Mi territorio (Slenderman x Jeff the killer)

capítulo I

Estaba completamente empapado, corriendo bajo la lluvia mientras escuchaba el sonido de las sirenas cada vez más cerca.
Lo admitía, todo esto nunca le cansaba, le daba una oleada de adrenalina que amaba, al igual que la de matar

Al divisar una posible huida corrió hacia ella con cansancio, esperando que los policías no lo detectaran mientras intentaba estabilizar su respiración; su garganta se sentía seca y le venía difícil tragar, después de todo es un humano, pero no se quejaba
–jeje– soltó una pequeña y ronca carcajada al ver que la policía se estaba yendo pero en vez de sentirse aliviado se sentía igualmente observado. Al principio pensaba que solo era por la policía o tal vez ese sentido de inquietud era solo una falsa alerta de su jodida mente loca, pero esa sensación aún lo carcomiá por dentro... Lo dejo pasar, aún si había matado hace poco no estaba de humor para pensar en eso de todos modos ya desde hace un buen tiempo que aveces se sentía así

Tenía la cabeza echa un lío de pensamientos mientras que revisaba lo que podría comer; cuando estuvo en la casa de la familia que había matado el padre había logrado llamar la policía mientras que él estaba matando a su esposa, por lo que no tuvo mucho tiempo de comer o beber algo ya que antes tenía que terminar su "obra"; la verdad ni siquiera se sintió del todo satisfecho del trabajo que había echo por lo que estaba "algo" malhumorado

Mientras caminaba logro divisar lo que sería su salvación: una bar que estaba siendo abierto. Eran como las 5:00 de la mañana por lo que suponía que este era uno de los pocos, si no el único bar abierto a esta ora sacó una mascarilla de su bolsillo y se ajustó para no ser reconocido enseguida le bastaba adentrarse solo unos minutos para robar algo ya que aún se estaban preparando y el único hombre que había allí se estaba encargando de lo que parecía ajustar una falla  en su pequeño carro

Se escabulló por la puerta trasera, la única abierta, y empezó a buscar con la mirada cualquier cosa comestible en ese lugar.
Logro agarrar una botella de agua, dos pizzas pequeñas y un sándwich

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Estaba sentado en el pasto detrás de una casa abandonada cerca de un bosque, apoyado en la pared mientras daba un mordisco a lo que sería mi desayuno-almuerzo.
no había casi gente por ahí por lo que no me tenía que preocupar de ser reconocido, pero aún así la sensación de ser observado apareció de nuevo... Era simplemente escalofriante...

Decidí que por fin le pondría un paro a esto.
Terminé de comer, me levanté y grité a todo pulmón–QUIEN CARAJOS ME ESTA OBSERVANDO!?–mire a todas las direcciones pero no veía nadie.
¿Sabes que? A la mierda si me lo estoy imaginando, me fío de mi sesto sentido, y si este me dice que un gilipollas cualquiera me está observando le creo.
Tenía la sensación que quien me observaba estaba escondido en el bosque–cobarde...–susurre para mí mismo y me adentré en el bosque estando alerta a todo sonido y con mi cuchillo a la mano.
Veía atento cada ángulo del bosque y la sensación se hacía aun más fuerte; en caso de necesidad ya había pensado a un plan de huida, ya que puede que aya comido algo anteriormente pero no estaba al pleno de mis fuerzas y si no hubiera sido por el escepticismo que tenía me hubiese quedado dormido; de verdad me faltaba unas buenas horas para dormir pero con la vida que tenía no podía cierto darme el lujo de eso

–...–

Enseguida sentí  una presencia detrás mío y salté para retroceder unos cuantos pasos –lo sabía!– di una sonrisa con algo de enfado y me dispuse a analizar aquel sujeto

Alto, muy alto, era lo primero que destacaba tal vez a parte su piel completamente blanca, diera como unos 2 metros...? Meh, da igual si es más o menos alto ahora lo que me importa de verdad es romperle el culo a este poste de luz andante–¿que hacías espiandome poste de luz con patas?– pregunté directo y sin rodeos, lo admito tenía miedo, bastante a decir verdad; mi mano temblanba levemente pero estaba medio escondida en el bolsillo de mi sudadera, manteniendo un firme agarre sobre aquel cuchillo que llevaba a todos lados, y que en algunos momentos me llevaba a pozos de tristeza de mi pasado; en vez la otra se encontraba descubierta, esperando cualquier ataque o mínimo movimiento, así, si el caso lo requería podia pararme con el brazo o aterrizar si el ente me atacaba