Marginada | El Marginal |

CAPÍTULO 1 TEMPORADA 3

Sacuestramos a la hija de Lunatti. Desde que llegó la pibita James cambio mucho, así que yo también lo hice. Llego un nuevo interno, "Pastor" se llama, piola el wacho, tiene una cara de orto. En la mañana estábamos en el pabellón, Mario, James y yo estábamos en su pieza, entro Dios con Morcilla, el último saludo a James. Mire a Dios y le hice una seña como de "¿Que onda?", Este me respondió con otra seña haciendo que no sabe, morcilla nos explico, me pidió a ayuda a mí para hacerlo cagar fuego a el nuevo. No lo íbamos a matar obviamente le íbamos a dar un susto

Me fui a las duchas, había arreglado algo con unos pibes. Los pibes entraron y hicieron lo que tenían que hacer, salieron y entre a las duchas, me fui hasta donde estaba el nuevo.

Yo: Uy, amigo.
Te hicieron pija.
Conmigo no te la agarres, yo sigo órdenes.
Órdenes mías obviamente.

Entro morcilla

Yo: Agarratela con este.

Salí de las duchas y me fui a para el pabellón, pare en la puerta del patio porque me llamaron.

César: ¡Sol!
Vení, dale.

Me acerque a las rejas.

Yo: ¿Que querés?

César: ¿De dónde venís?

Yo: De darle la bienvenida a el nuevo.

César: ¿Que le hiciste?
No vez que es amigo el chabon.

Yo: Amigo mío no es.

César: Bueh.
¿Y si me das un beso mejor?

Yo: Chúpame la pija, gil.
Deja de hablarme, porque después tengo problemas.

César: ¿Con quien?

Yo: Con mí hermano.

César: Ah...
Gordo puto ese, ¿Que me va hacer?

Yo: Lo insultas de nuevo y en vez de un beso te voy a dar una piña.

César: ¿Me vas a dar un beso?

Yo: Ni en pedo.
Chau.

Me fui a el pabellón. Más tarde Dios y yo nos fuimos a lavar nuestra ropa, llegamos y nos encontramos a el nuevo, Dios para entrer en confianza comienza a contar un chiste a el final todo comienza a reír menos el nuevo y yo, es que el chiste era muy pelotudo. Entro Morcilla y hubo un momento de tención entre el nuevo y este.

Yo: Che, Morcilla.
Mira, que está todo cheto con el amiguito.

Salí de la lavandería y choque con James. Al último que no quería ver.

James: ¡Ey!
¡Despacio, mamacita!

Rodeé los ojos.

James: ¿Que le pasa?

Yo: ¿Que te importa?
Anda con la pendeja esa.

James: ¿Usted tiene celos?
¿Está celosa?

Yo: ¿De que voy a estar celosa, pelotudo?

James me toma de la cintura y me acerca a el.

James: Deme un beso.

Yo: Deja de joder.

Me agarró de la barbilla y me beso, cuando me aleje vi a Arnold pasar para la enfermería, este me miró sorprendido, sabía que se iba a armar bardo pero no lleve el apunté y me fui a el pabellón. Llego James, se fue a dar de comer a Luna la pendeja que secuestramos.