Capítulo 18

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Capítulo 18
Piel de gallina

Gilipollas

Pataleo y muevo los brazos pero es imposible salir de este montón de cuerdas. Me han atado de modo que los veo a ellos, al lago.

Cuando se aseguran de que no voy a poder escapar, se reúnen los tres a lo lejos y hablan. ¿Planean matarme? ¿Cuánto tiempo voy a estar así?

—No te mueves, ni se te ocurra hacer ruido—me asusto al oír otra voz, pero no es un modificador y habla susurrando. ¿Es uno de ellos?—Voy a deshacer el nudo.

Mis ojos llorosos se ensanchan.
¡Me han oído gritar! ¡Me van a salvar!

Las pocas esperanzas que tenía de poder sobrevivir han desaparecido.
Puedo escapar. Puedo huir. Voy a escapar y voy a huir.

Uno de los secuestradores se separa, creo que es el más bajo. Se va detrás de un árbol a... va a mear. De reojo veo cómo el hombre que me había hablado lo persigue sigilosamente y con cuidado de no ser visto. Pero, me pregunto por qué va detrás de él.

Y obtengo mi respuesta. Ahogo un grito cuando el hombre pasa su brazo por la garganta del secuestrador y se lo lleva a un sitio apartado. ¡Lo va matar! ¿Puedo confiar plenamente en él?

Los otros dos secuestradores parece que se han dado cuenta de que su compañero está tardando mucho en volver, empiezan a llamarlo y a buscarlo. No sé por qué pero arrastro mis pies por la tierra para llamar la atención y advertir a aquel hombre de que han comenzado moverse. Creo que me ha escuchado y lo ha entendido.

El líder se va por un lado y el alto se acerca a mí.

—¡Tú! —me asusto cuando pone su cara a tan solo poquísimos centímetros de la mía—¿Lo has visto?—dice serio. Muy serio.

Niego con la cabeza rotundamente.
Maldice por lo bajo y luego me grita.
Está descontrolado. Cierro los ojos cuando veo que levanta el puño. Me preparo para el golpe, pero ese golpe no llega. Abro los ojos y veo al alto peleando con aquel hombre.

El que me ha desatado le da un golpe perfecto en la boca del secuestrador y éste da varios pasos hacia atrás mientras se pasa la mano por la boca. Al darse cuenta que tiene sangre, lo mira furioso.

Tengo miedo. Noto un picor en la garganta y mis oídos retumban.

El alto no malgasta el tiempo y sube su brazo musculoso para atacar, pero el otro es más rápido y esquiva el golpe. Aunque no se rinde, cuando el hombre me mira por un segundo, el alto aprovecha e impacta su puño en la cara. Ahogo un grito cuando veo que le está saliendo sangre en el labio. Vuelve a mirarme y noto preocupación y miedo en su mirada.

¡Se van a matar!

El hombre guiña un ojo y sé que ese gesto va dirigido para mí, para tranquilizarme y saber que él está bien. Entonces, cuando el secuestrador corre hacia él, el señor se inclina y rodea sus brazos en el torso del alto y mientras que con un brazo lo sujeta, el otro no para de darle golpes en la barriga. Se queja de dolor.

Aunque la escena es horrorosa y me asusta, no puedo evitar sentir una pequeña satisfacción al ver cómo sufre el encapuchado.

Puedo llegar a sentir el sabor metálico de la sangre en la lengua, ese labio partido y adormilado, el dolor del golpe en un lado de la cara y el puñetazo que le acaba de pegar en la cadera. Se retuerce de dolor pero aún así lucha.

El Misterio Detrás De Él(COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora