07- De tal monstruo, tal demonio

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Capítulo 7

Los coches nos tiraban sus miles de señales para que avancemos, la luz roja ya se había terminado; sabiendo que Dalter no quitaría su mirada de mí para concentrarse en el camino, decidí hacerlo yo.

Me volteé y me crucé de brazos.

— Maneja.

— Vaya, había olvidado tu serio trastorno de bipolaridad — Dijo y arrancó sin más rodeos.

— Creo que lloverá.

Mi vista estaba perdida en el cielo y las luces de la ciudad, parecíamos estar bajo el comienzo de una tormenta, eso me encantaba.

Respiré profundo y lo observé — ¿Te gusta la lluvia?

— Si.

— Mm, a mi igual.

¿Qué haces, Eider? ¿Porqué buscas excusas para hablar con él?

— ¿A qué va la pregunta?

Me encogí de hombros, perdida y seria — Solo curiosidad.

— La curiosidad no ha sido muy buena amiga para tí, ¿o sí, Eider?

Una sonrisa llena de melancolía pasó por mis labios, recosté mi cabeza por la ventanilla para así perderme más en lo que había afuera. No iba a responder a lo que había dicho, no era el momento para discutir el tema.

Luego de varios minutos, agradecí que el coche se detuviera frente a un edificio en el centro. Pequeñas gotas comenzaban a caer así que no dudamos en adentrarnos al lugar. Mis ojos recorrieron todo el lugar, tratando de ver algo en la oscuridad, lo cual era imposible.

Me abracé a mi misma y sequé las gotas frías que estaban sobre mis brazos, mis labios temblaban y realmente necesitaba un abrigo. Oí la puerta cerrarse detrás de mí y la inquietud recorrió mi cuerpo.

Miedo.

Desconfianza.

Estás a sola con Dalter, Eider.

¿Recuerdas cómo le rogabas que te mate?

Oí un fuerte golpe y un jadeo dejó mis labios, estaba sola y en la oscuridad con un psicópata que debía estar encerrado. Comencé a dar pasos hacia atrás sin estar segura de hacia donde me llevaría. Mi espalda chocó contra lo que parecía ser una baranda y no tardé mucho en comenzar a buscar su final.

¡Carajo! ¡huye!

Al sentir el final, me guié lentamente hasta allí para continuar con mis pasos. De pronto, las luces se encendieron y la confusión en mí se hizo presente.

Todo sucedió en cámara lenta para mí.

El rostro de Dalter palideció y yo fruncí el ceño. Él se encontraba aún cerca de la puerta y con su mano sobre la perilla de la luz. Al verme, pude ver el miedo en sus ojos, ¿Porqué? Dalter no tardó en tirar todo lo que se encontraba frente a él para alcanzarme y ahí logré entender.

Estaba al borde de lo que parecía ser el segundo piso.

Dí un paso hacía atrás y mi cuerpo se tambaleó hasta caer — ¡Dalter!

Grité con todas mis fuerzas mientras me sujetaba de la barandilla de hierro, sentía mi rodilla sangrar por el raspado que se había hecho con el borde del piso.

— ¡Pacalí, joder!

Dalter apareció en mi vista y no dudó en tomarme de la mano que tenía libre.

— ¡Dame la otra, Eider, joder, dame la otra mano! — ordenó entre dientes y con obvia desesperación en su rostro.

Un lloriqueo dejó mis labios y negué — No... no quiero soltarme.

Fuera de nosotros mismos ✔ | (+18)  #2 PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora