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Estaba perdido en algún lugar de la habitación mientras oía a su padre hablar. Desde hace un tiempo la celebración de la boda había sido llevada a cabo, ocurriendo un momento incómodo cuando Eunbi y Jungkook tuvieron que juntar sus labios. 

Ahora mismo se estaba llevando a cabo la coronación y cada persona presente escuchaba atentamente al Faraón.

Aún no podía procesar que después de ese día, tendría una gran responsabilidad en sus manos como lo es una nación y más si es una nación como Egipto. Sabía que tenía a Eunbi y a sus consejeros y a cualquier persona para tomar una decisión, pero eso no quería decir que no estaba temeroso por lo que el futuro seguramente le iba a dar.

Quería seguir con sus actividades como príncipe, para después en la noche, ir con Taehyung a amarse y cuidarse el uno al otro, platicando sobre su día. Quería seguir escuchando atentamente a Taehyung sobre su entrenamiento como general y quería seguir besando esos labios que siempre le llevaban a la perdición.

—Y me ha honrado de todas las formas en las que se puede honrar a alguien —Jungkook prestó atención a las palabras de su padre, arrugando disimuladamente su cara mientras le veía como si hubiera hecho el chiste más grande de la historia. Ellos ni siquiera se habían dirigido palabra después de esa noche, simplemente se miraban y actuaban con el pueblo como una familia perfecta.

—Es por eso que ahora, debemos ceder nuestro puesto a estos jóvenes que gobernarán Egipto con amor y dedicación —La Gran Esposa Real tomó su corona y se dirigió hacia Eunbi, sonriendo mientras la corona era puesta en su cabeza.

Todos aplaudieron y la música empezó a sonar, alabando a la nueva Gran Esposa Real. Eunbi sonrió incómodamente y, por inercia, volteó hacia Seokjin, quien le sonreía en grande.

—Gobernarás Egipto como es correcto. Cuidarás con tu vida a cada pueblerino. Escucharás sus quejas y tratarás de ayudarlo para que haya una mejor convivencia. Serás el mejor soberano que Egipto haya podido tener y honrarás a los Dioses, quienes te han dado todo lo que tienes ahora —el Faraón se acercó a Jungkook, poniendo a cada persona expectante en el lugar. La corona brillaba intensamente y los ojos de Jungkook no se enfocaban en otra cosa que no fuera ella. Tenía un brillo especial, tenía las mejores joyas recolectadas en Egipto, el oro era fino y puro, dándole ese toque tan envolvente—. ¿Lo juras?

Jungkook miró fijamente al Faraón, con un poco de temor creciendo en su pecho. No sabía cómo sería su soberanía, no sabía qué es lo que haría después de eso, no sabía cómo iba a mantener todo, no sabía qué es lo que haría con Taehyung después de eso.

Suspiró y miró la corona, tal vez quería gobernar Egipto como lo haría un buen soberano. Miró a su padre y al pueblo, tal vez se estaba tardando en contestar.

—Lo juro —la corona fue puesta en su cabeza y cada persona en el lugar gritó eufórica. Su padre se puso a su lado y su madre al lado de Eunbi, mientras los cuatro eran retratados por el artista, quien también se encontraba feliz.

Recibieron felicitaciones por los soberanos de otros pueblos y regalos, también, para que su estadía fuera mucho más cómoda.

La celebración de la coronación estaba empezando y cada persona bailaba y charlaba en grande, notado la felicidad de cada uno al nombrar un nuevo soberano.

Jungkook buscó con su mirada a Taehyung, viendo cómo charlaba animadamente con uno de sus compañeros. Un sentimiento se hizo presente en el pecho de Jungkook y no era para nada bueno.

Buscó con su mirada a Yoongi y lo vio hablando con Jimin, el cual, mantenía una sonrisa de oreja a oreja. Su madre y su hermana estaban charlando amenamente, mientras que su padre bailaba con su concubina y se le notaba una brillante sonrisa.

Egypt  ✧KookV✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora