𝐒𝐞𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 24.

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El silencio era demasiado convincente como para no imaginarse que una terrible escena acontecería en el siguiente acto.

Sus ojos miraban a través de la ventana, las cortinas moviéndose ligeramente con la gracia del viento, en sus facciones que no podían describir nada, ningún sentimiento, más el cansancio en sus ojos negros eran notable, su nariz roja deslumbraba con la luz de la luna, después de todo la noche rebasaba de las doce, y su energía no se sentía al 100%, a penas y estaba ahí con unas ganas tremendas de saltar de una buena vez para quitarse la desesperación. Pero claro, sus intenciones lo decían todo: “ ¡Hazlo ya! ”. Y como siempre confía en sus fieles instintos, abrió la ventana como si de una película de terror se tratará, el atacante en busca de su objetivo.

Yakko se deslizó por la ventana, la fiel opción por si la puerta no le era de utilidad. Aunque, si lo planteamos claramente, él prefiere las entradas absurdas, ya sabemos que entre menos sentido tenga, mejor diversión habrá.

¿En dónde estaba? Fácil. En la habitación de la protagonista, quién hace unos minutos atrás estuvo bajo la crisis del insomnio, y un poquito de pensamientos existenciales. Pero supo controlarlos al borde de caer dormida después del esfuerzo por despejar su mente, a pesar de eso, sentía que no estaba completamente descansando, esto lo definió gracias al ruido de los pasos que ya podremos imaginar a quien pertenecían. Se removió un poco ignorando ese hecho, el sueño le estaba obligando a solo ser egoísta con su cansancio y no pensar en nada más que pegar un ojo. _____________ se arropó buscando regresar al trance de tranquilidad que había perdido.

El Warner no pensaba igual, a él le parecía una ocasión bastante adecuada, además, los impulsos de un Toon son poderosos. Llamemosle, necedad, para abreviar, puesto que pudo hablar con ella al día siguiente, pero es de entender que la inquietud es una espina que debe quitarse en su momento más preciso.

— _____________.... Perdón por molestarte — luego de haberse acercado lo siguiente fue pedirle disculpas al lado de la dormida Toon, quién al escuchar esas palabras hizo una obvia reacción:

— Disculpas aceptadas, buenas noches.

No lo podía creer, ¡estuvo entrenando durante tres minutos frente a un espejo solo para que le dijeran eso!, No no, eso era una ofensa. Un esfuerzo de esa magnitud merecía reconocimiento no indiferencia.

Ni siquiera tuvo la dignidad de mirarle, y no es como si Yakko se arrepintiera de molestar a alguien, o incluso acosar, y que terminará en ese patético y humillante ( a sus ojos exagerados ) estado. Por lo que, con clara indignación, tronó su cuello, sus manos, sus dedos y de paso sacudió su cola la cual también emitió un crujido, antes de abalanzarse contra el colchón, pudo jurar sentir una voz de advertencia. Pero esta vez, era más fuerte y se le hizo difícil ignorar que ya estaba lejos de irse para atrás.

En conclusión, ______________ terminó en le piso, con un Warner enrroscado entre las sábanas de manera berrinchuda. Ese gesto de fastidio e incredulidad le hizo acordarse como se ponía la femenina al ser fatigada, y sobretodo por él. No entendió en el momento, pero su corazón tuvo un lapso de deja vu cuando se encontró sonriendo felizmente por verla dirigirle la mirada una vez más.

En el caso de la Toon, parecía no haber reaccionado en su momento referente a quién se trataba, puede que incluso hubiese creído que esas palabras venían de alguna alucinación a falta del sueño. Pero vaya que todo cobraba sentido con el autor de su agetreo cara a cara.
En cierto punto, no creyó volverlo a ver después de todo, ni siquiera tenían una razón cuestionable para encontrarse.

— Necesitamos hablar.

— ¿Necesitamos? No hables en plural Yakko. En primer lugar, no deberías estar aquí. Tú con tu camino y yo con el mío. — ¿Es difícil para un Cartoon vivir sin un poquito de emociones? Ella ya había tenido suficientes en tan solo unas horas.

𝐒𝐀𝐍𝐈𝐓𝐘 𝐈𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄 [Yᴀᴋᴋᴏ Wᴀʀɴᴇʀ×Lᴇᴄᴛᴏʀᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora