Parte 4 El Final Deseado

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- Estaba emocionado, ella se acercaba a mi cada vez más, estaba nervioso, como si fuera el primer día que nos veíamos, se paró frente de mí, descubrí su hermoso rostro, para verle sus hermosos ojos, que brillaban de emoción, nos sonreímos el uno al otro, hasta que de pronto...

* ABRE LA PUERTA!! – se escuchó un grito desde fuera de la puerta, que hizo que me despertará, era la policía, golpeando mi puerta, después de tanto, me encontraron; no sabía que hacer, me paré de la cama, solo me cogía la cabeza caminando de un lado a otro, - no me dejes, mi amor – la escuché decir con miedo, volteé a mirarla, su cara expresaba temor, lo único que hice fue abrazarla, - nadie nos volverá a separar, mi amor – le respondí.

- Si mi amor, nadie – me respondió mientras le ponía el anillo de bodas; ella me miraba con lagrimas en los ojos, al ponerme ella el anillo, se le iba borrando la sonrisa del rostro, extrañado de su expresión, le pregunté – mi amor, ¿te sientes bien? – le toqué el rostro y se sentía algo fría, - sí, amor, solo es un mareo, no te preocupes – me respondió, mientras se sobaba la frente, - ya estoy bien, no fue nada – me dijo levantando la cabeza mientras me miraba sonriendo, sonreí con ella, me acerqué a besarla, cuando, de repente, ella cayó al suelo inconsciente; - AMOR, REACCIONA!!! – le decía, al arrodillarme a su lado levantando su cabeza del suelo, estaba asustado... Algunos familiares y amigos, asustados, empezaron a gritar y llamar a una ambulancia, algunos se acercaban y otros solo lloraban...

* Lloraba sin parar, mientras la abrazaba contra mi pecho; - ABRE, ¡¡¡SABEMOS QUE ESTAS AHÍ CON ELLA!!! - seguía la policía gritando, golpeando la puerta - ¡¡¡ ABRE!!

- ABRAN PASO!!! – eran los paramédicos entrando entre las personas que estaban en medio de aquella sala, que llegaron al llamado de los invitados, me sacaron a mi del lugar, solo estaba ella, le pusieron oxigeno y median su presión, yo estaba asustado, no sabia que pasaba, - hagan que reaccione, por favor – les decía mientras lloraba; de la ambulancia, que estaba afuera, ingresaron unas camillas, a la cual, la subieron y se la llevaron, sus familiares salían tras ella, los otros invitados solo salían a ver que pasaba, yo me quedé frio, llorando, en medio de aquel lugar, sin entender nada, solo...

* Solo te queremos ayudar, ABRE LA MALDITA PUERTA O LA TIRAMOS ABAJO!!! – se escuchaba del otro lado de la puerta, no respondí más, solo miraba a mi amada, mientras la besaba, - llévame contigo – le decía...

- Luego de muchas horas de angustia y de no saber nada, yo seguía sentado en el mismo sitio, con los ojos llorosos, mirando el anillo de bodas, pensando en ella; recibí una llamada – hola buenas tardes – se escuchó del otro lado, era una voz muy seria, - soy el doctor del hospital central... - - buenas, doctor – respondí – ¿qué noticias tiene de mi esposa? – le pregunté impaciente, - lamento darle esta noticia, señor, su esposa... acaba de fallecer... - no, no me diga eso, doctor – le respondí interrumpiéndolo, desesperado, llorando. – lo lamento señor...- respondió, solo colgué la llamada, no quería saber más, no contuve más el llanto y el dolor... Caí de rodillas al piso, mis lagrimas no paraban, golpeé el piso con mis puños, no me importaba el dolor, me paré, grité, boté todo lo que encontraba cerca de mí, me volví loco... Salí sin destino alguno, solo corrí, llegué a un bosque muy denso, oscuro, quería perderme en ese bosque. De tanto caminar encontré una pequeña cabaña, alejado de todo, oscuro y silencioso... No supe que pasó después, perdí comunicación, solo vi, que, a dos días de perderla, por el cementerio, que estaba en medio del bosque de donde me encontraba, la enterraron, solo apreciaba todo de lejos, no quise acercarme, no pude aceptar su muerte...

* Entraron rompiendo la puerta, -noooo, no me alejen de ella- insistí llorando sin soltarla, ellos solo me jalaron, lograron hacer que la suelte, me tenían a un lado, agarrándome de los brazos, yo solo lloraba de desesperación...

- Amor, quiero sentir tus besos, tus abrazos, sentirte a mi lado-... escuché su voz, mientras dormía, era ella, - ¿Dónde estás?, amor – dije, mientras la buscaba por el pequeño cuarto... Salí de la cabaña, desesperado, - esta oscuro aquí, mi amor, ayúdame – la volví a escuchar, - te encontraré amor – decía mientras corría al bosque llorando...

AHORA...

Me dejaron solo, de rodillas, se la llevaban, no pude hacer nada para que se quede conmigo, otra vez, le falle. Solo escuchaba – Que asco, este tipo está loco...– decían los policías, entre ellos – ¿cómo pudo estar tantos días con este cadáver pudriéndose? – siguió el oficial, mientras escupían al piso, - larguémonos de este lugar, apesta a demonios – les ordenaba a los otros que ponían el cuerpo de mi amada en una bolsa negra...

Les cuento esto, porque lo vivo cada día; después de ese día, ya nada tenía sentido para mí. Limpie mi ropa como pude, y me acomode bien el anillo de bodas. Me acerque al espejo del baño, me acomode la corbata y terminé de sacudirme el saco. Me agaché para sacar lo que tenía, tanto tiempo, guardado debajo de mi cama, una soga muy antigua y gruesa; jalé una silla que estaba a un rincón, saque una foto de ella, que tenía guardado en el bolsillo, la observe con lágrimas en los ojos y la besé...

Volví a guardar la foto en el bolsillo del pantalón, acomode la silla bajo una viga, la más gruesa de todas, subí, y amarré un extremo de la soga en aquella viga, el otro extremo me la amarré en el cuello, me limpie las lágrimas y al dar un ultimo suspiro, bote la silla con los pies y con un gratificante crujido, mi vida se terminó de apagarse...

Ahora estoy en mi cuarto, en mi cama, viendo mi cuerpo balancearse, colgado, sin vida; junto a mi amada, abrazados, besándonos...

Ni La Muerte Nos Va a Separar...

Ni La Muerte Nos Va a SepararDonde viven las historias. Descúbrelo ahora