Capítulo único.

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SEXTO AÑO AU
o quinto, no sé.

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──── Lo harás bien, compañero. ───Harry sonríe con un imperceptible rubor en las mejillas y se acomoda los lentes sobre las nariz luego de fingir que se ha guardado algo en el bolsillo de la túnica. Hermione le lanza una mirada fugaz, frunciendo el ceño un segundo antes de inclinarse a reprenderle.

──── ¡Harry, eso está mal! ───Ella sisea, en un grito-susurro. Ron luce confundido, mirándolos hasta que su cerebro hace la conexión y eleva ambas cejas con sorpresa. Titubea, a punto de hablar, pero se decide a seguir caminando, atontado, hacia los vestidores.

Una vez lejos, Harry le enseña a Hermione el frasco lleno del líquido amarillento. La chica aprieta los labios, reprimiendo una sonrisa y sacudiendo la cabeza.

──── Ya verás que ganamos. Solo necesita creer en sí mismo.

Recibiendo un golpecito en la espalda, Harry trota para alcanzar a su mejor amigo.

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Los labios rosados de Harry se estiran en una sonrisa brillante, el orgullo se refleja en su mirada mientras Ron es felicitado por todos, con los Gryffindor cantando de fondo una versión alterada de A Weasley vamos a coronar.

El partido ha ido de maravilla.

Ron ha cubierto todos los tiros, luciendo de manera espectacular mientras lo hacía. El cabello rojo se mecía contra el viento conforme daba rápidos movimientos, se veía guapísimo sobre la escoba. La sonrisa que tenía hizo que Harry tuviera complicaciones para concentrarse, pero al final alcanzaron la victoria.

Ahora Ron es víctima de toda la atención y Harry está feliz con eso. Sabe lo mucho que le gusta a su amigo recibir halagos, sentir que ha hecho algo bien. Aunque le causa gracia ver que tiene las orejas rosadas y mueve torpemente las manos para chocar los cinco con los demás.

Harry siente a Hermione apoyarse a su costado, ella también sonríe.

──── ¿Ves? Solo le hacía falta confianza en sí mismo. ───Harry suena presumido, cosa que no suele pasar. Casi parece pavonearse a costa de la gloria de Ron. Hermione entrecierra los ojos, como si una comprensión silenciosa la golpeara.

──── Oh. ───Dice ella, intercalando la mirada entre sus mejores amigos. Harry frunce el ceño, curioso por la mirada de Hermione.─── Te gusta Ron.

──── ¿Qué? ───Farfulla él de inmediato, incrédulo. Sin embargo, el rubor que cubre sus mejillas es tan notorio en su piel morena que es imposible pasarlo por alto. Hermione se ríe.

──── No intentes negarlo. ───Advierte.

──── No... No tengo idea de que estás hablando. ───Intenta negarse a pesar de la advertencia. Obtiene un golpecito en la cabeza.

──── No te hagas el tonto conmigo, Harry James Potter. ───Hermione resopla, cruzando sus brazos.

──── Escucha...

Pero pasos en su dirección interrumpen su conversación. Ron se acerca a ellos, el ceño fruncido y el rostro pecoso con un tenue color rosado que lo hace ver bastante dulce. Claro que los músculos que están a la vista bajo la camiseta ajustada que viste y la altura imponente que tiene, contrasta mucho con ese aire adorable.

Le da una extraña mirada a Hermione y la chica no tarda en, una vez más, captar algo. Ella cubre su boca y suelta una carcajada.

Antes de que Harry pueda exigir una respuesta, hay grandes manos pecosas enredándose en su cabello. El rostro de Ron se inclina hacia el suyo y labios tibios se posan sobre su boca. Harry cierra los ojos por instinto y casi puede jurar que su corazón se ha saltado un par de latidos.

Ron, que siente su sorpresa, no se aparta; por el contrario, desliza sus dedos entre las hebras negras e impulsa su boca contra la de Harry. Eso sirve para sacar al más bajo de su estupor, subiendo sus manos velozmente para sostener las mejillas de Ron.

Con ojos cerrados y dedos suaves masajeando su cuero cabelludo, Harry suspira contra el beso que su mejor amigo le brinda, perdido por completo en la sensación burbujeante que inunda la base de su estómago.

Es una calidez que se extiende por sus venas. Es como trasladarse a un mundo de algodón, donde todo es tan suave y dulce que Harry se hunde en los sentimientos satisfactorios y se deshace entre los brazos de Ron cuando éste le rodea por la cintura.

La cajita de vidrio en la que se envolvieron se rompe abruptamente por el carraspeo demasiado fuerte de Hermione. Ella sonríe con las mejillas rosadas, mirándolos nerviosamente.

Harry, entonces, cae en cuenta de que siguen en medio de la maldita Sala Común y todos los ojos están en ellos. Ron parece darse cuenta de lo mismo, porque se pone tan colorado como un rabanito con insolación.

──── Huh... ───Harry tose pues la voz le falla.

──── Vámonos. ───Ron prácticamente chilla, tomando la mano del más bajo y tirando de esta para sacarlos del lugar.

Hay murmullos, quejas y comentarios tan agradables como desagradables que ambos ignoran, trotando torpemente hacia la salida.

Han dado la tercera vuelta fuera cuando se detienen. Harry, vacilante, dirige su mirada a Ron, que se la devuelve junto a una sonrisa.

──── ¿Por qué...? ───Sus palabras mueren ahogadas en un nuevo beso. Ron le sostiene contra la pared. No es nada pecaminoso, es tan lento y suave como el primero. Solo que esta vez parecen más conscientes; sus manos no se detienen y acarician al contrario sutilmente, sus lenguas entran al juego y exploran con libertad. Cuando se alejan, toman un par de respiraciones y luego se besan un par de veces más.

──── Espera, espera ───Harry, aunque con cierta renuencia, detiene la sesión de besos. Sus dedos, sin embargo, continúan jugueteando con el cabello rojo entre sus dedos. Los ojos verdes parpadean hacia Ron con incertidumbre.── ¿Qué significa esto?

──── Pues que me gustas. ──Obvia el más alto, hundiendo el rostro en el cuello de piel canela. Deja un beso ahí.─── Mucho. ───Ahora un beso en la barbilla de Harry.─── Muchísimo. ──Uno en la mejilla, luego uno en la nariz y uno más en la frente.─── Tanto que no puedo más.

Lo observa fijamente, buscando la señal de lo que sea. Harry tiene la cara roja y una sonrisa tímida tira de sus labios magullados.

Ron, al verlo, sonríe y llega al final; un beso más en los labios, uno se vuelve dos y dos se vuelven tres.

Después de un buen rato, ya ninguno lleva la cuenta. Demasiado ocupados besándose entre dulces palabritas que susurran en voz baja, es tan íntimo que no hay manera que nadie lo escuche.

Y quizás Ron este infinitamente avergonzado al descubrir que no tenía ninguna suerte mágica de su lado, pero Harry podría animarlo a besos.

SUERTE LÍQUIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora