Capitulo 12

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Habían pasado no más de seis meses. Seis meses que el humano despertó de su largo de letargo. El cabello dorado era suavemente sacudido por la brisa, su torso desnudo descansaba bajo la frialdad del agua que descansaba sus músculos adoloridos.

Una expresión cansada que oculto los destierros de sus emociones. Su mente plagada de tantas maldades dejo de pensar en esas negruras emociones, la paz lentamente consumió su corazón.

Un suspiro de placer genuino salió de su boca, sin ninguna connotación sexual. Sus músculos se relajaron bastante bien en las aguas frías. El dolor fue diluyéndose con el paso del tiempo, el arrepentimiento dejo de pesar, las cargas que tenía fue liberada.

¿Y ahora qué? Esa fue su primera pregunta. Nada lo ataba a este mundo, salvo los bijuus que estaban esparcidos como moléculas al mundo.

Alzo la vista, miro la luna solitaria acompañada por estrellas. Sus zafiros heredados se habían desvanecido. El.... Solo acepto su linaje real, sus azules eran ahora blanquecinos, sin eliminar el azul. No obstante, brillaron con esa luminiscencia en la oscuridad.

Una fuerza ardió fervientemente en su corazón, su mente quiso desistir antes aquella tentación. La llama sin carbón estaba progresando, una voluntad estaba renaciendo de las hojas, de sus raíces. Los arboles lo llamaban, le pedían un favor.

"La voluntad de fuego" que tanto su padre predico y aquel hombre peliblanco que entreno a su padre.

Parpadeo, parpadeo y parpadeo. Una sonrisa se deslizo por su rostro. Un fuerte pensamiento surgió de su cabeza y le grito fuertemente a su alma despedazada.

"Protege nuestras creaciones, Legado de Otsutsuki Hagoromo"

El agua fría cambio de forma repentinamente, las direcciones de las corrientes obligaron que formara un huracán, el cuerpo del Uzumaki pareció volar sobre el aire mientras era rodeado por el huracán que iba tomando la forma de un tornado.

Cerro los ojos por unos segundos, y cuando los abrió, sus iris brillaron con bestialidad, provocando que gritase con fiereza y salvajismo, el grito de una bestia enojada resonó por todos los bosques.

El mensaje había sido claro.

Un nuevo dios había nacido. Un brillo rodeo el cuerpo del joven ya adulto, su apariencia evoluciono a una más madura, más adultas. Sus bigotes zorrunos cayeron un abismo del olvido. Su cabello rubio de punta se fue purificando hasta convertirse rojo como la sangre. Sus ojos se tornaron oscuro, pero manteniendo el azul. 

Entonces la luz que rodeo el cuerpo se rompió al instante, los remolinos volvieron a la normalidad, y una fuerte corriente se expandió por el bosque en un diámetro de 80 metros, fue tan fuerte el empujón que llego hasta el campamento mestizo, de la cual se encontraba cerca.

Eso significo que vieron un poderoso brillo iluminar al bosque sobre los cielos más oscuros. Quirón no pudo evitar estar asustado, y a la vez, aliviado cuando ese destello se apagó, pero aún no lo calmo de todo, cuando sintió un poderoso un temblor en el suelo y entonces se dio cuenta, el grito fuertemente al campamento:

—¡Todos abajo!

Los semidioses hicieron caso al instante en el momento exacto que el centauro dio la orden, todos se tiraron al suelo, todos estaban a salvos. Al menos eso quería creer el centauro, cuando vio que no todos lograron tirarse al suelo, sino que se vieron sumido al empujón de aire que los mando a volar contra algunos árboles, veintes chicos y doces chicas estaban inconscientes, era un milagro que estuvieran con vida.

El legado de la profecía(Cancelado, remake:  "El que se rebela" )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora