𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟸

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Aunque SeokJin se había propuesto no aferrarse al pasado, no lo pudo evitar, no había podido superarlo y al parecer jamás lograría superar su pasado. Miró su ordenador, su peor pesadilla se estaba convirtiendo realidad.

"Reservación a las 8 en Stcakhouse"

—Malditos prostitutos. —murmuró SeokJin, restaurant y hotel en el mismo lugar. Muy práctico. Lo más seguro que los cuatro jinetes del apocalipsis se reunirían para cenar y después se irían hacer una orgia con varias mujerzuelas en el hotel.

Jamás cambiaran.

Entrando en su correo, reviso sus archivos guardados ahí, abrió la carpeta que decía "Infierno" era su anuario de preparatoria, lo había quemado después de escanearlo, y solo lo había hecho por una razón, para recordarse que jamás en la vida volvería a dejarse pisotear por nadie. Pasando por entre las imágenes, llegó a la que estaba buscando, los K.A. aunque en lo personal, él los llamaba los cuatro jinetes del apocalipsis, tal vez era exagerado, pero en aquel entonces no había podido pensar en algo peor que eso.

En la escuela eran el grupo del Kappa Alpha, en referencia a la fraternidad de la universidad en Princeton. Aún estaban en preparatoria, pero los Kappa Alpha era su herencia, todos los hombres en su familia asistían a Princeton y siempre pertenecían a esa fraternidad, por esa razón esos niñatos ya se hacían llamar en aquel entonces los K.A. incluso había escuchado que no importaba si estos niños ricos aprobaban el examen o no la cuenta corriente de sus padres aseguraba su lugar en la Universidad.

Sí, el mundo era una mierda la mayor parte del tiempo.

Buscando en sus archivos encontró otra foto más moderna, eran los mismos cuatro hombres, pero quince años después. A excepción de la edad no habían cambiado mucho, poniendo las dos imágenes ante sus ojos, comparo a cada uno.

El primero a la derecha era Min YoonGi, arrogante mujeriego en la ciudad de Los Ángeles, por lo que SeokJin podría decir era que el hijo de puta era afortunado en haber nacido en cuna de oro, había ido a la universidad, aunque dudaba mucho que, para estudiar, era un importante inversionista. Miró sus rasgos, rubio, el cabello lo mantenía igual que en la preparatoria, un poco largo y lacio, sus ojos azules y su sonrisa sexy le aseguraba las compañeras de cama todos los días.

Después se encontraba Park JiMin, modelo internacional, ¿Cómo no? Dudaba que ese idiota tuviera cerebro para algo más, ¿Por qué siempre los idiotas nacían con buena estrella? No solo había nacido en una familia rica, sino que tuvo la fortuna de ser atractivo, buen cuerpo y linda cara, aunque en lo personal no le gustaba el cabello demasiado largo, y eso que era gay, pero en gustos se rompen en géneros, admitía que, si tenía que envidiarle al hombre algo, ese sería su firme trasero.

En la esquina a la izquierda se encontraba Jeon JungKook. SeokJin suspiro, para él definitivamente habían pasado los años, en la preparatoria mantenía el cabello largo, ahora estaba demasiado corto, su cabello castaño claro combinado a esos grandes y brillantes ojos color chocolate, ahora mantenía barba, eso lo había parecer más maduro... SeokJin aparto la mirada, nunca supo porque él permanecía con los K.A.; nunca lo comprendió, JungKook era como un espíritu libre, siempre se lo imagino viajando por el mundo, viviendo como hippie, era tranquilo, serio y callado. En la escuela, cuando no estaba con sus tres cómplices, lo podías encontrar recostado en los jardines con la mirada perdida en el cielo, o en el salón de música tocando el piano o la guitarra, incluso juraba que una vez lo escucho cantar. Y siempre que veía a sus amigos torturar a alguien en la escuela, él se alejaba... SeokJin movió la cabeza, JungKook no era un ángel, era tan idiota como todos los demás. Hoy en día era un importante fotógrafo que viajaba por el mundo, sus cuadros eran vendidos por miles de dólares.

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