Viajé realmente con interés genuino de encontrarme. Y uno a veces no se puede encontrar si no se ha perdido. Y así me encontré... en el amor que hoy retomo y que resignifico.
Y es frente a una historia que me pasó hace diez años aquí en Argentina. Yo venía viajando desde Bogotá.
Yo nunca me había visto más bonita. Nunca me había sentido tan fuerte, tan poderosa. Y entré a Humahuaca.
Subí las escaleras, cuando de repente este man se me viene así
-Hola, no me vas a saludar?
Y besito esquineado, así como tres cuartos.
-Hola, soy Max. ¿De dónde eres?
-Colombia.
-Argentina.
Y se sienta. No se me quita nunca. Y comienza a preguntarme cosas. ¿Qué haces con tu vida? Como muy interesado. El loco venía de una infancia también muy dura. Su padre había desaparecido en la captura de videla.
Me enamoré, realmente... Todo encajaba perfecto.
Y yo me encuentro a esta persona con la que comparto muchas aristas de mi ser, muchos radios de acción.
Él venía desde dieciocho meses desde el bolsón yo tenía nueve, el tenía el doble.
Decidimos casarnos. Mi familia no pudo llegar. Pero llegó su familia desde Buenos Aires. Llego yo, feliz y encantada.
Y su hermana empieza a decir... "Ay qué pena, mi mamá no pudo venir, pero te manda muchos saludos. Mi papá también."
Momento... ¿Tú papá no había desaparecido en la dictadura de Videla? No se lo digo... Pero lo pienso, ¿me entienden?
Y un montón de detalles.
"Qué bien que te llevaste a Max y que se encontró a alguien porque hace dos meses nos tenía enloquecidos en Buenos Aires" Pero... Si él venía hace 18 meses desde el bolsón.
Parce, todos los detalles más íntimos no eran de la boca. Yo no conozco Buenos Aires a mí me chupa un huevo. Todo era mentira... Sus hermanos no eran adoptados, el loco no limpiaba vidrios del estadio, nada de lo que me había dicho.
No había estudiado cocina, no había estado en las islas Canarias. No sé si se llamaba Maximiliano. Los detalles más estúpidos. Me comí todo el cuento marica.
Obviamente empaco, me voy a largar de ahí. Y quedo como loca, como en shock nervioso, o sea, ¿qué pasa?, ni siquiera le digo a la familia, nada.
Quería entender, ¿qué putas está pasando aquí?
Voy, busco al loco... Y lo escucho, me cuenta por qué lo hizo y pues... Tuvo una infancia de mierda parce. Su mamá era una puta, se acordaba de los perfumes baratos... Y un montón de cosas que... Drogas y todo. Al loco le pasó todo esto y... Pues cuando uno ama... El amor es amor. Te da la capacidad de creer o de dar una segunda oportunidad.
Uno puede parecer idiota o inocente pero a veces estamos en un momento de la vida en el que todo lo que no sirve lo botamos, lo desechamos, y no nos tomamos el tiempo para reparar, para reconstruir, para amar... Como si estuviera lleno de estrías, como cuando parimos. Estar rotos pero rearmados. Pues uno también tiene derecho a agarrarse de nuevo. A desdibujarse y si tuvo un pasado de mierda dejarlo atrás. Y hasta inventarse un hijueputa nuevo futuro.
De corazón lo perdoné, y instantáneo, sin un proceso, sin pensármelo, sin consultarlo.
Y digo... Bueno, vamos a seguir adelante, vamos a buscar una ayuda profesional también para eso existe y vamos con todo.
Porque yo creo que... Creer es un mensaje, siempre creer. Creer que es posible.
El caso es que, le pregunto a la hermana a ver qué... Y le digo a la hermana que ya sé en qué trabaja su madre y cómo es la vuelta y por qué todo es así.
Y ya me dice que...
¿En qué trabaja mi madre o qué? Si mi mamá cuida ancianos y niños.
O sea... Y resulta que esos ojitos tan bonitos que lloraban así como contándome la verdad, otra vez me lo comí jaja. Por segunda vez. Con ustedes... La idiota.
Pero bueno. Salí de esa situación y finalmente empaqué. Eso fue en Portiguazu. Y viajé a Brazil y dije bueno ahora sí, pues a darme la oportunidad de una nueva vida parce porque uno también tiene derecho a que si cuando lo feo es más que lo bonito... Salir.
Ya estaba dispuesta a arrancar a Brazil cuando a la una de la mañana me llega el personaje y me levanta a piñas, a golpes... Y me desfigura... Un monstruo. Me tenían que ayudar a ir al baño. Me golpeó y me robó todo.
Mis dientes de tiburón que traje del desierto, mis piedras, mis cuadros, mis trabajos elaborados. Lo que no le sirvió... rimel, labiales, el espejo lo rompió. Mi música, mis poemas, lo que había escrito, no volví a escribir nunca más. Puta, cuando te arrebatan todo y la ilusión y... Pero eso nada más pasa viajando, no es solo caerse de una moto, es una muerte en vida, tú no tienes a quién recurrir. Y no voy a llamar a quién... ¿A mi mamá?
Que llamo, que me va a prestar plata donde me voy a hospedar, sale al paso la solidaridad de los Colombianos.
Una cosa que no he visto entre ninguna otra gente, que compartan no una bandera si no un territorio. Puta, llegó gente de toda parte parce. Y me cuidaron. Me adoptaron. Yo les daba mi parche y parchaban por mi y me llevaban al baño marica.
No podía caminar. Mucha gente muy bonita parce. Eso es de lo bonito que nos queda.
Estaba en el hospital y me dicen que... que él andaba en el mismo hospital, se ha tomado un veneno de ratas.
Tan idiota... Uno en ese momento piensa "ay, de pronto hasta me quiso" jaja. De pronto se arrepintió y eso quería decir que me quería algo. Se salvó, tuvo buena suerte. Se supo salvar por chamullero.
Hasta me ofrecieron denunciar, y eso es importante. La misma familia. Y... Me entero yo al hablar con su familia que todo lo que me había contado Max no era mentira, era verdad, pero no le había pasado a él. Le había pasado a otros. Había tenido una pareja cuyo suegro había sido desparecido por la dictadura de Videla. Unos primos que habían trabajado en el estadio de La Boca. A alguien, no recuerdo bien en este momento, una bailarina, unos hijos que tuvieron que adoptarlos. O sea todo había sido verdad pero no le sucedió a él. ¿Tú me preguntas con quién estuve?
No tengo ni idea. Era perfecto mientras viajábamos. Fue una historia de amor increíble. Yo la pasé súper bien, conocí el amor mágico y real.
