Capítulo 16

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Lia Blake

Ha pasado ya casi una semana desde que Eric y los demás se marcharon de River Lake. Durante todo este tiempo no he sabido nada de ellos. He estado recuperándome y ya puedo decir que me siento como nueva. Estar aquí, aunque sea difícil de creer ha sido lo mejor que me ha pasado. Me he sentido tranquila, relajada, segura, me he sentido por una vez en mi vida en paz. He podido descansar ya no solo físicamente sino también mental y emocionalmente porque he pasado un año viviendo en completa amargura.

Sé que, a pesar de que Eric no se haya comportado bien conmigo y me haya amenazado, me ha salvado en cierto modo la vida. La última vez que lo vi nuestra relación, bueno si se puede decir que tenemos algún tipo de relación, aunque sea de conocidos no ha ido muy bien. No entiendo que le pasa, cuando desperté de la gran paliza se comportó diferente a lo que conocí el día de la fiesta. Pasó de ser un tipo frío, rudo, bruto, cruel a un tipo amable, parecía preocupado por mí y hasta me confeso que le importaba. Esa confesión me dejo tocada, no me lo esperaba y menos de un tipo como él que por lo que he visto no le importa nadie.

Después de ese día desapareció y eso que estamos viviendo ahora en la misma casa, su casa. No vino a verme en ningún momento, no supe de él en estos días y eso me molestó un poco, más bien bastante. El día de antes de su viaje tuvo la valentía de presentarse a la habitación. Me sorprendió un poco ese acto, la verdad esperaba que iba a irse sin decir absolutamente nada. Aiden me contó acerca del tema, que se tenían que ir pero que volverían y por eso ya estaba enterada. La conversación fue de monosílabos por mi parte, solo le contesté con un vale a lo que me comentó. Estaba molesta, ni escuche al menos un lo siento por su parte asique no me salió ser amable con él. Se despidió y hasta hoy ya no se absolutamente nada más.

Tampoco he asistido todos estos días al instituto. Aiden me informó que se encargarían de ese asunto, que era fácil poner alguna excusa. Además de que ya el curso acaba en una semana, asique no había problema puesto que los exámenes ya los hice anteriormente. También perdí las oportunidades de las entrevistas de trabajo, pero bueno no me importó mucho puesto que sé que lograré encontrar otras. Puedo buscarme la vida yo sola.

Es casi medio día y supongo que Elena ya estará preparando la comida por lo que me dispongo a bajar a la cocina. Elena es una muy buena persona, es un amor de mujer, me ha cuidado todo el tiempo, se encargaba de ayudarme y de que no me faltase de nada, me ha tratado tan bien que me recordaba a mi madre. Echaba de menos que alguien se preocupara y cuidase de mí.

-Que bien huele –le digo apareciendo por la cocina.

-Hola cielo, espero que te guste –me dice Elena con su deslumbrante sonrisa que siempre tiene.

-Todo lo cocinas sabe delicioso, me gustará créeme –le respondo. Nos quedamos unos segundos en silencio y tras eso vuelvo hablar:

–Elena... tu sabes algo... -empiezo a decirle. Quiero preguntarle si sabe algo sobre los chicos. La verdad estoy bastante intrigada por saber, aunque sea alguna noticia, lo que sea.

-No cielo, no sé nada sobre ellos –me responde sin dejar terminar la frase puesto que ha sabido leerme el pensamiento. –Igual alguno de los hombres que hay por la casa tienen información, podrías preguntarle. ¿O quieres que lo haga yo?

-No no te preocupes, ya si eso lo hago yo, gracias de todas formas.

-Está bien cielo, como quieras –me dice y me sirve un plato con la comida que ha preparado. –Toma, que te aproveche. Tengo que irme a recoger unos pedidos a la tienda. Volveré pronto ¿vale?

-De acuerdo, no te preocupes. Gracias por todo.

-Oh gracias a ti cariño, eres encantadora –me responde dándome un abrazo, el cual le recibo con gusto y se marcha dejándome a solas para tomar la comida recién hecha.

Por la tarde me dedico a tomar un poco el aire en el jardín, necesitaba sentir la fresca brisa del viento en mi rostro, respirar aire puro, me da paz en mi interior. Mientras paseaba uno de los hombres de Eric se acercó a mí para informarme de que tenía visita, era mi mejor amiga. Vi como Amalia se acercaba hasta llegar a mí y nos saludamos con un abrazo.

-¿Cómo estás?

