Leah.
Me empecé a sentir acorralada, como si los árboles que se encontraban a mi alrededor empezaban a cerrarse y a venirse en mi contra. Se me dificultaba respirar y me sentía totalmente mareada. El corazón me palpitaba como nunca antes y me doy cuenta que esos ataques de pánico que solían darme años atrás han vuelto a mi realidad.
Las chicas intentaban calmarme. Madison conducía mi auto mientras Peyton y Alice me rodeaban intentando ayudarme a tranquilizarme. Por mi cabeza solo aparecen las imágenes de esos hombres muertos en el suelo y la terrible visión de ver como aquel hombre casi le dispara a Aaron en el mismo momento en el que yo aparecía. No podía procesar aquello, si yo no hubiera llegado en ese momento, ni siquiera quiero pensarlo.
—¡Leah, respira por favor, calma Chaparrita, se te va a salir el corazón, por Dios!—Exclama Peyton toda asustada.
—Tenemos que llevarla a la clínica, Leah está teniendo un ataque de pánico.—Dice Alice nerviosa.—¡Mad, conduce más rápido!
Niego muchas veces con la cabeza y empiezo a toser sintiendo como el aire no me está llegando a los pulmones.
—Para el auto, Madison.—Le digo con dificultad.
—No Leah. Tenemos que llegar a urgencias.—Responde Alice aterrada.
Vuelvo y niego.
—¡Detengan el auto, por favor! Necesito aire, necesito salir.
Madison frena de golpe y Peyton me abre la puerta a lo que yo salgo toda despavorida del auto lanzándome al suelo intentado encontrar aire. La imagen de Aaron y ese hombre a punto de dispararle me llega nuevamente a la cabeza y no puedo evitar soltar en un llanto insaciable que me hace sentir aún más débil. Siento los brazos de las chicas a mi alrededor sosteniéndome.
—¡Por el amor de Dios, Leah! ¡Estás temblando!—Grita Alice asustada.
—Respira Leah, calma, todo está bien, estás bien.—Intenta calmarme Peyton.
Siento como las tres se lanzan al suelo conmigo en plena calle oscura con el auto a medio parqueo y me abrazan dejándome llorar todo lo que necesitaba hacerlo.
—Estuvieron a punto...lo iban a matar. Si yo...si yo no llego Aaron ahora mismo...—No podía terminar una oración.
—Shhh, pero llegaste Leah, y no pasó nada, Aaron está vivo, está bien. Calma preciosa, vamos, necesitamos llevarte a la clínica.—Me dice Madison con voz dulce pero preocupada.
Vuelvo y niego con la cabeza y siento como la respiración poco a poco empieza a tomar su ritmo y empieza a entrar el aire por mis pulmones. Cierro los ojos y me mantengo así unos segundos. Haber visto como Aaron casi muere ha sido la experiencia más horrible que he vivido y no quiero recordar esto ni un segundo más. Intento ponerme de pie y las chicas me ayudan.
—No quiero ir a la clínica, ya estoy mejor. Quiero llegar a casa, necesito descansar.
—No vamos a dejarte sola Leah, si te vas a casa nos vamos contigo.—Me dice Peyton.
Me limpio el rostro con el dorso de la mano y asiento con pocas fuerzas. Ellas me vuelven a abrazar y luego volvemos a subirnos al auto para tomar camino hacia la casa grande, no hay otro lugar al que pueda ir ahora que allí.
El camino se me hace eterno pero cuando llegamos yo solo quería subir a la habitación y dormir para olvidarme de todo lo ocurrido esta noche. Peyton se encargó de decirle a Susan que me preparara un té para calmar los nervios y subieron conmigo a la habitación. Es muy bonito tenerlas a todas aquí cuidándome y viendo por mi bienestar, las quiero tanto y les agradezco mucho que estén aquí conmigo. Me recuesto en la cama y ellas me rodean dándome toda clase de mimos.
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Mi Liberación #3
RomanceTERCER LIBRO DE LA SAGA MI ASESINO FAVORITO. Meses después de Leah haber heredado toda la fortuna de Jojo, las cosas parecen empezar a encajar a la perfección. Todo aparenta marchar a viento en popa que no existe el tiempo para preocuparse por absol...