•La Fiesta•

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Debo aceptar que mis expectativas con respecto al amor desde que tenía 10 años no eran tan altas. Sufrí mi primer fracaso amoroso en el kínder cuando para ese entonces "el amor de mi vida", Tyler le dio una barra de snickers a Lindsy, la chica más popular.

Un perfecto expediente, clases de ballet los sábados, la mejor animadora, sonrisa perfecta. ¿Ya hablé de su pelo perfecto? ¿Quién demonios querría competir contra eso?

pero bueno, ahí estaba , siete años después, parada en frente de mi espejo.

Acomodando mi cabellera castaña oscura y dejándola caer a la altura de mis hombros, mis ojos marrones estaban maquillados discretamente, creo que ese vestido estaba un poco llamativo, el rojo siempre resalta la piel

—¿Estás lista Bela, los invitados esperan?—dijo mi compañero de aventuras, mi confidente, mi amigo, mi amante.

¿A quién quiero mentir? , Jefferson últimamente solo me aportaba buen sexo, le caía bien a mi madre y me sacaba dos o tres sonrisas algunas veces.

O ¿no es eso lo que necesita hoy en día la juventud para establecer relaciones que entorpecerán el disfrute pleno de las maravillas que nos ofrece la vida?

Dejé de darle vueltas a mi cabeza, me dirigí hacia la puerta y lo tomé de la mano como si mi vida dependiera de ello.

Jefferson lucía muy atractivo, pero no lo suficiente para mantenerme cautivada. Llevaba un traje negro con una corbata azul que yo misma le regalé, en nuestro primer aniversario.

Sus ojos verdes, estaban menos brillantes esa noche, su pelo rubio estaba despeinado y se hacían notorios dos tatuajes, uno en su cuello que decía drama y uno alrededor de la muñeca que decía sad boy.

Su altura imponía un poco, pero no me dejaba intimidar por su aspecto. Ante los ojos de cualquier chica, él sería el prototipo perfecto para el novio ideal.

En cambio, yo, me sentía tan alejada de esos pensamientos. No encontraba el momento ni el lugar para poderle expresar a Jeff aquello que estaba sintiendo mi corazón.

—¿ Te pasa algo cari?—dijo Jeff sacándome de mis pensamientos

Todos estaban atentos a nuestro vestuario, a cómo caminábamos, incluso a nuestra forma de respirar.
Al verme comenzaron a cantar feliz cumpleaños.

Diecisiete cumpleaños, diecisiete años, y yo aún no se que demonios hacer cuando me cantan cumpleaños feliz.

Me sentí muy incómoda esos segundos, al terminar Jeff se acercó y delante de la multitud, me ofreció un caja pequeña, al abrirla encontré una gargantilla de plata dentro de ella, decía:mon amour y tenía una luna colgando.

Me quedé paralizada, era un regalo muy hermoso, Jeff solía ser muy detallista, estaba saturada de cosas materiales, no sé si lo hacía para hacerme feliz o para quedar bien con el mismo.

Le di un pequeño beso en la mejilla y lo abracé, al separarnos: Lo miré directamente a los ojos, tratando de buscar aquello que me hizo enloquecer desde un primer momento, pero solo encontré las ruinas de un templo hecho a base de mentiras.

Bien, la atención se desvió y todos comenzaron a bailar al ritmo del Dj que mi madre había contratado para mi fiesta, se tomaba muy en serio los días especiales y no dejaría pasar por alto, el hecho de que su pequeña niña ya casi se convertiría en adulta.

Me dirigí hacia la terraza a buscar una limonada, ya que no me gusta consumir alcohol, daña el hígado, e invoca demonios, doy fe, he visto a mis amigas en pésimas condiciones al borde de perder su dignidad
o incluso llegar a perderla por ese diablillo en estado líquido.

Estaba tomándome tranquilamente mi limonada, cuando de repente, apareció: ¿Lindsy?

¿Qué hacía ella aquí?. ¿Quién la invitó?.¿Cómo entró?, supongo que por la puerta pero no era el caso.

Se acercó y me saludó cordialmente, mientras que yo por dentro echaba humo, víbora patrañera, Que hacía mi enemiga del kinder en mi cumpleaños?. No me malinterpreten pero soy una persona muy rencorosa e impulsiva.

Se acercó y me dio un pequeño obsequio envuelto en un papel planteando:

—Jeff me ha invitado, le dije que estaba un poco deprimida por el viaje de negocios de mis padres y ha decidido animarme un poco—será warra!

—Gracias dije casi que obligando una sonrisa—al abrirlo me encontré con un vestido rojo y una barra de snickers. Esto no podía estar pasando

No sabía si sonreír porque el vestido estaba deslumbrante o si matarla por haber venido a mi fiesta siendo invitada por mi novio, sin mi consentimiento y regalarme una fucking barra de snickers, eso me traía muy malos recuerdos, el día que rompí con Tyler, lloré demasiado y me pasé una semana completamente descompensada

Conté hasta tres en mi mente y me relajé exclamando:

—Muchas gracias Lindsy, muy amable de tu parte—nótese la ironía en el tono de mis palabras. -disfruta de la fiesta -pronuncié deseando que tropezara al voltearse con una botella y cayera accidentalmente a la piscina.

Se volteó y se perdió entre la multitud para mi desgracia.

Mis mejores amigas vinieron a mi rescate. Zaira y Cleo eran mi salvación en mis peores momentos, suelo llamarlas las diosas de la paciencia.

—¿Qué ha pasado aquí?- Preguntaron al unísono mirando mi cara, que parecía un cuadro malhumorado

—Lindsy, eso pasó—respondí al borde del enojo

—Bela debes superar eso ya—me dijo Zaira arreglando su labial rojo y rectificándolo con un espejo pequeño que tenía en la mano

—Lo que debes hacer es despejar un poco de todo esto  y la única solución a tus problemas, hoy, es beber pero no esta estúpida limonada, sino alcohol de verdad— me dijo Cleo eufórica porque pusieron su canción favorita

Las miré de reojo cuestionándome sus palabras, lo analicé dudosa hasta que me decidí. Sabía  que no era una buena idea pero después de lo de Jefferson y Lindsy:

¿Qué era lo peor que podía pasar?

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2022 ⏰

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