[Capítulo 2]

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[Años atrás]

Leonard se despertó como otra mañana de su rutina, se alistó para ir a la secundaria en su primer año y ser llevado por su madre a clases donde estaban preparándose para un festival que habría.

Estaba emocionado ya que debido a eso, las clases eran interrumpidas y los jóvenes tenían algo más de tiempo para jugar, por su parte, algunos preparando también las actividades de sus respectivos talleres.

El pequeño Leonard, estaba dentro del taller de dibujo al cual entró ya que le gustaba dibujar en la parte trasera de sus libretas desde hacía años anteriores, viendo el dibujo como una mera forma de entretenerse.

Al entrar al taller, todos los chicos se sentaron en sus respectivos lugares y comenzaron a escuchar las indicaciones del profesor; retratarían a sus madres ya que ese era el tema principal del festival.
Por lo tanto, cada uno de los niños tomó su caballete el cual ya estaba preparado y que tenía la base blanca que habían puesto la clase anterior.

Leonard comenzó a pintar el boceto que tenía, parecía que el día que lo hizo, su madre estaba bastante contenta pese a que no se lo había mostrado debido a que la pintura era sorpresa. Sin embargo, fue plasmando poco a poco el boceto sobre el caballete y acto seguido comenzó a aplicar colores.

No era una pintura realista, mucho menos algo muy detallado, pero tenía muy presente la imagen de su madre al estarla pintando y una estructura clara, la imagen del cuadro era brillante y su madre se veía feliz y contenta, con colores cálidos y vivos.

Estuvieron un par de horas pintando tomando algunos descansos, siendo él y otros 2 de sus compañeros quienes terminaron antes sus cuadros, mientras que otros apenas comenzaban o iban muy atrasados.

Su maestro se acercó a ver su cuadro con una sonrisa en el rostro. No era una obra de arte que valiera una fortuna, pero era algo que expresaba bien la idea que Leo quería dar a entender; cosa que demostraba que pese a su corta edad, entendía bien el arte o por lo menos las ideas.

Firmó su cuadro y fue a colocarlo en la zona donde serían expuestos dentro de unas horas en el festival.

Al salir de clases, fue recogido por su padre quien le llevó a dar un breve paseo en lo que daba la hora para que comenzara el festival y ahí encontrarse con su madre en la entrada. Así es como pasaron un par de horas y por fin comenzó el tan esperado festival, iban llegando familias junto con el resto de alumnos y veía a sus compañeros acompañados de sus padres o algunos que iban solo con uno.

En la entrada, vio a su madre quien hacía poco salió de su trabajo y había llegado apenas unos minutos antes que ellos a la escuela. Leonard vio cómo se recibieron sus padres entre sí, con un cálido abrazo, notaba a su madre mucho más contenta y enérgica de lo habitual. Casi con un aura feliz que podía ser percibida por otros.

Estando los tres juntos, se adentraron en la escuela e hicieron el recorrido que los maestros les tenían preparado a todos; una vez terminado este, los jovenes guiaban a sus padres a las zonas del taller en donde estaba cada uno, de esta manera Leonard les llevó a la exposición de pinturas, donde su madre pudo ver entre todas ellas, aquella que le representaba.

─ ¡Es bellísima! -Exclamó con mucha emoción su madre.

─ ¿De verdad te gusta? -Preguntó Leonard emocionado.

─ Me encanta, lo pondremos en la sala cariño, me sentiré como de la antigua realeza con un retrato mío al entrar. -Dijo con una corta risa volteando a ver a Leonard, agachándose un poco para abrazarle.

Leonard correspondió al abrazo sintiéndose feliz de que le hubiera gustado la pintura a su madre, sentía que era un éxito rotundo, no sólo la pintura sino el buen humor de su madre se sentía como si de un día a otro hubiera tenido un cambio completo de actitud.

Pintor de almas - SingularidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora