Nos separamos pero si el destino lo quiere, nos volveremos a encontrar.
19 de noviembre de 2005.
El día que nací.
Hola me llamo Lía y en la fecha que ven justo ahí fue el día que nací, tengo 17 años, toco violín, vivo en Nueva York y no, no soy hija única, tengo un pequeño pero muy desastroso hermano de 8 años. Mis papás se llaman Elizabeth y Rogelio.
Mi familia es un poco distinta a mí, solo un poco, cuando mis papás eran jóvenes, no lo digo que no lo sean ahora, sino cuando lo eran aún más, tocaban en una banda y no en cualquier banda, una banda de rock, su grupo era el más famoso en Nueva York, cuando nací yo ellos seguían yendo a sus conciertos a tocar, me llevaban con ellos para que me interesara el rock como a ellos, pero en su lugar, me interesé por el violín, la música clásica, como Beethoven y otros artistas.
Cuando mi hermano Liam nació mis padres dejaron la banda para dedicarse cien por ciento a nosotros y ahora más con dos hijos que cuidar. Mi hermano, él si salió interesado por el rock, no como yo. Me pregunto a diario si no seré adoptada.
Muchas personas me han preguntado porque me interesé por el violín, la música clásica, y no por el rock como el resto de mi familia.
Me interesé por el violín en la forma de tocarlo, de cómo puedes transmitir melodías tan bonitas y suaves con tan solo tocar una nota, me enamoré del violín, es en la única cosa que estoy enamorada, no como todos los demás, que se enamoran de un chico, yo me enamoré del violín, de la música que transmite al momento de tocarlo, me enamoré de todas las notas que puedes lograr con él y hasta que me muera, dejaré de tocarlo.
Aunque yo no esté interesada en el rock como mi familia, ellos siempre me han apoyado en todo y creo que sin ellos no lo hubiera podido lograr.
Mis papás me pagaban las clases de violín, eran 3 días a la semana por 4 horas, pero eso para mí, no era suficiente, llegaba de las clases, sacaba mi violín y me ponía a practicar, mis papás me dijeron, si quieres algo lucha hasta alcanzarlo, no te quedes a la mitad de lo que podría cambiar tu vida completamente. Me quedaba practicando hasta la hora que mis papás me decían que parara, pero si ellos no me lo decían, yo no paraba.
8 de enero.
Hoy he ensayado más que nunca, dentro de muy poco tendré mi primera presentación con violín y yo sola, y eso, me asusta un poco la verdad, nunca he tocado con público, siempre he tocado yo sola en mi habitación y con mis padres, pero nunca en un auditorio frente a muchas personas.
Me da miedo el hecho de pensar que me equivocaré, pero mi familia y amigos dicen que soy una maestra con el violín y que todo va a salir bien, solo tengo que tener confianza y seguridad en mi misma.
He ensayado todo el día, en mis tiempos libres durante la escuela, cuando llegué de la escuela y ya son las 8 de la noche y no he parado.
- ¿Sigues ensayando Lía? – Pregunta Elizabeth, su madre.
- Si mamá, sabes que es una muy buena oportunidad y no quiero equivocarme.
- Pero, has estado todo el día ensayando, tu padre dio la idea de salir a cenara ese restaurante que tanto te gusta, ven, vamos, sirve que te despejas un rato y nos divertimos en familia.
- Está bien, vamos.
Hemos venido a cenar a mi lugar favorito desde niña, es un lugar de sushi, donde ponen música de todo tipo y siempre nos divertimos mucho cuando vamos.
Pero hoy es un día diferente, habrá una banda de rock tocando en vivo, es una banda que apenas está arrancando en la ciudad, y el cantante principal va en mi escuela, se llama Lucas. A pesar de que va en mi escuela, no nos hablamos, él es un año mayor y no soy muy buena socializando.
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El deseo de amar para siempre
RomanceLía una chica que ama tocar el violín se enamora de Lucas, un chico completamente diferente a ella. Se enamoran, pero deciden separarse porque cada uno tenía planes diferentes para su futuro.