Único;

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Y otra vez estaba entre las sombras, viendo como el resto de infantes lo buscaban. No, a él no lo buscaban; era a Kazuto.

Un suspiro salió de sus labios, cuanto odiaba que todos se alejaran de él porque supuestamente daba miedo. Intentó más de una vez poder compartir alegría a esos pequeñines que iban a la guardería.

Sus pies se colgaban de aquel lugar en el que se encontraba, sonrió al ver como un grupo pequeño de niños hablaban animadamente y mostraban al contrario lo que tenían en mano. Un folleto, uno donde aquel ser que tanto aborrece salía sonriente.

No pudo evitarlo más y consumido por los celos bajó de un salto con su mejor sonrisa en rostro, y con las manos extendidas hacia los infantes. Se acercó lentamente con una sonrisa puesta, nadie se alejaba aún por lo que supuso era una buena señal.

Pero solo bastó que con su cuerpo cubriera a los niños para que inmediatamente estos gritaran horrorizados, corriendo mientras soltaban aquel folleto, algunos con lágrimas en los ojos en busca de sus madres quienes no dudaron en tomar a sus hijos e irse de aquella pizzería.

Dejó de sonreír, y vio como los pocos niños que aún habían lo ignoraban o evitaban acercarse.

, ¿no te diviertes, Katsuki?

Aquella fastidiosa voz, aquel ser resplandeciente que tanto le irrita. ¿Cómo alguien tan brillante podía llegar a ser un completo fastidio?

Su mirada rubí se desvío del suelo hacia donde provenía aquella fastidiosa voz, frente a él estaba Kazuto, con una sonrisa burlesca. Pero eso no era nada más que una simple ilusión, producto de su mente.

Veía como se acercaba a los niños con una sonrisa y nadie corría, pero no lo hacían porque nadie lo veía.

Se rindió por ese día, decidió esperar hasta que sea de noche y la guardería cerrará para que así pueda dejar de ocultarse.


























































A sus cortos cinco años ya sabía que era alguien completamente diferente. Tal vez era por culpa de la influencia de su hermano mayor.

Normalmente un infante se asusta al escuchar sobre espectros y ese tipo de cosas, pero Shoto simplemente se reía de aquello. Culpa de Touya.

Era tarde, se supone que debió de haberse ido desde hace rato. El lugar ya había cerrado y él aún no encontraba la salida. No debió separarse de su hermano.

Sin darse cuenta había llegado al mismo lugar de antes, la guardería. Con un muñeco en mano, el cual su hermana le había regalado, se adentró nuevamente. No estaba tan oscuro por lo que podía ver por donde iba.

Se extrañó de ver una figura en medio del lugar, parecía estar triste. Con sus manos en su rostro y sentado con la mirada gacha.

Se alegró al reconocer quien era, inconfundibles esos cabellos cenizas rebeldes, esas botas negras con detalles naranjas; esas granadas que estaban en sus muñecas.

Su sonrisa abarcaba prácticamente todo su rostro, a paso veloz se acercó mientras hablaba.

—¡Katsuki! ¡Eres Katsuki!

El contrario estaba más que desconcertado por la voz de un niño. ¿No se supone que ya habían cerrado?

No dijo nada, el niño de cabellera extraña lo tomó de su mano mientras le decía que jugarán un poco. Por primera vez sintió que alguien lo notaba, por primera vez sonrió verdaderamente. Y lo hizo aún más al ver como el pequeño bicolor tenía un peluche de él.

Perdieron la noción del tiempo, ambos jugando a las escondidas. Hasta que escucharon la típica canción de cuna, automáticamente el cenizo volteó a ver la pantalla que había en el lugar, en el cual un Sleep Time yacía escrito ahí.

Shoto; ya es tarde, deberías estar en casa, durmiendo.

El pequeño miró la pantalla que señaló, se había olvidado completamente que estaba buscando a su familia, o mínimo la salida.

—No sé cómo ir a casa, Katsuki.

No sabía que decir, no podía decirle que se quedará. O tal vez sí.

Se perdió en sus pensamientos que no se dio cuenta de su rostro serio, sus ojos brillando y una pequeña sonrisa siniestra en sus labios.

Las pequeñas manos de Todoroki se posaron en sus hombros y lo sacudió hasta hacerlo volver en sí. Otra vez Kazuto quería tomar control sobre él.

—¡Katsuki, no sé cómo ir a casa!

Chilló ya algo alterado, se divirtió en demasía con el cenizo, pero ya el sueño comenzaba a apoderarse de su ser.

El cenizo nuevamente trató de pensar en qué hacer, pero la imagen de un sonriente rubio chillón llegó a su mente. ¿Qué fue eso? ¿Un recuerdo?

Volvió a ver los luceros dispares del infante, esos qué brillaban a pesar de la escasa luz. Le sonrió tratando de hacerle saber que todo estaría bien.

Lamentablemente eso no pasaría.

La puerta de metal que yacía a espaldas del oji rubí se abrió, dejando así ver a un sonriente peliverde. Por la oscuridad aquel humanoide -como Katsuki- no los vio, por lo que fue hacia la planta de luz del lugar y encendió un aporte una.

Eso preocupó a Katsuki, no podía pasar, no dejaría que lastimaran a Shoto.

Shoto pudo apreciar como uno de los ojos rojos de Katsuki se hacía de un color azul cielo, como su cabeza giró 180° hacia atrás. Aunque no lo dijo en voz alta eso lo llegó a asustar. Le tomó de los hombros y lo sacudió para ver si así lo hacía volver en sí.

El cenizo estaba asustado por lo que casi ocurre, poco a poco las luces iban iluminando la guardería.

Sin pensarlo más tomó a Todoroki en brazos mientras lo dirigía a los juegos infantiles de aquel gran lugar.

Shoto no entendía nada, simplemente se dejó guiar por el humanoide.

—Katsuki...

El bicolor abrazó fuertemente su muñeco de aquel cenizo.

—Shh, escóndete.

No dijo nada, y Katsuki tampoco le dejó. Frente a él ya no estaba aquel cenizo con el he hace unos minutos se encontraba riendo.

Sus ojos ya no eran rojos, cambiaron por unos azul cielo. Sus cabellos cenizas ahora eran de un simple color carbón. Y una sonrisa tétrica en sus labios apareció.

Por primera vez, sintió el verdadero terror que nunca pudo experimentar.

Kazuto lo cargó mientras seguía con aquella sonrisa escalofriante. Ya estando en el piso solo pudo ver a aquel del qué Katsuki quería esconderlo.

Izuku no perdió el tiempo y lo jaló de su brazo derecho, ejerciendo fuerza para que no se escape. Sus ojitos se empañaron en lágrimas que no fue capaz de soltar.

Volteó a ver al de cabello oscuro y lo vio haciendo un movimiento con su mano, estaba despidiéndose.

Y Shoto comprendió que Katsuki solo existía en la oscuridad.

Aquella oscuridad en la que pronto se sumergiría. Aquella de la cual nunca podrá volver. Pero al menos estaría con Katsuki, ¿no?

La sangre corrió por la puerta de la guardería.

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Primer OS inspirado en los videos de GH'S y trama de FNAF.

Publicaré dos más en los que se aclararán mejor algunas cosas.

Cada OS de esta clase tendrán una relación, por lo que se podría decir que es una especie de trilogía, porque solo haré 3 OS.

Y habrá unos detalles que tal vez los confundan, solo les diré que recuerden las reencarnaciones.

-——Akira.

Two Face | OS ||Bakutodo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora