La Casa San Isidro originalmente pertenecía al grupo Azahara antes que los Maxwell se lo arrebataran hasta arruinarlo. Era un mega complejo de 160 hectáreas dividido en dos sectores, donde la sección delantera era el refugio para gente sin hogar y el sector trasero, el banco más grande e importante después del Primer Banco Nacional de la República.
Un lugar donde los accionistas, empresarios, amigos y amantes de Mordecai Maxwell guardaban su dinero.
En definitiva, era el banco más rico y por lejos, el único que podía seguir manteniéndose en pie en caso de una corrida debido a que no sólo guardaba dinero legal, también el dinero sucio de sus clientes.
En cambio, para camuflar sus negocios negros y desviar las miradas indeseables, la casa tendía su mano a la gente necesitada fungiendo como asilo y refugio para lavar sus activos.
Los supuestos gastos de alimentos, medicación y vestimenta eran solventados gracias a donaciones que para variar eran absorbidos por Joy, dejando en pleno abandono a los carenciados y al edificio mismo en ruinas. Pero el mayor problema, se hallaba en los subsuelos donde retenían a las mujeres y niños para explotarlos en talleres clandestinos.
Lastimosamente de ese asunto, nadie hablaba a causa de un bozal legal impuesto por Mordecai luego que su anterior presidente, Larry Tremont lo denunciara hace quince años y al cual envió a prisión.
Josie Odonell era la actual CEO y una de las tantas mujeres que rondaban la cama de Mordecai. Su trabajo era cuidar el dinero y evitar que cualquiera abriera la boca acerca del trato en la Casa San Isidro para con los pobres pero eso estaba por verse.
Dos horas antes que Camille fuera arrestada, alguien se movía por debajo de la mesa para causar caos.
Estando a 50 metros de la entrada del edificio, el paso del auto de Josie se vió obstruido por varios camiones de una empresa de jardinería y construcción que estaban realizando el acondicionamiento de los terrenos frente a la Casa San Isidro.
-Maldita sea, cada día es peor- tocando la bocina, quería que movieran los camiones
-Cálmate abuela, ya nos vamos!- el chófer se corrió para dejar el acceso libre
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La Canción del Ave Enjaulada
FantasyUn hijo legítimo tratado como un suplente. Una lucha de intereses políticos. La perdida de un padre adoptivo en batalla y la muerte de un amor sin futuro que acabó por arrastrarlo a la ejecución. -En caso de que fuese su verdadero hijo, que me diría...