La tintineante luz en el estudio a veces dibuja sombras y dificultaba su labor de implante capilar al pequeño de cera. Cuando eso ocurría, Win podía jurar que esa criatura le sonreía con sorna. Agradeció que aquella mañana hubiera optado por una camiseta de tirantes en vez de manga corta como solía usar, al preguntarle a su jefe, este no había encontrado problemas a su vestimenta.
Era cuestión de unos cuantos pelos acabar con la hazaña, pero su concentración le llevó a ser víctima de un susto por parte de un timbrazo en algún rincón del estudio. El señor Vachirawit escondió una sonrisa de camino al teléfono.
-Apunte, señor Opas-iamkajorn -dijo tapando el auricular del teléfono-. Dos muñecas tamaño adulto. Rasgos exóticos, vestidos y telas rojas. Ojos azul claro y largas melenas castañas. A recoger el próximo viernes antes de las once de la mañana -se giró de nuevo hablando con el cliente.– Gracias por contar con este estudio, que tenga un buen día.
Cuando colgó Win intercambió una mirada con él.
-No quiero ni saber a dónde van esas muñecas.
-No sea mal pensado, señor Opas-iamkajorn. La mayoría de los encargos lo realizan empresas de cine, talleres de moda o gente que quiere alguien lo más real posible para tener compañía. Hace años una anciana me pidió que creara un niño de aspecto angelical para pensar que era el hijo que nunca tuvo.
-¿Ya no se lleva eso de adoptar perros como animal de compañía?
-Puedo empezar a hacer animales de cera para los que quieran animales que no tengan que salir a pasear. ¿Quiere qué le haga un lobo?
Los ojos de el señor Vachirawit relucieron alegres en sincronía con su broma, Win sonrió a su pesar.
-Prefiero uno real– colocó los últimos mechones antes de soltar las pinzas y carraspear levemente.– ¿Qué horarios hay para mañana?
-Ninguno-expresó mirándole de medio lado centrado en la tarea que tenía entre manos y él. –Los fines de semana son suyos.
-Preferiría trabajar, no encuentro nada con qué distraerme.
-Se va a volver usted un adicto al trabajo, eso o empieza a gustarle demasiado lo que hace.
-Al fin y al cabo esto es una ramificación del arte. ¿Qué tiene de malo este empleo?
-Para mí nada. Es perfecto.
Tras unos minutos de silencio el señor Vachirawit dejó el instrumento que estaba usando sobre la mesa y se encaró hacia él.
-Debido a su carencia de planes me atrevo a proponerle algo ¿le gustaría echar un vistazo a la propiedad? Creo que los ciervos le parecen a usted preciosos.
-¿Me va a dejar fisgonear por los alrededores?-preguntó sorprendido.
-Fisgonear suena como si estuviera buscando cotilleos respecto a mi persona. Le acompañaré y le contaré la historia de esta mansión, sé que desea escucharla.
ESTÁS LEYENDO
La leyenda del vampiro de cera🥀Brightwin
WerewolfA veces las leyendas son las verdades que los demás no se atreven a aceptar. Win ha pasado toda su vida en un pequeño pueblo junto a su padre, las leyendas de vampiros y licántropos siempre han tenido mucho peso en su cultura, pero nunca ha visto a...