Da Capo

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En el principio no había nada. No había espacio. No había oscuridad, tampoco había luz. Ni blanco, ni negro. No había frío, ni calor. No había muerte, no había vida. No había tristeza, no había alegría. No había tormento, no había plenitud. No había tiempo. No había nada.

Una consciencia observa. Ojos invisibles que contemplan la nada como si la nada le regresara la mirada. Mientras la nada y La Consciencia intercambian miradas, una energía comienza a fluir. La energía del pensamiento de La Consciencia. En medio de la nada, algo se abre paso a la existencia. Un cuerpo se puede ver a través de la nada. Un cuerpo carente de vida flota inmóvil en la no existencia. Algo más comienza a verse, un pedazo de tierra se materializa bajo el cuerpo sin vida. Hierba crece de ese pedazo de tierra. El cuerpo desciende poco a poco y se acuesta en la alfombra hierba. La Consciencia vuelve a observar la nada. Observa el cuerpo dejado en el suelo y vuelve a mirar la nada. Esta piensa por unos segundos. Algo comienza a pasar en la nada. Un manto de oscuridad comienza a cubrir todo. En unos segundos, la oscuridad es tan densa que esta es lo único que parece existir. La Consciencia, entonces, comienza a componer una pequeña melodía en su mente. Luego de encontrarla, comienza a acompañarla con pequeñas notas de adorno. En el momento que estas notas suenan, de la oscuridad comienzan a aparecer luces. Estrellas se reúnen en el firmamento. Un universo se está formando con cada nota. Estas diminutas estrellas aparecen y se acercan lentamente hasta estar por encima del pedazo de tierra que aún sostenía al ser sin vida. La enorme nube de estrellas comienza a girar a tal velocidad que parece una gran esfera. Una esfera que va compactándose poco a poco. Mientras más se compacta, más brilla y más rápido gira.
Un acorde se construye mientras notas sensibles se le van añadiendo. Cuando parece que ya no puede compactarse más, esta explota, pero no como una explosión de combustión. Las estrellas compactadas salieron disparadas y se esparcieron por todo el universo. El cielo pasó de ser vacío a una galaxia de un momento a otro acompañado por una cadencia que casi hace llorar a La Consciencia.

Otro cuerpo se comienza a materializar. Como si viniera del aire, un ser humanoide se forma y mira al cielo mientras sus facciones se dibujan en su rostro. Sus oscuros ojos se abren, su cabello comienza a crecer, de sus manos salen cinco dedos. No solamente su cuerpo, también su ropa comienza a formarse. Se toma unos momentos para formar lo que se conoce como un humano. Al terminar, este respira. Siente el aire en su interior. Le da vida.

Este camina lentamente al cuerpo que estaba acostado sobre el césped. Se arrodilla a mirar más atentamente. Con sus manos, comienza a manipular las facciones. Como si fuera una escultura, La Conciencia, ahora con forma física, estaba dándole los toques finales al cuerpo sin vida que había creado. Le dedicó más tiempo a los ojos y al cabello. Estaba casi hipnotizado con su trabajo mientras el universo observaba el acontecimiento.

Una vez considera que su trabajo ha terminado, se toma unos segundos para contemplar en completa satisfacción a este nuevo ser. El creador pone su mano en la frente del cuerpo y susurra algo que solamente él escuchó.

Telas color carmesí comenzaron a arropar el cuerpo y formaron una fina vestidura. Sus ojos se abrieron, descubriendo varias tonalidades de morado. Ambos reflejaban todo el firmamento, como si fueran galaxias en si mismos. Mientras su creador le quita la mano de la frente, este nuevo ser observa con asombro el cosmos que se expande frente a ellos. No parpadea, no respira, no dice nada durante unos segundos. Observa con todal atención. Luego inhala lentamente y exhala de igual manera. Siente el aire en su interior y prolonga esta nueva sensación llamada vida.

[La Conciencia] - Bienvenida seas. ¿Cómo te sientes? -

Ella trata de evaluar su estado. Como si le preguntara a cada parte de su cuerpo. Un gesto de confusión se asomó en su rostro.

- Tengo frío. -

La Consciencia ríe y hace un gesto con la mano. A sus espaldas, una bola de fuego arde de la nada y se mantiene como una pequeña estrella. Esta los abraza con su luz y calor.

[La Consciencia] - ¿Así está mejor? -

Ella asiente. La Consciencia ayuda a este nuevo ser a ponerse de pie y señala delante de ellos.

[La Consciencia] - ¿Ves todo eso? Es nuestro mundo. Podemos moldearlo como queramos. Podemos vivir aquí. -

- Un mundo ... ¿Para nosotros? - Mientras se le escapa el reflejo de una sonrisa.

[La Consciencia] - Así es. -

El ser duda por un segundo y mira confundida a La Consciencia.

- ¿Quiénes somos? -

[La Consciencia no sabe cómo responder por un momento] - Somos los alfareros de este universo. Disfruta de él y haz lo que quieras. -

El asombro se le nota en los ojos al ser mientras mira el firmamento. La Consciencia se deleita en los ojos de su creación, la mira con ternura y orgullo. El momento es interrumpido cuando la joven de repente se asusta por alguna razón. Pone sus manos en su vientre, como si sintiera dolor. Se arrodilla, no sin que La Consciencia la sostenga y la ayude a no caerse.

[La Consciencia] - ¿Qué te ocurre? ¿Estás bien? -

- No sé. - Dice muy asustada. - Ayuda, algo me pasa. -

La Consciencia casi rompe en llanto al escuchar las súplicas de su nueva creación. Piensa en qué puede haber salido mal. Y se acuerda...

Rápidamente extiende su mano y una manzana se materializa en ella. La acerca a la joven y se asegura de que esta la vea.

[La Consciencia] - Come. -

La joven mira confundida a La Consciencia.

- ¿Qué? -

La Consciencia le da un mordisco a la manzana y esta inmediatamente vuelve a estar completa. Se la vuelve a ofrecer a la joven.

Esta rápidamente comienza a comer y en unos segundos, la manzana ya no está. A La Consciencia se le escapa una pequeña risa y genera otra manzana para la joven.

[La Consciencia] - Tienes hambre. -

La joven interrumpe su manjar y pregunta a La Consciencia.

- ¿Qué es eso? ¿Es muy malo? -

[La Consciencia sonríe y abraza a la joven] - Todo va a estar bien. Tranquila. -

La joven termina de devorar su segunda manzana.

[La Consciencia se fija] - ¿Quieres más? -

La joven asiente.

La Consciencia pone su mano en la tierra y un árbol crece frente a ellos. Un manzano se alza y extiende sus ramas llenas de frutos sobre ellos hasta arroparlos con su sombra. Una de las ramas de acerca a La Consciencia y le entrega en la mano una de sus manzanas. La Consciencia se la pasa a la joven y esta se deleita en este alimento.

La Consciencia sonríe y parece prepararse para decir algo. Sin embargo, el aire que toma es exhalado en paz mientras junto a su compañera observa el universo que acaba de nacer.

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⏰ Última actualización: May 02, 2023 ⏰

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