Parte Única

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Era un cálido domingo, en donde el olor suave a vainilla se podía sentir en el interior de la casa de campo y al petricor en las afueras de la misma, un Do Kyungsoo entrando en los sesentas con suma delicadeza vierte agua sobre sus rosales y jazmines.

Exactamente a las 3:30 pm se puede escuchar cómo la puerta principal es golpeada de forma suave pero rítmicamente. Kyungsoo sonríe al imaginar de quién se trata. Coloca los utensilios de jardinería en el estante donde usualmente los guarda, seca sus manos en un paño cercano y se dirige hacia la puerta del frente, ésta continúa siendo tocada, cada vez un poco más fuerte, pero nunca perdiendo el ritmo del inicio.

-¡Abuelo Do! - al abrir la puerta es lo primero que escucha seguido de un fuerte abrazo. -Te extrañé mucho abuelo.

-¡Jisung! -exclama de la misma manera que el ya no tan niño de doce años, devolviendo el abrazo y con una enorme sonrisa en su rostro.

-Lamento interrumpir, pero el equipaje de Jisung pesa un poco y ya no soy tan joven para sostenerlo por más tiempo.

-Tienes casi cuarenta y dos Taeyong, este viejo con sesenta y dos aún puede cargar dos sacos de abono. -bromeó el mayor.

-Papá, no deberías de hacer eso. No quiero que te accidentes de nuevo, insistes en vivir en el campo y así no puedo cuidarte. Me rompe el corazón el que estés aquí solo. - deja saber colocando la pesada maleta en el suelo.

-Estoy bien Tae, sabes que siempre fue mi sueño vivir tranquilo en el campo en mis últimos años, además esta semana no estaré sólo, mi pequeño Jisung estará vigilando todo lo que haga. - dice revolviendo el cabello del pequeño.

-Por supuesto abuelo, soy más fuerte ahora, tal vez la próxima vez que te visite ya pueda cargar más de un saco de abono. -contesta inflando el pecho con orgullo y confianza.

-Está bien Super Hulk.-Taeyon se coloca a la altura de su hijo para abrazarlo y dejar un beso en su frente. -Portate bien, cuidate y también al abuelo.-asintiendo con la cabeza y una sonrisa Jisung abraza a su padre, toma su maleta sin dificultad y bajo la asombrada mirada de su padre la lleva a la habitación que suele usar cuando está con su abuelo.

-Muchas gracias por cuidar de él, papá. Espero la convención no se alargue demasiado. Te llevaré a recorrer los nuevos museos cuando volvamos. -Promete Taeyong a su padre.

-Por supuesto hijo, ve con cuidado. Envíale mis saludos a Ten. Todo irá bien, serán los mejores expositores, ya lo verás.-alienta el mayor abrazando, a su hijo, como despedida.

Kyungsoo observa cómo Taeyong sube a su auto y éste va desapareciendo a medida que se aleja.

Después de cerrar, se dirige a la cocina a preparar una merienda, sabe que Jisung dormirá un poco después de desempacar y cuando despierte tendrá hambre.

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Para algunos el tiempo avanza cada vez más rápido, para otros puede ser eterno. Para Kyungsoo estos 9 meses en el campo han sido tiempos de paz y reflexión, pero siempre deseó un tiempo de sanación a su mente y alma atormentada.

Gracias a que la convención de los padres de Jisung se extendió, dos semanas con él y siente como vuelve a la vida con cada carcajada y ocurrencia del menor.

Abuelo y nieto se encontraban entre manzaneros y melocotoneros, recolectando duraznos para hacer mermelada, Taeyong y Ten vendrán en un par de horas más y Jisung deseaba llevar a casa al menos dos frascos de la deliciosa receta del abuelo.

¿Quién es JongIn?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora