Capitulo 7- Mini Fanfic- Rubelangel

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Narrado por Ruben

Esta experiencia me ha hecho entender mucho de la gente y de mí vida; aprender que detrás de la pantalla de mi ordenador hay un mundo, hay gente y particularmente historias, donde yo siempre soy ESA persona que les alegra la vida, no se, es flipante. Es la ostia y no encuentro aun las palabras exactas para decir gracias a tanto amor; por darme todo de ellos y sin pedir nada a cambio, solo que me quede mucho tiempo mas para darles aunque sea 20 minutos de mi en un video. He aprendido que no alcanzan palabras para decir lo feliz y agradecido que estoy con todos, escuchar como un mundo de gente gritaba mi nombre y sentir que mas de una vez se quedaban por mi, es increíble, hasta dan ganas de llorar; me pone muy vagina esto.

-¡A enfiestarnos, pibes!- Ahora estando en la habitación de Kion, con mas de unos cuantos Youtubers, me daba cuenta de que esto ya era el fin de la travesía y enserio era nostálgico; como un viaje de fin de curso.-

-¡Hoy Miku sale de fiesta!- Dije en cuanto salí con la peluca y parte del atuendo del cosplay de las bailarinas; causando un furor de risas. Fue ahí cuando tome una foto para recordar el momento y subí esta a Twitter, a lo Kawai.-

Nos empezamos a divertir entre todos en ese instante; me propuse a mi mismo el no volver a pensar en Mangel o en algún problema con este, solo debía recordar que lo habíamos pasado muy bien en el escenario y que eso era lo único que importaba. Ahora estábamos en nuestra despedida por así decirlo, teníamos que procurar también que nos lleváramos los mejores recuerdos y estando peleados no seria agradable.

Además era principal el estar con los Youtubers.

Pese a estar en una habitación esto se sentía como una verdadera fiesta de conocidos, porque el ambiente era de pura buena onda y alcohol; ni que decir de la buena música que Kion nos proporcionaba. Entre que me curraba alguna que otra broma, grababa partes de blogs con otros Youtubers y me dedicaba a sacarme fotos o hablar con gente, no note para nada como el pasar de la hora se había hecho eminente. Ni tampoco como llegue a estar tan ebrio; porque madre mía, debo agradecer que aun me puedo parar.

-¿Qué hora es? -Pregunte un tanto tambaleante; Camila, quien estaba bebiendo y bailando en el mismo grupo que yo, saco su celular para indicarme que eran ya las 6:30.- Joder, debo ya irme - Mi vuelo saldría a las 8 y debía ir a por mis cosas.- ¡Mangel!- Le llame como un retrasado, ya que apenas me gire a divisar la habitación el ya no estaba y otra vez me había dejado solo.-

-Lo vi salir hace más de una hora.- Mierda. Sin duda este gilipollas le importa poco y nada si me quedo tirado por ahí; con tal de irse a follar.- ¿Ya te debes ir, enserio?

-Si, tengo que tomar un vuelo en menos de dos horas.- Comente. Sin mas, no perdí el tiempo y empecé a pasearme en la habitación para llenar de saludos a todos, un tanto con cariño con otros, como también con buenos deseos por un lado; haber tenido la oportunidad de conocer a tantas buenas personas que se dedicaban a lo mismo que yo me había llenado por completo de gratos recuerdos.- ¡Espero volverles a ver! ¡Si van a España no duden en visitarme!- Les grite, en plan embajador, como si dictara un discurso que fue claramente bien recibido por todos y devuelvo con un hasta luego de cada uno de los chicos.-

-¡Rubius!- Escuche de repente por detrás de mi, justo y cuando estaba llamando al ascensor para irme. Ahí mismo, note a Camila acercarse casi trastabillando por el alcohol y sin duda bastante apurada.- ¿Enserio no tienes mas tiempo?

-No, lamentablemente.- Comente con una sonrisa de nostalgia.- En verdad me hubiera gustado quedarme un día mas, yo...-Sentí como sus labios me acallaron de repente; sorprendiéndome y metiéndome de improvisto en aquel elevador que había llegado a abrirse. Dentro, sentí como la adrenalina de mi cuerpo empezó a florecer sin sentido alguno, note como una mano de ella empezó a apoyarse en mi pecho, descendiendo y como con la otra iba directamente a pulsar un botón.- Camila... tengo que...-Trate de pronunciar entre sus labios, pero me fue imposible. Era pura pasión esta mujer, tanto que me costaba hasta seguirle el paso y más porque ya andaba algo contentillo.-

SOY UN DESASTRE (RUBELANGEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora