Harto volvió a sobar su frente, no sabía la cantidad de veces que lo hace aquel día y no le importaba. Pero no tenía de otra era su trabajo. Al que odiaba pero trabajo al fin y al cabo. Miro por un momento la fotografía de su antiguo equipo de fútbol de la secundaria y no pudo evitar sonreír con nostalgia.
En aquel tiempo no tenía problemas más halla de ganar el torneo de fútbol, aprobar sus exámenes y encontrar tiempo para entrenar.
Entrenar junto a él..
No pudo evitar sentir tristeza al recordarlo, y menos cuando justo se encontraba aquella foto grupal, como siempre a su lado. Por algo sus dorsales eran el número 1 y 2. Eran un dúo, un equipo. Con pesar guardo aquella foto dentro del cajón de su elegante escritorio y continuó con el papeleo pendiente.
Le había prometido a Natsumi que volvería a casa temprano para celebrar su aniversario, aunque para desgracia de su esposa ella no era la razón por la que el castaño terminó su trabajo antes de tiempo. No, el no estaba ansioso por celebrar a su lado. Lo que él deseaba era pronto Salir de su oficina para poder verlo.
Aun sabiendo que no debía, que ahora era un hombre casado y lastimaría a su esposa, y se repetía que por desgracia por más que se negaba a aceptar. Aquella persona que visitaba a diario en esa habitación de hospital, no la volvería a ver sonreír, jamás lo volverá a regañar y no lo volverá ah amar con esa dulzura eh infinita paciencia que lo caracterizaba.
Y era su culpa.
Si tan solo no hubiera dudado de seguir con ese hermoso amor, si no se hubiera planteado la idea de satisfacer a sus padres con que formará una familia tradicional, si tan solo esa noche lo hubiera abrazado por la espalda como lo hacía cada vez que peleaban en vez de hacerse el dormido y dejar que saliera ala mañana siguiente a realizar su acostumbrada caminata.Pero no tiene caso arrepentirze a estas alturas, no valen la pena. Al final está haciendo cada una de las malditas cosas que tanto lucho por evitar hacer.
¿Sus padres ahora estarán satisfechos? Esperaba que si, porque su eterna infelicidad camuflada detrás de su típica sonrisa debía valer la pena no le quedaba nada más.
Derrpente ya se encontraba frente a la puerta de aquella habitación, antes de entrar en automático sus manos se movieron retirando si argolla matrimonial que simbolizaba la unión que no era más que una farsa. No se atrevía a usarla mientras estaba junto ala persona que el reconocía como su más grande y verdadero amor.
Una leve risa se escapó de sus labios, sentía que no estaba bien de la cabeza. Frente ala sociedad y la ley juro unir lazos con la pelirroja y aún así; aquí se encontraba. Lanzando palabras de amor que se asemejaban ala auténtica poesía que solo un romántico enamorado podría decir, y no eran dirigidas a su esposa.
En primer lugar, ¿Porque ella decidió casarse con el? Muy bien sabía que él no la amaba, que sus más preciados pensamientos y sueños eran ocupados por esta persona que solo vivía de forma artificial, que cada que realizaba sus obligaciones maritales necesitaba recordar el rostro sonrojado de su amado chico peliazul llegando al clímax para poder llegar el también pero con su esposa. Y en este momento sentada en el elegante comedor con una exquisita cena puesta en la mesa ella sabía muy bien el porque de su demora.
- ella tampoco debe estar bien de la cabeza, ¿No lo crees?, Kazemaru.- mientras sonreía viendo aquel rostro pacífico recostado sobre la camilla, a pesar de estar más delgado y pálido con cada año qué pasaba a los ojos del castaño, el chico seguía viéndose hermoso.
Continuará...
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la vida que nunca quise. [EnKaze]
Fanfiction-kazemaru, ¿hay algo que quieras más que nada en el mundo?.- Endou preguntaba tratando de que el mencionado no se diera cuenta de sus intenciones de saber que iba a querer su amigo de cumpleaños. kazemaru se lo pensó un momento y derrpente el castañ...