Kim Seungmin [Hyunmin]

14

— ¿Estás ayudando...? —preguntó
Changbin mirando al pelirojo.

— Sí, ¿Está mal? —miró al castaño confundido, quién negó.— ¿Entonces porqué no debería ayudar? —sonrió.

— Bueno... Él es tu novio, y está ayudando a un chico desconocido, ambos están muy juntos, ¿No te molesta? —el menor se giró a él así que hizo lo mismo y ambos se miraron de frente.

— Minho está ayudando a un chico que tiene novio, creo que no hay nada de malo. Si yo tuviera un novio estricto como el de Jisung, me gustaría que alguien me ayudará a conseguir algo que le guste. —se dio la vuelta y sujetó un frasco de colonia de gardenia, luego sonrió satisfecho y se lo mostró a su amigo.— Este seguro será bueno.

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El pelinegro echó un poco de loción en su mano para olerlo, al hacerlo sonrió de inmediato. Miró a Seungmin y asintió.

— Le diste justo al blanco, es un olor no fuerte, natural y elegante. Seguramente a mi novio le va a encantar. Muchas gracias ... —hizo una reverencia y esperó a escuchar el nombre del pelirojo pero antes de que éste hablara, lo hizo Minho.

— Si me permites, puedo llevarte a casa, es un poco tarde y no me gustaría que caminarás solo. —puso su mano sobre el hombro del menor, luego miró al rubio y al castaño.— ¿Pueden llevarlo a casa ustedes? —preguntó refiriéndose a Seungmin.

— Nos haremos cargo, hasta luego. —despidió inmediatamente Changbin y abrazó a Seungmin para llevárselo de ahí.

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— Hasta luego mi Seungminnie. —abrazó al pelirojo con fuerza quien correspondió de la misma forma durante unos segundos.— Te veré mañana. —se separó y acarició su cabello.— Changbin vámonos.

— Ve primero. Necesito hablar con Seungmin. —le tiró una mirada al rubio.

Tras unos segundos Chan se fue primero.
Changbin suspiró profundamente pero no dijo nada aún, Seungmin se cruzó de brazos por el frío y se sentó en una pequeña banca afuera de su casa.

— Seungmin.

— ¿Qué piensas lograr, Binnie? —se encogió de hombros.— Minho no está haciendo nada malo, simplemente ayudó a un chico con novio, yo también les ayudé...

— No es la ayuda Seungmin. —se sentó junto a él y tomó sus manos.— Es el trato al chico, como lo miraba...

— ¡Basta! —se zafó del agarre contrario y se puso de pie.— ¡Sólo estás celoso porque te gustó, siempre has intentado hacer ver mal a Minho y ya me cansé!

Soltó sin pensarlo, al darse cuenta se sorprendió y se quedó en silencio al igual que el castaño, un silencio incómodo que destrozó a ambos.

— Binnie perdona... —se agachó a la altura del castaño, poniéndose de rodillas.

— Es verdad Seungmin. —lo miró e hicieron contacto visual.— Me gustas, pero no intento que veas a Minho como el malo, él es mi amigo, y porque es mi amigo lo conozco y conozco sus intenciones. No hago esto para que lo dejes y para que estés conmigo, lo hago porque sabes que es verdad lo que digo y te estás lastimando con eso. —se puso de pie.— Pero está bien... Si quieres verme como el malo a mí está bien.

Se apartó para irse mientras Seungmin lo intentaba detener. Cuando el castaño finalmente se fue, el pelirojo limpió las lágrimas que había soltado y entró a su casa, encontrándose con sus hermanas, su madre y padre en la puerta.