-Estoy mucho mejor, gracias.

-Me alegro mucho. He estado muy preocupada por ti.

-Ya no tienes porque estarlo, mírame estoy bien. Ya todo ha pasado. Ven vamos a pasear –le digo tomando su mano para que camine junto a mí.

-¿Sabes algo de Eric?

-No, no sé nada –respondo agachando la mirada.

-Lia no he querido preguntarte nada en este tiempo, quería que primero te recuperases, pero ¿qué vas hacer ahora?

-No lo sé –digo y me siento en uno de los bancos que tiene el enorme jardín de esta casa. Ella hace lo mismo que yo y seguidamente me dice:

-¿Y si te marchas de esta ciudad? Podrías empezar una nueva vida lejos de aquí. Tu padrastro ahora no está. Puede ser esta tu oportunidad para ser libre –me dice y me quedo pensando en lo que está diciendo.

Tiene razón, mi padrastro no ha dado señales de vida todos estos días, no sé si está vivo o muerto y la verdad que eso me da igual, no me importa si lo está, aunque sea cruel desear la muerte de alguien, pero después de todo lo que me ha hecho, es difícil no desearlo. No hay ninguna información sobre él, eso me lo aclaró Eric, no hay nada con su nombre, entonces no puede haber ningún dato que confirme que es mi padrastro por lo que ya no estoy a su cuidado. Aunque parezca increíble y que deba saber las respuestas a este misterio, siendo sincera ya no me importa saber la verdad sobre David, no quiero saber nada de él, lo único que quiero es perderlo de vista y ahora que por fin lo he conseguido o eso creo, es mi oportunidad de empezar de cero.

-No tengo dinero Amalia, no tengo nada. ¿Cómo voy a irme? ¿Con qué dinero? –le pregunto a mi amiga. Es que no tengo nada ahora mismo, soy una chica sin casa, sin dinero, lo único que tengo es a Amalia. Ya no me queda nada.

-Te prestaré el dinero, tengo ahorros guardados.

-No Amalia, no puedo aceptar eso, lo siento.

-Lia escúchame, es un préstamo, cuando estés lejos de aquí y consigas un trabajo ya me lo devolverás, pero ahora toma mi dinero y vete de aquí –dice sacando un sobre de su bolsillo.

-¿Qué? ¿Lo has traído? –pregunto sorprendida.

-Sí, la última vez que vine a verte tomé la decisión de hacerlo ya que te vi mejor y por eso lo he traído hoy. No voy a contarle a nadie ni a ellos nada de nada, no se van a enterar nadie a donde te vas a ir, es más no me lo digas ni a mí. Coge el primero vuelo, tren o autobús, lo que sea y vete. Eres mi mejor amiga, eres como mi hermana y no quiero verte sufrir más. Te quiero y quiero que seas feliz –me dice y de mis ojos empiezan a caer lágrimas.

-Te quiero –digo muy emocionada y me fundo en un fuerte abrazo con ella. –Te prometo que en cuanto pueda contactaré contigo. Pero... ¿Cómo voy a salir de esta casa? Hay hombres por todos lados.

-Yo me encargo, ahora ve y cámbiate de ropa. Yo entretendré al guardia de la puerta, solo hay uno y así mientras tú te escapas. El taxi en el que vine está esperando fuera, ve y móntate en él y vete. Ya pediré yo otro luego ¿vale? Venga vamos rápido.

-Está bien –asiento y me pongo en marcha para ejecutar su plan.

Subo corriendo las escaleras hasta llegar a la habitación, me cambio rápido con una de las ropas que me compró Eric y vuelvo a bajo para mi huida. Salgo por la puerta de casa y no veo a ningún hombre cerca. Me dirijo rápido a la reja que hay para salir del recinto de la mansión y me escondo detrás de un árbol puesto que veo a mi amiga hablar con el guardia de la puerta.

Me quedo unos minutos esperando y veo como el guardia se va junto con Amalia por lo que ahora es mi momento de escaparme, salgo sin antes mirar por todas las direcciones de que no haya nadie a la vista y cuando confirmo que esta vació el camino, corro hasta el taxi que se encuentra parado a escasos metros de la mansión.

Cuando estoy dentro, siento mi corazón latir fuerte, mi respiración es acelerada, estoy alterada a la vez que nerviosa, ilusionada, eufórica y por una parte asustada porque a partir de este momento, a partir de este día comienza una nueva vida para mí.

Hasta que logren acabar conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora