Parte 2 La Declaración

51 12 2
                                    

- Llegamos donde mi mamá, me arrodillé para besar la tumba, me paré y las presente, ella nerviosa saludó, nos sentamos en el grass a conversar y a contarle lo que le paso a mi mamá, ya había perdido el miedo, hubo un momento donde ninguno de los dos dijo una sola palabra, solo nos miramos fijamente, la besé, fue el beso más hermoso que he dado en toda mi vida, ella me correspondió el beso y seguimos, entonces le dije que fuera mi enamorada, ella lo tomó a broma y me dijo: no, no nos conocemos bien, primero tenemos que conocernos para comenzar algo, a lo que le respondí: podemos conocernos siendo ya enamorados. Ella rio y la volví a besar para que cambie de opinión.

* Llegué donde mi amada, estaba sola y mojada en medio de ese oscuro bosque, me acerqué a ella, estaba fría y dura, era la lápida de ella, no soportaba verla bajo tierra, no soportaba haberla perdido, llorando, me arrodillé y besé aquel trozo de yeso frio el cual tenía su hermoso nombre grabado, le decía lo mucho que la extrañaba...

- Me arrodillé, tome su mano y le pedí, formalmente, que fuera mi enamorada, me miró fijamente, se notaba amor y nerviosismo en su mirada, se inclinó hacia mí, su respuesta fue un beso, no entendí si era un sí o un no...

* NOOOO!!! – gritaba – se escuchaba que la policía se acercaba cada vez más, sin importarme nada y solo pensando en ella, me remangué el saco, y comencé a excavar con las manos...

- Tomados de la mano salimos del cementerio, lo que tanto esperaba se había realizado, nos mirábamos sonriendo con nerviosismo, éramos enamorados, pero no sabíamos que más hacer, nuestras vidas, desde ese momento, cambio...

* Mis manos estaban completamente lastimadas, las uñas las tenía llenas de barro y rotas, había ramas clavadas en las manos, la camisa estaba rasgada y sucia, pero, todo eso, valía la pena. – pum! – mis uñas rotas golpearon algo duro, ya no era tierra. – Te encontré, mi amor – exclamé.
Había llegado a una tapa de madera, donde descansaba ella, desesperado terminé de sacar todo el barro que había encima de ella, lloré de la emoción por encontrarla, la abracé, no me importó que la madera estuviera casi podrida por la humedad de aquel bosque, golpeé la madera esperando repuesta desde dentro, sin tener éxito, solo lloré y la abracé...

- Tuvimos días inolvidables, almuerzos, cine, paseos, los días que nos tocaba estudiar de noche, nos escapábamos para poder estar solos, le canté al oído mientras me abrazaba, en un callejón oscuro, sin gente, éramos solo los dos en aquella calle donde quedó marcado nuestro amor; éramos el uno para el otro, como toda pareja, pasamos muchas cosas, discusiones, celos, desacuerdos, momentos románticos, momentos de locuras, de todo; éramos una linda pareja...

* AL FIN JUNTOS!!! ¡¡¡MI AMOR!!! - gritaba emocionado – hice lo posible para abrir aquella caja de madera donde ella descansaba, seguía con el vestido blanco, aunque ya no tan blanco, de aquel día, el peor día de mi vida, cuando la perdí... - ¡siempre juntos, mi amor! ¡Ni la muerte nos va a separar! –

- I will always love you – le escribí en un anillo que le regalé en un almuerzo, era nuestro sello de amor, la sorprendí en frente de toda la gente, ella, nerviosa y emocionada, lo recibió.

* Con el anillo en mano y algo pálida, estaba mi amada, la intente sacar, con cuidado, de aquel lugar, se sentía pesada y resbalaba, era muy difícil sacarla con la lluvia que caía y la tierra mojada.

- Salimos felices a caminar y conversar en un hermoso parque en el centro de la ciudad, cerca al lugar donde nos conocimos, cada día sabíamos más el uno del otro, así paso el tiempo, con hermosos momentos, un año de enamorados...

Ni La Muerte Nos Va a SepararDonde viven las historias. Descúbrelo ahora