Capítulo 4

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Nota de la autora:  Hola chicos, lamento la demora. Había olvidado actualizar. Espero que disfruten.

[Bajo de la mesa - Morat]

Siempre me ha gustado salir a caminar después de que llueve.

Especialmente si es en la tarde y voy sola . Es como si fuese la oportunidad perfecta para ponerme a pensar en mis cosas .

Hoy fue mi día de suerte . Al parecer los astros giraron en la dirección correcta para que yo realizara mi extraño hobbie .

No sé porqué era tan masoquista , sólo sé que a diario me destrozo la mente pensando en todas las cosas tristes que me han sucedido . Para mi consuelo , el paisaje estaba muy bonito ; un arcoiris decoraba el cielo que yacía tan nublado y el petricor se expandía por  la ciudad  .

Caminaba lentamente por las calles de Barcelona , saludaba a las personas conocidas que me rodeaban y a las demás solo las observaba sutilmente aunque de vez en cuando soliera brindarle una que otra sonrisa a algún desconocido .

—¿Gema?

Una voz interrumpió mis pensamientos y mi tenue distracción .

Volteé  para corresponder a la persona que me llamaba y fue cuando ví un cuerpo fornido con labios finos y soberbios ojos verdes .

En ese momento sentí ese cosquilleo intenso en mi interior , hasta pudiese asegurar que mi cuerpo tembló de forma leve .

Me preguntaba cuándo sería el día en que dejaría de temblar así al verlo. Aún así fingía fortaleza y lograba mantenerme firme .

—Ho-hola .

—Hola —Le devolví el saludo junto a una sonrisa mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja .

—¿Qué haces por aquí?

—Salgo a caminar algunas veces , por mero aburrimiento . ¿Y tú? ¿Qué es de tu vida?

—Me divierte como me preguntas eso cuando solo hace dos semanas que no me ves .

—En dos semanas pueden pasar muchas cosas , Víctor .

Dios mío. ¿Por qué pronunciar su nombre me hacía sentir tan nerviosa?

—Tienes razón , pero no , mi vida sigue siendo la misma que hace dos semanas .—Hizo una pausa y rió por lo bajo , tanto que su risa me pareció el sonido más bonito del día . —He venido a liberar un poco la mente y da la casualidad que te he encontrado en el mismo sitio .

—¿Por qué? ¿casualidad?

—Tú siempre tan curiosa —Declaró mirándome a los ojos con ternura mientras levantaba la comisura derecha de sus labios  .

—Pues si , ¿Que podría decirte?

—¿Tienes hambre?

—No mucha .

—¿Y si te compro una hamburguesa?

—Sabes , creo que mi estómago comienza a pedirme que le dé mantenimiento .

Se echó a reír en voz baja como siempre acostumbraba hacer y me puso una mano en la espalda para guiarme .

Íbamos caminando en silencio , sin mencionar una sola palabra . Sólo sé que me miraba ; yo también , en cuanto giraba su rostro para mirar al frente yo lo observaba a él  .

—Es aquí , hemos llegado .

Yo solo miré el cártel de la cafetería en silencio.

" Vintage café "

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