Han pasado tres días desde aquello, desde aquel día en que mi cuerpo fue ultrajado y abusado por alguien mucho menor que yo, a veces pienso que todo eso fue un sueño pero mientras más pienso que fue un sueño más recuerdo con exactitud lo que pasó aquel día, fui violada por un niño, me hizo tantas cosas, la forma en como me quitó mi ropa, la posiciones en las que me cogió, los lugares que recorrió con su boca y sus manos, todo está tan claro. Quiero olvidar lo que pasó pero ¿Cómo? ¿Cómo puedo fingir que nada a pasado cuando en mi cuerpo está la evidencia de que fui ultrajada? Podría ir a la policía pero que les diría ¿Qué un niño me violó? Además por si fuera poco por un momento mi mente se desconecto y me deje llevar, era como si algo dentro de mi hubiera despertado y fuera otra persona, me hizo querer y disfrutar lo que Kei estaba haciéndome y eso me tenía asustada. Cualquiera pensaría que yo fui quien lo obligó a hacerlo, que estoy loca o lanzando injurias, como sea estoy sola.
Kei no ha aparecido en la casa desde hace dos días, va a la escuela pero no pasa por la casa, supongo que no vendrá por aquello, tal vez se siente avergonzado por cometer un acto tan imperdonable como ese.
—¿Mamá, estás bien?—La voz de Magnus me saco de mis pensamientos, mi hijo me miraba algo inquieto pues había estado con la mirada perdida desde hace unos 10 minutos.
—Em, si hijo estoy bien, solo estoy algo ida, no es nada no te preocupes. A propósito ¿Has estado hablando con Kei?
—Si ¿Por qué?-Me respondió con curiosidad—Ah es porque no ha pasado por la casa ¿Verdad? El me dijo que a estado ocupado pero muy pronto como por en estos días nos volverá a visitar.
El que me diga que Kei volverá hizo que todo mi cuerpo temblará de miedo ¿Cómo es posible que un niño de 13 años logré aterrarme? No sé que hacer, tal vez sea lo mejor denunciarlo y entregarlo a las autoridades, si eso haré.
—Oye hijo dime, como te llevas con tus compañeros de clase.
—Pues no muy bien—Dijo mi hijo con tristeza.
—¿Por qué?
—Es que como no soy alguien que tenga un aura amigable pues a la mayoría de mis compañeros no les caigo bien—Se notaba triste porque no podía hacer amigos de forma fácil. Realmente quería ayudarlo pero sino superaba su trauma no lograría avanzar y tener mas seguridad.
Mientras estaba metida en mis pensamientos oí que alguien tocaba la puerta de entrada por lo que me dirigí a abrirla—“Me pregunto quién será, tal vez sea Teresa, es verdad tengo que averiguar qué pasó con ella”—estaba pensando en mi amiga cuando abrí la puerta, por un momento pensé que era ella que había logrado evadir aquel futuro (yo no pude evitar el mío) abrí la puerta feliz de verla pero descubrí quien era.
Era Kei, Kei estaba en mi casa, al verlo todo lo que pasó aquel día regreso a mi mente de forma rápida. Mi mirada cambió a una de miedo apagado pues sabía que todo había sido real, siempre lo fue.
—Hola Miranda—dijo mientras entraba y se ponía cerca de mi—Te extrañe mucho querida—Me tomó de la mano para darme un beso y por instinto la aleje de él.
—¡No me toques!—Le dije asustada, mi hijo llegó por detrás y me preguntó que pasaba.
—Nada simplemente vio un bicho, no es así ¿Miranda?—Me dio una mirada amenazadora que decía “Has algo no debido y tú hijo pagará las consecuencias”—Yo solo asentí con la cabeza incapaz de poder hacer algo.
—Bueno, pasa amigo—Dijo Magnus invitándolo a pasar.
—Gracias—Dijo Kei para estar sentado en la sala—¿Y has estado bien?
—He estado muy bien gracias a ti. Todos los chicos que antes me molestaban ya no lo hacen gracias a ti, de verdad me ayudaste—Hablo mi hijo muy feliz.
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CUENTOS DE UNA LUJURIA DESENFRENADA.
Gizem / GerilimCuando en una tranquila ciudad una serie de eventos convierten a unos niños en unos seres ansiosos de placer, el mundo pierde toda calma y el sitio se vuelve un campo de guerra, por mantener a las familias unidas. Una bendición se vuelve maldición y...