Baby, you're not alone 🍼 ~Finalizada

Dos bebés, un cuidador

Jungkook sabía lo difícil que podía llegar a ser cuidar a Yoon, pero no estaba seguro de como sería cuidar a Jimin...

Así que en cuanto estuvieron juntos no esperó que aquello fuera a suceder... Pero ¿cómo no lo vio venir sabiendo cómo era Jimin?

El pequeño había ido por su caja de maquillaje y cosas para el cabello. Había hecho que se sentara y pedido ayuda a Yoon para según él "dejarlo perfecto".

Jimin lo peinaba mientras Yoon jugaba con los colores de las sombras y hacia combinaciones que normalmente no irían juntas.

Al final el pequeño Mimi también había escogido el labial y cada uno pintó las uñas de una mano.

— ¡Listo! ¡Bonito! – declaró Jimin sonriendo.

— Oh, ¿puedo verme en el espejo entonces? – les preguntó sonriendo.

Yoon asintió y le entregó torpemente aquel pequeño espejo para que se viera.

— ¡Me encanta! – soltó de inmediato.

La verdad era que probablemente se veía ridículo, peor que un payaso pero lo habían arreglado ambos y eso era lo que lo hacía tan especial.

Después de aquello los dos pequeños habían ido por sus peluches para jugar, Mimi se veía demasiado tierno intentando cargar a Celia cuando era obvio que le costaba trabajo.

Tuvo que ayudar a ambos para ir a abajo, tomó primero todos sus peluches y los bajó; después bajó a uno y luego al otro para que no hubiera ningún accidente.

Los supervisó muy atento, pero Yoon era diferente con Mimi. Era mucho más tranquilo que cuando estaba solito, tal vez así se sentía incluso con una paz mental más alta.

— ¡Kookie! ¡Caturas! ¡Caturas! – pidió Yoongi en cuanto se aburrieron de jugar.

Jungkook tomó un momento para entender que quería ver caricaturas, les puso algo que pensó les gustaría a ambos. Interesante pero lindo.

En lo que estaban viendo aquello se puso a cocinarles algo. Si algo no faltaba en aquella casa era comida, la señora Park siempre tenía llena la despensa porque así no tenían la excusa de dejar de comer.

En ese momento pensó que le gustaría que estuviera ahí para ayudarlo, pero sabía que también debía de trabajar... Así que ¡Él podía hacerlo!

Maldijo un poco por el hecho de que siempre lo habían tratado como el menor del grupo, estaba acostumbrado a que todos hicieran las cosas por él.

Hizo un puchero mientras sacaba las cosas para hacerles nuggets y servirles juguito en vasitos entrenadores. No creía que Yoon tuviera problemas en compartir unas cosas con Jimin.

Les puso unos cuantos en cada plato y un poco de ketchup para que ellos le pusieran, no se atrevería a dejarles el bote ni de chiste.

Les llevó todo y los pequeños se entretuvieron comiendo en lo que seguían viendo sus caricaturas.

Solo que Jungkook había olvidado un detallito... Algo que normalmente Jin o Hoseok solía encargarse.

Yoon comenzó a llorar de repente, aquello siempre lo estresaba demasiado porque le daba pena.

— ¿Qué pasó, bebé? ¿Qué tienes? – preguntó Kook un poco nervioso.

— Creo... Que Yoonie tuvo accidente – explicó Mimi volteando a ver los pantalones de su hermanito y después agregó un poco inocente e incluso sonriendo — Y yo tabien... –

Maldición... A ninguno le había puesto pañalito aunque sabía que era mejor hacerlo que tener que lidiar con un pequeño angustiado.

— Vamos vamos, no pasa nada Yoon. Vamos a tener un bañito y no vas a estar solito esta vez. Los accidentes pasan, incluso a Mimi – lo intentó animar.

Subió a cada uno al baño, les preparó la tina y los metió con cuidado.

Aquello nunca era fácil, siempre le ponía triste el estado de Yoon... Sabía qué era lo que había pasado y la razón por la que seguía regañado pero verlo nuevamente delgado y con tantas marcas en su estómago era difícil...

Pero fue aún más difícil con Jimin, nunca lo había visto y sus marcas eran malas porque aquel chico tenía la costumbre de poner palabras en su estómago y sus brazos estaban llenos de líneas hasta los hombros.

Intentó no hacer caso a eso y comenzó a jugar con los pequeños, lo cuan no había sido mucha buena idea porque había terminado completamente mojado.

Cuando terminó se aseguró de ponerles pañalito a cada uno, los vistió lindo y regresaron a sus caricaturas.

Aunque pronto se habían quedado dormidos en el suelo abrazados.

No había sido tan mal cuidador después de todo, pero definitivamente no volvería a hacerlo solo.