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—No puedo—dijo Soobin dándole la espalda a su amigo. Dirigiéndo su caminar hacia donde se ubicaba el retrato sin terminar de su pareja.

—¿Pero, quieres?—

Aquella pregunta parecía haber causado algo en el interior del pintor. Si se lo preguntaba, claro que le gustaría ir a Busan, pero por otro lado esta yeonjun. No quería dejarlo solo.

—Soobin, responde. ¿No crees que esta es una buena oportunidad?—insistió hyunjin, buscando la mirada del alto, fijándose en el lienzo fresco.

El rubio se levantó del sillón  y se acercó para poder apreciar mejor la pintura. En él se apreciaba al castaño sentado con un abrigo blanco sobre sus hombros, sus facciones habían sido atrapadas perfectamente y daba una sensación de que te amenazaba con la mirada. Hyunjin pudo notar que faltaba terminar el fondo pero tenía que admitir que era una obra impecable de igual manera.

—Yeonjun puede venir con nosotros, si es eso lo que te preocupa—.

...

E

n la segunda planta, yeonjun quien ya vestía su pijama de ceda, era torturado por sus pensamientos. Se acostó en su cama, la cual compartía con Soobin y se la pasó durante varios minutos sintiéndose la peor persona que podía existir.

La verdad es que necesitaba salir de ahí ahora, la vida junto a Soobin había parecido ser lo mejor durante los primeros meses desde que decidieron que era momento de vivir juntos. Pero con el paso del tiempo no pudo evitar sentir lo monótono de las cosas. Estaba aburrido. Deseaba sentir aquella libertad de solo pensar en sí mismo y no preocuparse de elegir las palabras correctas para no afectar a la otra persona.

Porque al tomar la responsabilidad de tener pareja significaba sacrificio para ser consciente que se ven involucradas dos personas, dos personalidades, dos corazones que sin tacto se pueden romper.

Ese era el problema, iba a ser imposible no querer a Soobin con los dos años de relación que llevaban, por ello le dolía siquiera pensar en que él seria, al final de todo, quien rompería su corazón.

—Hey, amor. ¿Todo bien?—Soobin acariciaba sus cabellos y repartía pequeños besos en sus mejillas con el deseo de sacarlo de su ensoñación.

—Soo...—La fuerza se fue de su voz al sentir una presión en sus labios.

Soobin dejo un último pico y se sentó a orilla de la cama. Sus ojos brillaban,  como siempre.

—Discúlpame, amor, por lo de hace un rato. Suelo ser muy intenso cuando se habla de pintar, ya a este punto debería saber lo cansado que te resulta tener que posar todas las veces para mí, pero agradezco infinitamente todas las veces que accedes a hacerlo—. Vuelve a dejar un beso, esta vez en su frente.—Solo no te enojes cuando te diga esto...

Yeonjun lo miro confundido al verlo abandonar el lugar a su lado y empezar a caminar por la habitación. Se veía muy nervioso y hasta casi culpable, lo cual solo dejó más expectante a yeonjun.

Cuanto más el tiempo pasaba, menos era la paciencia que quedaba en yeonjun. Quería ser un novio comprensible y amable pero si su pareja no habría la boca, quien lo haría sería él y de esta no saldría exactamente una felicitación.

—Yeonjun,queopinasdeirconmigoabusan.teprometoqueahinoteobligareaposarparami.

—Discúlpame? Es que no te he oído bien, repítelo. Pero esta vez sin atropellar las palabras—.

Era claro que yeonjun si había entendido, todo ese tiempo más los cinco años que habían sido solo amigos y los otros dos donde habían sido salientes le bastaron para entender a Soobin y su habla atropellada cuando se encontraba nervioso. Pero le hacía repetir las palabras para que se acostumbrara a controlar sus nervios.

—Otra vez, Yeonjun...—dictaminó, insitando a Soobin para que volviera a hablar.

—Discúlpa. Yeonjun, quiero que me acompañes a Busan, prometo que no serás uso de más retratos, claro, a menos que tu desees...

—Si

No..

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2023 ⏰

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