VAGABUNDO

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Por: Rodrigo Mandrake Patiño

La vida es cruel pero es el única que tenemos, si naces con suerte puedes llegar a tener agua, comida y un hogar acogedor donde descansar, pero si la suerte te abandona estas destinado a vagar por este mundo cruel, alimentándote de basura y sobras que desechan los gigantes, duermes en las calles sin saber si estarás vivo el otro día.

Soy Ludo y vivo en este mundo cruel, hace algunos años tenía casa y comida, pero creo que debo haber hecho enojar a algún gigante y por eso ahora me encuentro abandonado, vagando por las calles con otros hermanos de miseria y donde los gigantes son muy malos a veces, nos maltratan nos pegan con palos nos patean nos echan agua nos envenenan y nos matan, somos miles los abandonados y ahora odiados.

Pero si hay también gigantes buenos que a veces nos dan agua y comida, algunos nos rescatan para vivir con ellos pero yo prefiero vivir en las calles ya no confió en ellos. Vivo en un basurero junto con otros hermanos vagabundos, nos cuidamos entre nosotros de los gigantes malos y de sus máquinas asesinas que a veces nos pasan por encima y nos matan, también podemos morir de hambre o alguna enfermedad, sobre todo los hermanos más viejos o las más débiles y pequeños.

Un día llegaron los gigantes con sus máquinas asesinas, nos persiguieron y nos atraparon a todos nos pusieron en jaulas, no entiendo que paso por que cambiaron los gigantes cuando éramos pequeños nos querían y ahora solo parecen odiarnos, nos subieron a sus máquinas y nos llevaron a un lugar donde habían más hermanos olvidados, éramos miles ahí amontonados en una jaula enorme sin saber lo que pasaba.

Estuve varios días en ese lugar, solo veía que los gigantes llegaban a veces y se llevaban a algunos hermanos que ya nunca regresaban, hasta que un día vinieron por mí y otros más, trate de defenderme pero ya no tenía fuerzas, me llevaron a un cuarto con mucha luz y me ataron a una mesa, empecé a llorar con la esperanza que me dejen ir, pero a ellos no les importaba nada además que tenían sus caras cubiertas con máscaras blancas.

Me metieron un fierro por debajo la piel, no dolió mucho gemí un poco, después me dio mucho sueño, me dormí y entonces solo vino la oscuridad a mí.

Mi nombre era Ludo y era un perro callejero y esta fue mi historia.

FIN

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⏰ Última actualización: May 04, 2022 ⏰

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