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≛ ⃝🌷 ꗷ ࣪ ˖
Sonrió en grande mientras terminaba de teclear sobre el teclado de su laptop las tres últimas palabras para por fin terminar con su informé, se sentían tan malditamente satisfecho por lo que hizo. Antes que nada guardó el trabajo en una carpeta e especial, cerró todas las pestañas y fue directamente a apagar el aparato.
Su oficina de gran espacio estaba tan vacía y oscura. La luz que había era la que estaba en su escritorio, la cual provenía desde una pequeña lámpara.
De seguro todo el edificio estaba vacío, a no ser por él y los guardias de seguridad.
Lentamente retiró sus lentes de bordes oscuros sintiendo sus ojos pesados e irritados, pasó su mano izquierda entre su melena castaña para así lanzarlo hacía atrás y miró el redondo reloj que estaba pegado por encima de la puerta.
12:34 a.m
Marcaba claramente aquello y pensó que lo mejor sería ir a casa, en donde de seguro su pequeña muñequita lo estará esperando, más seguro ya debería estar durmiendo.
Gracias a su silla con rueda se echó hacía atrás y se agachó para tomar el maletín de color negro que se encontraba por debajo, la dejó sobre su escritorio y colocando algunos dígitos, lo abrió. Guardó todo aquella que se iba a llevar.
Su laptop claramente, para nada en el mundo la dejaría en su oficina. Algunas hojas de importancia que debía firmar y sellar, unos lapiceros y cosas aburridas de oficina.
Después cerró el maletín, se levantó tomando unas llaves y una vez que apagó la pequeña lámpara de su escritorio, camino a la salida de la oficina.
Estando afuera cerró la oficina con las llaves que tomó anteriormente para luego tomar el abrigo que se encontraba sobre el perchero que había a un costado de la puerta, dejando este sobre el brazo del cual sujetaba su maletín.
Mientras caminaba por los corredores del lugar, miraba con atención su alrededor. Todas las casillas en donde sus trabajadores normalmente trabajaban estaban tan vacías y todo estaba tan oscuro que daba vibras de una película de terror.
Lo más seguro es que ya todos se encontraban en casa con sus familias o tal vez para aquellos los solteros pasando su tiempo de soledad viendo películas.
Estando al frente del ascensor presionó el botón de la flechita hacía abajo, cruzando sus brazos esperando de este.
Un "tin" llamó su atención y las metálicas puertas del ascensor se abrieron para él. Sin dudarlo entró, ahora presionando el botón del estacionamiento.
