Primer Interludio

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Shin RyuJin se preguntaba a qué hora llegaría JeongIn, a la par que se peinaba con trenzas coloridas en su cabello.

En el velador se encontraba una humeante taza de chocolate caliente, y la única iluminación en el dormitorio era el viejo televisor de JeongIn donde se encontraba transmitiendo un segmento musical en el canal nacional. RyuJin, con cuidado, terminó de amarrarse una trenza detrás de su cráneo y, acomodándose más bajo las colchas, tomó de la taza y bebió.

Le gustaba la casa de JeongIn, como también le gustaba su madre. Era una mujer trabajólica tanto fuera como dentro del hogar, y había recibido a RyuJin con tanta amabilidad el primer día que ella tocó la casa que podía sentirlo como un hogar.

Revisó su celular y notó en la aplicación de Discord que BeomGyu se encontraba activo en su canal de voz, por lo que se metió para molestarlo.

—Hola~

¡Ah! —chilló él en la otra línea—. ¡¿No puedes avisar?!

—No~

Como sea- ¿Por qué me hablas?, ¿No estás con JeongIn, ahora?

—Sí, pero sus amigos lo abdujeron para una misión super secreta —contestó ella, bebiendo del chocolate caliente—. ¿Puedes creerlo? Me cambió por ellos.

Ja- te lo mereces. ¿Quién te toleraría?

—Gracias.

¿Y hace cuánto se fue?

—Hace una hora, más o menos... —calculó—. Como sea- el papá de JeongIn es un poco raro. Me da vergüenza salir del dormitorio- incluso su madre me vio en calzones.

¿Por qué te desnudas en casa ajena? Dios santo- te pasa por pecadora.

—Cállate. ¿Qué juegas?

League of Legends. Únete desde la computadora de JeongIn.

—Lo haría, pero tengo que estudiar- aaalguien irá al Centro de Salud.

Agh, no tienes por qué sacármelo en cara siempre.

—Lo haré las veces que quiera y-

¿Qué pasa? Te cortaste de repente.

RyuJin se desconcentró. Miró con cuidado hacia la puerta de la habitación de JeongIn, concentrándose a escuchar más allá de las palabras de BeomGyu en la otra línea.

—Creo que los papás de JeongIn están discutiendo —susurró RyuJin, incorporándose en la cama—. ¿Y si me voy?

Es tarde. Te recomiendo que llames a JeongIn.

—Ni siquiera me ha mandado un mensaje, ¿Qué mierda estará hacien-

La puerta del dormitorio de abrió abruptamente. RyuJin esperó encontrarse a uno de los padres de JeongIn, pero solamente se encontraban tres hombres uniformados mirando a la chica de una forma que le hizo sentir incómoda.

—Salga del dormitorio —lideró uno de ellos.

RyuJin no pudo formular una pregunta cuando fue tomada del brazo y sacada con brusquedad del lugar- a la par que los tres hombres volteaban la pieza completa. Con tropezones, RyuJin llegó hacia la sala de estar, donde el ruido de más personas uniformadas hurgando todo el lugar la dejó confundida; tal y como los padres de JeongIn, mirando con horror todo.

—Santo cielo- ¿No puedes ponerte algo de ropa? —alegó entre dientes el señor Yang.

Pero RyuJin estaba confundida. No entendió cuando la señora Yang le entregó una manta para taparse las piernas y, ganándose junto a ellos, ver como las personas uniformadas volteaban muebles, revisaban la cocina y se perdían en los dormitorios buscando algo que ninguno de los tres podía entender.

Menú de Dios [#2]; Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora