Despierta

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Estaba en la escuela bastante tranquila, escuchando el estruendo de la gente que no dejaba de hablar.
Paré frente al corcho informativo del colegio.
"Periódico del día", la portada era algo de importancia general que solían poner sin más, mejora de aulas, nuevos profesores, materiales nuevos... Había veces que simplemente eran advertencias para no pisar el césped. "Profesora Makoto lesionada..."

Estuve buscando en las secciones "tiempo, rumores, parejas, biblioteca, asignaturas, clubs" entré en la sección de clubs, en astronomía, "solicitud del club de astronomía cancelada" suspiré, supuse que pasaría, no habia gente interesada, y los pocos interesados ya pertenecían al club de ciencia..

- Oye Shiro - me giré y vi a un compañero de mi clase - siento que hayan rechazado tu propuesta. Por cierto, Itami me dijo que no la aceptaste para enviarte mensajes ¿Que pasa?- miré a mi compañero y me dirigí a la ventana.

Fuera vi a Taiju frente a Yozuriha, seguro que se declaraba, no hablaba con ellos, pero parecían muy majos.

Detrás del árbol en el que estaban empezó a asomarse una luz verde bastante extraña... Cuando pude ver que la luz me alcanzaba, sentí una sensación extraña, pero podía seguir pensando.

¿Que habrá sucedido?¿Qué era esa luz?

...

No se cuántos días habrán pasado ya, se que llevo mucho pensando, espero no acabar mis pensamientos.

Hace mucho que no veo las estrellas, que pena..
En un rato empecé a ver un bosque y un cielo hermoso y nocturno.

Mierda, ¿Estaré soñando?, al pensar eso me preocupé, ay, ¿Que pasa si empiezo a soñar? ¿Moriré? ¡Despierta Shiro!, después de esas palabras sentí un ardor en la mejilla - me he golpeado, entonces... - definitivamente, estaba al fin de nuevo, volvía a ser yo.

Miré a mi alrededor y había un montón de estatuas - son gente de verdad... Yo antes también era una estatua - me miré y me di cuenta que estaba desnuda, bastante tiempo sin haber comido, bebido o sentido - vale, primero a por comida, que ganas - tenía suerte de haber practicado artes marciales desde muy pequeña.

Tras un poco de trabajo conseguí ropa, comida, y mis armas para cultivar mis artes marciales, no se me da muy bien coser, pero algo aprendí.

Tras un poco de trabajo conseguí ropa, comida, y mis armas para cultivar mis artes marciales, no se me da muy bien coser, pero algo aprendí

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Tras haber conseguido todo lo que necesitaba me sentía cansada. Más adelante encontré una cueva y me pareció un gran sitio para descansar.

Después de un rato desperté por un ruido, me armé con rapidez y cuando me dirigí hacia el sonido me encontré con un chico que recogía piedras - Hola - saludé, me alegro de encontrar a alguien.

El chico parecía sorprendido - Hola - vi que estaba intentando cargar muchas piedras así que me ofrecí a ayudarle - Gracias, pero no te devolveré el favor - me dijo con una sonrisa en la cara y con cierta superioridad. Le ignoré porque tampoco sabía de qué estaba hablando, me quedé algo pensativa.

Llegamos a una aldea, el chico me hizo dejar las cosas en la entrada y las llevó a otro lugar mientras esperaba delante de dos guardias. Uno era rubio y bajito y otro de pelo castaño y alto, este último me estaba mirando mal, cosa que me incómodo, pero pasé de el.

Un poco más tarde el chico de antes volvió - Soy Chrome, el mayor hechizero de la aldea - me indicó presentándose, entonces decidí presentarme - soy Shiro, encantada, mago - le sonreí y me senté en el suelo para descansar, miré a los guardias para ver si se presentaban, pero creo que no iba a ser el caso.

- Más vale que no pases a la aldea - gruñó el chico de pelo castaño mientras me apuntaba con su lanza - si no estás en ella, fue por qué el líder te echó.
Sus palabras me impresionaron - ¿Líder? - no entendía las cosas, ¡estaba totalmente perdida en la conversación! - No pasa nada Kinro, ella es mi ayudante y aprendiz - eso dijo el chico de las piedras y estaba super alegre, y yo más que sorprendida - !¿Cuando dije yo eso?! - Chrome me miró y sonrió - ¡Te reto a un duelo de hechicería! Cambiarás de opinión - me gritó el chaval, pero, yo no sabía nada de magia, nunca quise aprender.

Chrome me llevo a un sitio amplio, encendió fuego y empezó a poner colores a la hoguera - ¡Jajaja! ¡Mira esto! - Chrome estaba muy orgulloso de sus fuegos de colores, y yo me reí y le aplaudí, no sabía si yo podría impresionarle, pero no quería estar sola - Está bien, te ayudaré gran mago - le ofrecí con una sonrisa, y desde entonces me volví su ayudante.

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