Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]

Capítulo 72

●❯────────｢ Estrella ｣────────❮●

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Se abre el telón.

—¡Dongmin! —Dami ingresó sonriente sentándose a su costado, acercando sus sillas y haciendo que sus hombros chocaran cosa que puso molesto a Bin el cual yacía un par de metros más atrás.

—Hola, ¿qué sucede? —preguntó sereno volteándola a ver.

—Mi madre hizo estas galletas, me gustaría compartirlas contigo. —en su carpeta colocó un pequeño topper el cual contenía pequeñas y bonitas galletas con forma de ositos las cuales contenían chispas de chocolate.

—Es muy lindo de tu parte. —sonrió tímido.

Dami había enamorado a todos los del salón, y no solo eso, sino que a la escuela entera también. Era tan carismática, linda, tierna y tenía un buen sentido del humor, por cada lugar que iba las risas no podían faltaban.

Comieron tranquilamente mientras se contaban chistes o anécdotas. A decir verdad, a Dongmin le caía muy bien Dami, hace mucho tiempo que no había conectado con alguien de una forma tan linda.

Mientras reían, Dongmin se detuvo intentando admirarla un poco. Físicamente no se parecía en lo absoluto a Haneul, pero el simple hecho de que ella esté pasando por lo mismo que pasó su hermano hacía que inevitablemente empatice con ella. Sabía lo doloroso que podrían llegar a ser las quimioterapias.

Aún recordaba con claridad como Haneul lloraba y entre lágrimas gritaba que no quería ir al hospital otra vez porque le dolía mucho. El recuerdo de esos gritos hacían que su mente se nublara y un agudo pitido comenzara a sonar quebrando sus pensamientos.

—Prepárense para el cambio de escena, cierren el telón.

Las cortinas se cerraron dejándolos a oscuras por unos momentos antes de que encendieran los reflectores para organizar el escenario. Dongmin, confundido viendo aquella situación, se levantó de su asiento y por inercia se colocó detrás de Dami la cual se mantenía en su lugar estirando sus brazos.

Mientras Dongmin la veía desde arriba, notó algo raro en su hombro lo cual le hizo arrugar el entrecejo. Con cuidado y sin que la contraria se diera cuenta llevó su mano hacia el hombro derecho de esta y tomó aquél delgado hilo que estaba ensuciando su apariencia.

Pero cuando lo tomó supo que no se trataba de un hilo. Podía reconocer la textura de un cabello con facilidad debido a que antes pasaba mucho tiempo arrancándose cabello por cabello cuando estaba estresado.