⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Alina.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Trate de cerrar inútilmente mis piernas, prohibiendo el acceso pero sus fuertes manos me lo impidieron, segundos atrás perdí la cordura, después de responderle a Preslie con la voz en un hilo, lo perdí todo.
Tuve que mentirle diciéndole que Matthew había entrado a ducharse rápido para poder irnos, lo creyó y se marchó pidiendo que le dijera que nos esperaba en el estacionamiento.
Fue todo tan complicado creí que entraría con ayuda alguna llave maestra, pero no fue así.
Tampoco podía permitirme pensar en eso, no cuando la boca de Matthew sabe hacer otras maravillas, después de cantar, claro.
Me aferré al tocador, clavando mis uñas con fiereza, mi respiración delataba mis reacciones contenidas, trataba de ser silenciosa pero simplemente no podía.
La lengua de Matthew es excesivamente buena, sabía como complacer el punto exacto de una dama, su boca seguía degustando, aventurándose por mi hendidura pero después parecía querer devorarme de la forma más placentera.
Moví mis caderas a la par de sus movimientos, gimiendo su nombre con suavidad. El cielo o el infierno, no sabía donde estaba ahora mismo.
Un pequeño quejido emanó de mi boca cuando se alejó de mi después de plantar un beso sobre mi clítoris, aproveché su intermedio para tomar aire a grandes cantidades, como si me hubiese sumergido en un río por segundos.
Vi como Matthew se enderezaba, relamiendo sus delgados labios con lentitud, gemí involuntariamente, deseando que estuviese otra vez entre mis piernas, mi imaginación se había desbordado por culpa suya.
Estaba ideando un sinfín de escenarios con él, me había dejado seducir por sus encantadoras atenciones que ahora mismo no podía parar.
El castaño me miraba fijamente, con esa intensa mirada de león hambriento, me perdí en la oscuridad de sus ojos, cediendo a sus palabras que fueron susurradas con cautela y seducción:
—Abre las piernas.
Mi cuerpo actuó a su voluntad, abrí mis piernas, recibiéndolo cuando se colocó entre ellas, sujetó mi cintura para atraerme más contra su pelvis, mi hendidura rozó con su entrepierna; lo único que nos separaba era una simple tela o dos quizá.
Más allá de nuestra pequeña separación, pude sentir la dureza de su miembro contra mi, cerré los ojos, echándo mi cabeza hacia atrás, traté de normalizar mi respiración pero como dije antes...la imaginación no ayuda.
En nada.
Venga Alina, piensa en...¡el cielo!
No, alto, mala idea pensar en el cielo cuando estas pecando ahora mismo.
ESTÁS LEYENDO
¡Hey, 60544!: EMISORA.EN EDICIÓN.©
Romance| COMPLETA | ✔️ BILOGÍA: EMISORA. LIBRO 1. [+18] Alina Campbell admira desde que era una niña al chico más codiciado y deseado por todas: Matthew Henderson. Un artista famoso que no solo es conocido por su melodiosa voz y su talento para componer c...