tendrás que mantener el hielo en la mano, si no quieres que se inflame más — aconsejo el doctor —
Ush! Solo para causar problemas...— mascullo al recordar al rubio —
No debiste golpear a Hagen — expreso el doctor mientras se quitaba los lentes, revelando sus hermosos ojos verdes —
No es tu asunto — mascullo con enfado — además insulto a Mime y...— suspiro —
Lo sé, pero ya....quieres comer algo? — invito el peli almendra doctor —
Sí, no pude comer bien — acepto mientras se bajaba de la camilla — Bian, cuanto crees que dure esto? — pregunto refiriéndose a la hinchazón de su mano —
No más de dos semanas — contesto, mientras se sacaba la bata —
Bien, no quiero dejar por mucho el taller de música — comento —
Eso debiste pensar antes de pegarle a alguien más alto y fuerte que tú — bromeo haciendo que la chica le sacara la lengua —
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En la Sombra de un Amor (Saint Seiya)
RomanceCuando alguien pronunciaba la palabra Amor, ella simplemente suspiraba y dejaba atrás a esas personas. No era una renegada al amor, no, a ella simplemente en ese momento no le importaba ese tema. PD: Está historia es antigua también, la subo en está...