Confesión.
—Me gusta Sarada— le dijo cuando estaba comiendo. Podía ser alguien más desconsiderado.
Mitsuki abrió muy grande sus ojos penetrantes y rasgados, miró la sonrisa llena del más puro optimismo. Le dio un terrible dolor de estómago.
¿Qué podía decir? ¿Debía decir algo? Estaba tan desconcertado que no tenía palabras.
—¡Me voy a confesar!— Se sentó luego de su gran declaración.
—Boruto deberías decírselo a ella— no me lo digas a mí. Quiero estar libre de ver lo que sucederá. Realmente Sarada valía desequilibrar el pobre trabajo de equipo que tenían.
El rubio sonrió con todo su rostro y lo abrazo —si correcto pero quería avisarte primero. Siempre estas mirando detenidamente a Sarada ¿Estas bien con ello?
Alzó los hombros ¿A qué se refería? La miraba porque era bonita y una excelente compañera, en tal caso también lo miraba demasiado a él. Se sentía atraído por la forma en la que veía las cosas, le intrigaba su optimismo y sus alegrías, por supuesto quería compartir su felicidad y ser parte de ella pero hasta él sabía que había un limite. Si se le declaraba a Sarada y comenzaban a salir, no podía volverse en un mal tercio.
—No hay problema— fue lo que dijo.
Boruto lució incomodo, esperaba alguna reticencia de su amigo, algo como que le pidiera un tiempo, o que lo considerará mejor por el equipo. Alguna reacción sin embargo su amigo siguió comiendo. Debía estar seguro, lo mejor sería preguntarle sin rodeos.
—¿Por qué Sarada?— Mitsuki sabía que Sumire estaba enamorada de Boruto, esperaba que le dijera que estaba muy enamorado de ella por el contrario.
El rubio se reclino y luego puso las manos detrás de su cabeza —porque es bonita.
Ladeó su cabeza. Es incomprensible —¿Solo eso?
Su amigo se puso nervioso de la nada, para él era suficiente.
El torbellino fue hasta la misma casa de los Uchiha a confesarse, escogió un día en el que Sasuke no estuviera para hacerlo. Solo tenían trece años, armado de valor, vestido impecablemente de pies a cabeza, marcho rumbo a la casa de su amiga.
—¡Vamos Mitsuki acompáñame!
—¿Cómo? Deberías ir solo— se preparaba para ir a entrenar hoy.
—Necesito que me acompañes para darme valor— argumento a su favor.
El albino negó tranquilamente —¿Y que haré luego? Si te dicen que si, les aplaudiré y animaré, eso será desagradable para Sarada. Si te dice que no será más incomodo todavía, no quiero ser golpeado por ella.
El rubio se largo a reír, que podía decir al respecto, tenía razón. —¡Vamos! Luego te puedes ir, eres rápido Sarada no te alcanzará.
—Voy a entrenar— sentenció.
—¡No! Espera... — el rubio intento detenerlo pero como ya había dicho antes, Mitsuki era demasiado rápido. Le dejó solo para hacer su confesión.
Más tarde quisiera o no se enteraría de la respuesta o eso creyó.
Boruto sin Mitsuki como respaldo tardó más de lo que quiso en ir a confesarce, una señora le arrojó agua de una casa sin querer, lo persiguió un perro, todo le hacía presagiar que no le iría bien, pero las llamas de su ferviente motivación sin fundamentos le impulso a seguir a delante.
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Mi segunda opción.
FanfictionEquipo Siete, grandes amigos desde la academia ninja. Después de crecer Sarada y Boruto comenzaron su noviazgo, todo bien hasta que las cosas entre ellos se estrellaron como despegaron sus sentimientos. El equipo se fracturó irremediablemente y Boru...