8; ida.

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Elié despertó en la cama junto a un John que la daba la espalda y esta sonrió, como ya había pensado antes le encantaba; pero una pregunta se presentó en su cabeza, o más bien, varias.

'¿Acabaría esto bien?' '¿Acaso tendrían algún futuro juntos?' 

sacudió la cabeza tratando de quitarse aquellos pensamientos de la misma porque si de alguna forma se suponía que no temía a nada o nadie debido a sus poderes y la forma de salirse con la suya, si temía que algo le pasase a John y que le separase de él.

Se metió en la ducha con algo de música y comenzó a cantar, al rato, inevitablemente se despertó John y fue en dirección al baño; de donde provenía todo el escandalo.

-CANTAS COMO LOS MISMISIMOS ANGELES. -Emitió el en voz lo bastante alta como para que ésta lo escuchase-. AH CLARO QUE... -Decía haciendo un cómico gesto de 'que despistado'-.

-¿TE DESPERTÉ? VAYA PERDÓN -Emitió esta y salió de la ducha, se cubrió con una toalla y este le dedicó una sonrisa de lado para después de salir del baño-.

'¿Cómo podía ser así de esquivo y extraño?' 

Al salir, se vistió y le miró;

-¿Algún plan? ¿Algún caso en concreto?-Dijo ella mirando sobre la mesa numerosos casos, 'para variar'-.

Este la vio y también dirigió la mirada hacia los papeles, haciéndose el pensativo.

-En realidad... sí. ¿Qué te parece si vamos a la feria que han instalado en el muelle? 

-¿Acaso va a ocurrir algo ahí? ¿Figura en alguno de los casos? -Dijo ella cogiendo varios de los papeles y examinándolos-.

Este negó con la cabeza.

-Me apetece que desconectemos... dentro de lo posible y que nos puede estar persiguiendo cualquier ser, ángeles, demonios.. -Dijo encogiéndose de hombros-.

-Eso si que no me lo esperaba -Comentó ella creándose una expresión de alegría e ilusión como si fuese una niña-.

Una vez se hizo la tarde noche tras un día corriente, se dispusieron a salir. Cuando lo hicieron, esperaron en la parada de autobús para dirigirse al lugar. Era innegable que ambos estaban alerta; al igual que era lógico debido a que prácticamente sus cabezas tenían precio puesto a pesar de la ayuda de Dios con Elié.

'¿Y si en algún momento dejaba de ayudarlos?' '¿Y si algo anulaba los poderes de Elié?' '¿Podría salvarla en ese caso?' Todo se aturullaba en la cabeza de John cuando le sacó de su mente el sonido del autobús acercándose. 

-¿Estás bien? -Preguntó Elié-.

Este se limitó a asentir y dedicarle una sonrisa para que no aumentase su preocupación.

Se sentaron juntos, ella le cogió la mano y este miró el gesto con extrañeza; estaba con ella y sentía por ella pero estaba tan poco  acostumbrado a las muestras de afecto en ese sentido que parecía que nunca terminaría de adaptarse a ello.

Ella por otro lado, miraba la ciudad pasar por la ventana del autobús, con la mente prácticamente en blanco disfrutando de tener un rato de aparente tranquilidad, cerró los ojos un poco e inspiró. Echó el aire.

Podría acostumbrarse a una vida tranquila, a una con John. Visualizaba lo que podría ser formar una familia con él, se imaginaba con un bebé en brazos y el pasando a darla un beso mientras los saludaba al venir de un hipotético trabajo normal.

Pero de repente se le quitó todo de la cabeza; pues esta le decía que razonase, que siendo quienes eran tener ese pensamiento era algo utópico, que nunca sería posible que sucediese.

Que sus vidas jamás podrían acercarse a ningún tipo de normalidad; ella era un ¿ex-ángel? y él... parecía ser humano pero quizá en él había algo más y era algún tipo de otro ser y prácticamente tratados como convictos por casi todo ser existente, exceptuando los humanos.

Cuando hubieron llegado a la feria, John mantenía una expresión estática.

-¿Seguro que no eres un zombie o algo así? ¡Venga, hombre! ¿Cómo puedes quedarte ahí impasible? ¡Vamos a montarnos en algo o a ver que hay! -Decía ella entusiasmada-.

Para John era curioso el comportamiento de ella, pero nuevamente asintió.

-¿Qué es lo que más te gusta de la feria?

-En caso de que no sea una atracción el algodón de azúcar o las manzanas de caramelo supongo -Dijo comenzando a caminar con él hacia la entrada y pasando-.

John visualizó un puesto de dichas manzanas y caminaba con ella guiandola a este sin que lo supiera ya que iba con la atencion puesta en literalmente... todo.

-¡MANZANAS! -Exclamó al darse cuenta-.

John rebuscaba en su bolsillo para pagar el precio por una de ellas y Elié se acercó al puesto a escoger una, los acontecimientos dieron un giro cuando el hombre del puesto cogió a Elié repentinamente y de forma disimulada le clavó una daga en el estómago mientras esta gritaba de dolor.

-¡John! -gritaba desde el suelo llorando-.

Con todo el escandalo de música y gente, esta misma ni se percataban de que acababa de ocurrir, pero John si lo hizo, claro que lo hizo.

-Quieto ahí, Romeo. Si te acercas tu también pagarás... el precio -dijo alzando las cejas-. 

-Una daga angelical, ¿eh? Eres de su bando no puedo creer que vayas a jugar así de sucio. -Dijo este en lo que Elié gritaba de dolor mientras sangraba-.

-Va a morir, como ella solita se buscó antes de tener esta carita... angelical. -Dijo este-.

Dos hombres cogieron a John y lo inmovilizaron, obligandole a ver como Elié se desangraba e iba poniendo palida, más a cada momento que pasaba. El trataba de soltarse con todas sus fuerzas.

-¡Dios! ¡MALDITO CABRÓN POR QUE MIERDA NO LA AYUDAS? ¿POR QUE NOS HAS ABANDONADO? -Fueron sus ultimas palabras antes de sumirse en la oscuridad, había perdido la consciencia por un golpe-.

Al despertar, estaba atado. En medio de un bosque, el cuerpo de Elié yacía inmóvil en el suelo, completamente pálido, sin dar ningún signo de vida.

No se creía lo que sus ojos veían, sentía su corazón desbocado y a la vez, definitivamente aniquilado.

Estaban cavando su tumba, había perdido completamente la noción de cuánto tiempo podía haber trascurrido y su cabeza al igual que todo su ser, daba tumbos mientras yacía tumbado atado.

Pero a juzgar por el poco análisis que podía hacer, debía haber sido bastante tiempo. La tumba era profunda ya y cerró sus ojos con fuerza, gritándose interiormente que despertase, que tenía que ser una pesadilla y cuando por fin los abrió... comprobó que no era así y contempló como arrojaban el cuerpo de ella al agujero, comenzando a cubrirlo con tierra que echaban con la pala, solo tenía un único sentimiento y anhelo en ese momento;

Quería morirse, ya no quería luchar más (...)


Dark Light • {Constantine}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora