Día 1. Wedding Ring

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Detuvo sin querer su caminar para mirar atentamente el escaparate frente a él. La vista del rubio jugueteaba entre las hermosas piezas que se exhiben, tan pulidas y perfectas. Los colores le distraen ¿Qué significarán cada uno? ¿Algún día recibiría uno sólo para él? ¿Cómo un objeto tan pequeño podía causar semejantes preocupaciones?

El rubio creía que tener esos anillos matrimoniales era un modo de mostrarle al mundo entero que había un compromiso, proteger a la pareja de malos espíritus, la eternidad de sus sentimientos, la confianza y fidelidad. ¿Kyojuro, quién te protegerá de la ternura y brutalidad del amor? El rubio suspiró algo contrariado. Alguien se detuvo a su lado pero no le dio mayor importancia seguía pensando en esos anillos. Le hubiera encantado recibir uno pero no, era una loca fantasía romántica. Tiene a la pareja más idiota del mundo cuando se trataba de esas sutilezas y, aunque muriera de ganas, no se lo diría. Su orgullo podía más en ese momento, no quería pedirlo, quería que se lo entregara por voluntad, porque realmente quería hacerlo, que le naciera del corazón.

La persona a su lado se movió y lo empujó con la cadera, Kyojuro se molestó bastante por aquella actitud ¿Acaso no había suficiente espacio en la calle? ¿Cómo se atrevía a tocarlo de esa manera? Volteó a verlo para hacerle patente su incomodidad y que debía alejarse. Lo que no esperaba era esa sonrisa. Mucho menos que fuera la persona que más amaba la que estaba a su lado.

Al verse descubierto Rengoku se sonrojó hasta las orejas. La sonrisa de su pareja se ensancha más y hace un gesto pensativo para dirigir de nuevo su atención al escaparate donde resaltan los anillos de matrimonio. El rubio no tiene idea de cómo disimular ante el albino, siempre resultaba ser un libro abierto para Uzui.

- ¡oh, amor! Jamás creí que...- Uzui acaricia su mejilla sonrojada de Kyojuro

-¡Calla! Se supone que íbamos a comer - lo interrumpe el rubio tomando esa juguetona mano y arrastrándolo hacia cualquier lugar, no puede creer que lo descubriera.

A pesar de la sonrisa de su rostro, su mente no tiene un momento de respiro ¿Qué pensaría Uzui? Tal vez eso le daría una pista... Quizá algún día uno de esos anillos adornará su dedo anular... Quizá... se daría cuenta. La vergüenza lo vuelve a invadir, no deseaba que se enterara de esa forma. No. No. No. No quiere obligarlo a algo que no quiere.

El albino lo detiene y lo hace girar un poco para poder tenerlo entre sus brazos y frente a frente. Le da un tierno beso que hace que Kyojuro se derrita en ese mismo instante. Recuesta su cabeza en el pecho de Uzui y le permite tomar el mando de la situación. En ese momento para el rubio no hay nada más en el mundo que estar entre los brazos de su pareja.

-Esto debía ser mucho más extravagante- comienza a decir con voz juguetona

Kyojuro levanta la mirada sin entender a bien de qué hablaba su pareja, sabía por experiencia que esas sonrisas equivalían a alguna cosa, desde comer algún platillo exótico hasta subir montañas. Pronto se vio arrastrado a la explanada del parque cercano, su curiosidad podía más que cualquier otra emoción así que no replicó por el cambio súbito de locaciones y que la comida seguramente tardaría en llegar.

Uzui vuelve a acercar a Kyojuro a su cuerpo con un abrazo y entrelaza sus dedos de la mano izquierda, mientras la derecha está en la cadera del rubio. Comienza a tararear una canción al oído de su ingenuo novio haciendo que éste se estremezca.

- ¿Tengen? - susurra el rubio contra toda su costumbre.

Su pareja se detiene, parece buscar algo en un bolsillo

-Es antes de lo que esperaba aunque creo que tarde más de lo que debía, amor- el rubio volvió a recibir un beso antes de que sintiera un escalofrío recorrerle todo el cuerpo

Uzui le acababa de colocar un anillo dorado en su dedo anular, besó su mano y atrás de ellos comenzó a funcionar una fuente danzarina que con los rayos de sol los envolvía en un arcoiris. Los ojos dorados de Kyojuro expresaban mejor que sus palabras lo que sucedía en su corazón, abrazó fuertemente a su pareja.

-Creo que te gustó... pero ahora es tu turno- puso en la mano del rubio el otro anillo -Y seré tuyo por toda la eternidad, Kyojuro.

El rubio apretó los labios aguantando las ganas de llorar de felicidad.

-¡¿Tengen aceptarías ser mi esposo!? - preguntó a todo pulmón

-Acepto- le respondió sellando su unión con un beso mientras el rubio colocaba el anillo en su dedo anular. Uzui levantó la mano para verlo en contraste con el cielo, luego le dedicó una sonrisa a su esposo -Ahora... ¿Qué haremos para la luna de miel?

One Shots - Rengoku KyoujuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora