4. Besos Perdidos.

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"Un apellido jamás fue suficiente para que yo fuese su hijo" pensó Jimin frente a la tumba de su padre, dejó las flores encima de una manera lenta sintiéndose igual a pesar de su muerte.

No sentía ningún sentimiento al respecto y eso fue impactante para él.

Jimin no se consideraba una persona fría pero jamás había creado un lazo con él.

Ese hombre constantemente había machado su corazón con su constante odio. Pero la tormenta había terminado por fin, después de haber perdido todo Jimin no se sentía ileso, los recientes acontecimientos le hacían temer, revisando hacia atrás camino atravesó aquellas tumbas abandonadas. El paso rápido pronto se volvió una carrera hacia la nada.

Las lagrimas brotaron de manera natural.

Solo así se volvió a sentir el mismo chico roto que siempre había sido.

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Amarró en su cuerpo el delantal y entró a la caótica cocina una semana después. A pesar del alboroto por la hora pico, lo primero que hizo fue hablar con el encargado de cocina para informarle las razones por las que había faltado. Después fue a su estación de trabajo y comenzó a picar las verduras, era ayudante del cocinero, lava trastes cuando el chico de ese puesto faltaba y limpia pisos cuando el restaurante cerraba.

—Lamento lo de tu padre.

Hobi, él era su mayor, uno que siempre lo saludaba de manera menos formal que los otros.

—Gracias, huyng — Siguió con su trabajo.

—Debe de ser difícil —Este había buscado su mirada, pero Jimin no tenía los ánimos para fingir estar bien —No quisiera angustiarte más.

Jimin dejó el cuchillo aun lado cuando el tono susurrado del mayor.

—Sé que no debería decir esto, pero... es mejor que no faltes más, escuché cosas ayer y no quisiera que perdieras tu empleo.

—No será así, hyung, no volveré a faltar. —Dijo con falsa certeza —El asunto de mi padre ya quedo cerrado. No le había dicho que había pasado los últimos días escondido por los alrededores de su casa esperando que los agresores de su padre regresaran, sin embargo, la noche anterior cuando se dio cuenta que en realidad jamás volvería a sentirse seguro en ese lugar desistió de perder el tiempo. Simplemente no volvería a ese lugar.

—¿Sabes algo de los agresores?

—Aun nada —Contestó regresando su mirada a su trabajo.

—Llámame si necesitas algo, sabes que no estas del todo solo. —Este sonrió de forma cordial.

—Gracias, lo tendré en cuenta — No quería importunarlo ni a él ni a nadie. No le gustaba esa sensación de ser una carga para alguien más.

El trabajo en la cocina absorbió su tiempo y pronto se hallo enredado en sus pensamientos mientras que sus manos se movían rápidamente lavando platos en la parte trasera del restaurante.

Era difícil para él entender lo que había pasado con el Sr. Jeon por más que trataba de encontrar algún sentido, después de haber compartido con el algo tan íntimo como un par de besos, él solo había desaparecido.

La siguiente mañana había despertado totalmente solo en ese departamento, una sensación extraña se había quedado en su pecho al abandonar aquel lugar y no podía descifrarla, porque jamás había sentido algo tan delirante como ser besado de aquella manera y aun cuando él no había esperado aquella cálida cercanía y menos de un hombre como el Sr. Jeon, al menos por una noche se había sentido complemente seguro.

Estoy aquí para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora