¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Salí del salón de clase, nuevamente siendo la última en salir. Me detuvo cuando un mensaje llegó a mi teléfono así que lo saqué solo para encontrarme con un mensaje de _______ el cuales decía que me esperaba en la puerta de la universidad para irnos juntas.
Sonreí por ello antes de volver a guardar mi móvil en mi mochila, sin embargo, una vez levanté la mirada mis ojos se encontraron con una castaña bastante familiar, pero no recordaba dónde la había visto antes.
Ella me observó de arriba a abajo antes de alzar una ceja en mi dirección, era claro que era más grande que yo por un par de años pero me molestó el como me miró.
—¿En qué puedo ayudarte? —le pregunté toscamente.
Sus ojos subieron a mi rostro y enseguida supe de dónde la conocía. ¡Era la castaña que estaba con _______ hace un par de semanas!. Hace tiempo que no las veo justas, me pregunto qué pasó...
—¿Eres Senju? —cuestionó, afirmé a su pregunta lentamente— Mhm.. Por casualidad, ¿Conoces a _______?
—Sí.. —afirmé otra vez, entrecerrando mis ojos en su dirección.
Ella se acercó aún más a mí, su mano subió a mi mentón y lo sujetó con fuerza mientras movía mi rostro de un lado a otro como si estuviera observándome y analizándome.
—Y dime... —comenzó, mirándome directamente a los ojos— ¿Ya.. Tuviste sexo con ella?
Fruncí mis cejas en su dirección una vez esa pregunta salió de sus labios. Me apresuré a deshacerme de su agarre en mi mentón y me alejé de ella.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Asumiré que eso es un sí. —comentó antes de cruzar sus brazos— Niña, creo que no entiendes..
—¿Uh?
—¿Ella te gusta?
Sentí mis mejillas ponerse ligeramente cálidas pero me apresuré a cubrirlas un poco. Ella suspiró y negó con la cabeza.
—Entonces sí te gusta... —observé como frunció su ceño antes de chasquear la lengua con molestia— Te diré algo, mocosa. —se acercó a mí y una vez quedó cerca se dirigió a mi oído— A ella no le importas.
—¿Tú qué carajo sabes-..?
—¿Alguna vez te ha dejado tocarla? —me interrumpió. Guardé total silencio ante su pregunta— ¿Te ha dejado verla desnuda? ¿Te ha hablado de ella? —hubo un prolongado silencio entre nosotras. No mucho después escuché su risa y ella se separó de mí— No, ¿Verdad? Eso es porque no le importas, no le interesas hasta ese punto en que te tendrá la confianza para eso. —volvió a cruzarse de brazos y cuando me observó sonrió— Deberías olvidar esos estúpidos sentimientos hacia ella y alejarte porque de lo contrario serás tú quien salga herida, Senju~
