Detras de un día malo...

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Eros

- Lamentablemente la fricción del suelo con mis botas no era suficiente aquella noche lluviosa, debía correr para no llegar tarde al trabajo. Al llegar empapado a la empresa casi todas las miradas de los empleados estaban en mi, tal vez era porque al estar cubierto de agua mi camisa blanca se ajustaba a mi casi perfecta figura, no quiero halagar mucho, pero puedo decir que soy bastante apuesto; al fin y al cabo traía a todas a mis pies, y más en la empresa, después de todo era el hijo del jefe.

- Aunque amaba la atención de todas esas chicas, a la que realmente quería traer a mis pies ni siquiera volteaba a mirarme, Aledis, como su nombre lo dice "rebelde".

- Aquella tarde fui al café donde suelo sentarme a leer mis libros de amor y negocios. Estaba de pie junto al mostrador, cuando levante la mirada sin pensar y a mi izquierda estaba ella, con un vestido ajustado que llamaría la atención de cualquiera, ese hecho me puso celoso, a tal punto que mi mente se perdió en ese sentimiento y no me percaté que mi orden estaba lista y la chica que tomó mi orden ya había intentado llamar mi atención unas tres veces para entregarme mi café.

- Tome mi café y me senté justo tres mesas más lejos de la suya, en cuanto levante la vista para analizar mi panorama note que me miro, lo cual me puso nervioso, aunque se muy bien que es imposible no fijarse en mí; pero lo dejé pasar y me adentre en mi libro.

- Estaba sentado en una mesa para dos, hasta que después de un par de minutos escuche la otra silla ser arrastrada, mire por encima de mi libro y no podía creerlo, esos ojos color marrón me miraban directamente, Aledis estaba justo frente a mí, me quedé inmóvil.

- No supe como reaccionar - Mmmm, no estás nada mal - dijo con tono tajante. Se acerco a mi y susurró - pero más cuidado de quien te comes con la mirada, bonito-. No puedo negar que los nervios me traicionaron, pero mi lado posesivo saltó sin más y le susurro de vuelta - ¿Acaso no te enseñaron a no hablar con extraños, bonita?- ....

No podía dejar de pensar en lo que pasó en la cafetería, ¡ella se había fijado en mí!, bueno, tampoco es que debería emocionarme demasiado, es normal que se fije en mi. - Fushh, que cansado estoy - soltó Greg poniéndose aún más cómodo en el asiento delantero de mi audi. Greg no solo era el empleado que mi padre me asignó desde que tengo memoria, si no que también es mi mejor amigo, es un hombre amable, maduro y bromista a la vez, es un amigo increíble, y como mi mejor amigo debía escuchar mi historia del día, así que se lo conté todo.

-Quée?- dijo Greg con tono de sorpresa y burlón a la vez -No me puedo creer que se haya fijado en ti, siendo tu tan ridículamente egocéntrico -.

- No puedo creerlo -Jajaja, tonterías- dije ocultando lo pensativo que me puso con aquella frase, -tienes envidia porque a ti no te voltea a mirar aquella mujer del restaurante de mala muerte-. en uno de estos viajes de trabajo no tuvimos más opcion que comer en un restaurante de dos estrellas y Greg quedo flechado con una mujer bastante esbelta y educada que nos tomó nota aquella noche, Greg era apuesto, a pesar de tener 39 años era alto, con buena figura, y bastante simpático, era fácil fijarse en el, analizándolo bien, así era. -Olvidalo Eros- soltó volteando su cabeza hacia la ventana y quedándose en silencio.

Esa noche no pude dormir, no dejaba de pensar en aquel encuentro, creía que esto solo sucedía en las películas o en aquellos libros de amor que tanto me gustaban pero le ocultaba a mi padre, ¿por qué?, bueno, esa es una buena pregunta, todo en el estaba conectado con su empresa, no había tiempo para cosas como el amor, ni siquiera entorno a la literatura.  Sin embargo, yo adoraba leer aquellos romances que parecía que no sucederian nunca en la vida real .

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2022 ⏰

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