#1 El principio del fin.

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"¡A el le gustaría vernos feliz!", sí, claro, seguramente a él le gustaría vernos felices como si su muerte no afectara en lo absoluto.

Bien se dijo antes y bien se daba a entender, la muerte le afectara distinto a cada persona. Existe cierta gente bastante positiva que se alimenta del "¡hay que estar felices por el!", otra gente que se alimentaba del "tuve que haber hecho algo para impedirlo", da la casualidad que el caso de Hanma era exactamente el segundo. La muerte...¿Qué significaba la muerte? ¿Qué había más allá de eso? ¿Nos habían engañado toda la vida diciendo que existía un cielo y un infierno? ¿Qué por cada acción mala que hiciéramos nos condenaría a un sufrimiento eterno? Era una tontería, pero gracias a la muerte de aquel rubio cenizo, provocó que el azabache de cresta amarilla se cuestionara de todo lo relacionado a ello.

¿Alguna vez se han puesto a pensar en cómo la muerte puede afectar a alguien? En el caso de Hanma, ¿alguna vez se pusieron a pensar en cómo la muerte de alguien tan importante como Kisaki podría afectarlo? No tenían ni la más mínima idea. Todo el circo que conocía Hanma ya no existía, era como si de la noche a la mañana dicho circo se tornará en fuego, ya no quedaba nada...todo era cenizas y destrucción por donde lo miraras. El mundo no tenía color, era grisáceo, aburrido...¿siempre fue así o empezó a serlo después de la muerte de aquel chico? Hanma no lo entendía, no lo comprendía y el intentar hacerlo solo hacia que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Las noches ya no eran calmadas, eran agitadas, frías, solitarias, eran vacías...no podía pegar el ojo en toda la noche y cuando lograba hacerlo, lágrimas intrusas se preparaban para salir.

La culpa lo invadía, lo comía vivo. Hanma se negaba a pensar que había perdido a Kisaki, que Kisaki había muerto. Hanma se negaba a pensar que no estuvo para cuando aquel chico lo necesitaba. Hanma no estaba loco, Hanma había perdido al amor de su vida, a su otra mitad. Hanma se negaba a ver la realidad que era mostrada y por incluso que se la enmarcaran, el seguiría diciendo lo mismo.

"Kisaki no está muerto, solo está tomando un descanso de sus planes".

Esa noche era tan fría como cualquier otra. Lo único que lo acompañaba era una cajetilla de cigarros al igual que los lentes del difunto, lentes que hanma encontró al lado de su cuerpo ensangrentado cuando Kisaki fue atropellado. Jamás olvidaría ese sentimiento, sí, el sentimiento de culpa, de odio, de tristeza...

.- mañana es el cumpleaños de Kisaki, ¿que querrá de regalo?

Después de decir aquellas palabras, Hanma cerró sus ojos con esperanza de poder descansar. Las ojeras eran demasiado notorias, su clavícula cada vez estaba más marcada por la falta de apetito, como si fuera poco se había descuidado y ahora tenía un cabello el cual llegaba hasta sus hombros. Quería descansar, sus sueños con el rubio cenizo eran su lugar seguro; no, mejor dicho, su lugar seguro era Kisaki.

"¿Me estas escuchando, imbecil?"

Frías palabras, seguramente eran de nada más y nada menos que kisaki. Verlo en sus sueños era cada vez más frecuente, lastima que para cuando Hanma intentaba hablar siempre terminaba despertando. Era como estar en una pesadilla pero en un paraíso. Tener al rubio cenizo frente suyo hablando y hablando de sus planes contra Takemichi era simplemente divertido y entretenido, pero al caro precio de no poder dirigir ni una palabra, apenas y podía comunicarse con su mirada y manos.

.- ¿me estas escuchando? Agh, como sea.

Hanma asintió mientras tomaba las manos de Kisaki y jugueteaba con ellas. Kisaki odiaba el contacto físico, empezó a tolerarlo gracias al mismo motivo de que el chico había tomado como obsesión el jugar con sus pelos, lentes, mejillas, manos...si fuera por hanma ya hasta lo hubiese besado. Lastima que su tiempo se había acabado para entonces.

Dos palabras, una verdad
¿Valdría la pena decirlas?

Conciliar el sueño no era tan fácil como parecía, aún así hanma tomó el caro precio de hacerlo. Quería a Kisaki más que nada en el mundo, era su otra mitad, su amigo, su compañero de vida. Quisiera haberle podido decir cuanto lo amaba antes de que este muriera.

.- ...

Con delicadeza, hanma entrelazo sus dedos con los del contrario antes de decir dos palabras que marcarían el principio del fin.

"Te amo".

Sorpresa, había regresado a la actualidad de mierda.

¿Cómo era tu rostro al escucharme decirlo?

Las veces que Hanma tenía acercamientos con Kisaki, Kisaki siempre respondia con un "¡puaj! No te me acerques, maricon", lo que daría Hanma por ver su rostro asqueado, sorprendido y sonrojado de Kisaki al escucharlo decir cosas tan melosas. Antes de cerrar sus ojos otra vez, Hanma tomo su celular y reviso la hora.

.- feliz cumpleaños kisaki, ¿hoy podre hablar contigo otra vez...?

2:30, era de madrugada. Hacía frío, estaba oscuro, apenas y tenía hambre. Hanma estaba decidido, le daría un regalo a Kisaki. Quería ver su rostro, quería besar sus mejillas incluso si este lo odiaba por ello. Hanma no quería superar la muerte ni ignorarla, Hanma quería recuperar a su rubio cenizo de las manos de la misma.

 Hanma no quería superar la muerte ni ignorarla, Hanma quería recuperar a su rubio cenizo de las manos de la misma

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I wanna sing a song. || TR || [Hanma x Kisaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora